Cap. 54 * Detente *

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05/08/23


Narra Jackie

Mirábamos el horizonte, el amanecer más hermoso que habíamos visto. Ambos escuchando a nuestros corazones en el automóvil, ignorando la velocidad a la que íbamos o que no había nadie más que nosotros en la carretera por la que nos llevaba James. 

Regresé mi mirada a su perfil, aquella imagen que tantas veces cruzó por mi cabeza, el tenerlo junto a mí, escapando juntos de toda esta realidad.

- Esto es para ti- dijo estacionando el automóvil en un mirador, por el cual podíamos observar mejor el amanecer y un poco de la ciudad que comenzaba a tomar vida en la hora de la mañana- no sabía cómo dártelo, pero no hay mejor momento que este- sacó de su bolsillo una caja color azul marino, abriéndola. 

Tenía un anillo color rojo vino, hermoso. 

- No tienes que darme ningún anillo James, tu y yo sabemos que estaremos juntos a pesar de todo lo que nos pueda llegar a suceder- respondí con lágrimas en mis ojos. 

- Con esto quiero decirte que soy capaz de darte todo lo que tengo, Jackie, te daría mi vida- tomó mi mano y colocó aquel anillo en uno de mis dedos. 

- Siempre nos tendremos uno al otro- sonreí viéndolo, acercándome finalmente para darle un beso en los labios. 


(***)

- Hora de enfrentar la realidad- dijo ahora James encendiendo el automóvil y bajando las ventanas del vehículo. 

A pesar de que se enrede o se estire, jamás se romperá ni desatará el hilo rojo que unía nuestros corazones. Miré su mano, agarrada a la mía, ambas hechas para la otra, fue un momento de paz interior que no podría describirse.

- Te amo Jackie- dijo con su rostro mirando el horizonte por la carretera, y formaba una sonrisa que combinaba con una lágrima que rodó por su mejilla. 

- Yo te amo aún más James- respondí con mi corazón.

Regresamos por la misma carretera, igual de vacía que al inicio, íbamos en dirección contraria a la salida del sol, por lo que, nos adentrábamos a la oscuridad nuevamente. No había notado que la carretera no contaba con iluminación, y que solo la luz del vehículo iluminaba el camino. 

- James estás yendo muy rápido- dije al notar en el tablero del vehículo la velocidad, que aumentaba cada segundo más. 

- Siempre estarás conmigo Jackie, ¿verdad?- dijo sin quitar la vista del camino, mientras presionaba más el acelerador. 

- ¿Qué dices?- dije asustada, tomando del cinturón de seguridad, y buscaba la manera de proteger mi cuerpo en caso de un choque.

- Te amo, y no quiero que sufras un segundo más. ¡Nunca más sufrirás Jackie!- gritó la última frase.

- ¡Detente James!- grité al ver que íbamos extremadamente rápido. 

- Ha llegado el momento en el que nos vayamos juntos, a un lugar sin preocupaciones.

Miré el camino, venía una curva pronunciada, volví a ver a James, quien se encontraba tenso en el volante, sabía que sus intenciones no eran curvar. Caeríamos al vacío. 

Cerré los ojos, esperando el impacto, o la caída sin fondo. Mi corazón latía por la adrenalina, o por saber que estaría pronto a morir, millón de ideas se acumularon en mi cabeza. Hasta que un golpe y una caída con sensación de mariposas en mi estómago llegó. 

Comencé a sentir golpes en mis costillas, piernas y un gran golpe en mi cabeza. Ya no podía ver nada hacia delante de mí, el airbag cubría gran parte de mi cabeza, causándome un golpe fuerte al explotar frente a mí. 

Finalmente el movimiento del automóvil se detuvo, miré a mi alrededor, todo era una pieza de lata que nos cubría, miré hacia mi cuerpo, tenía mucha sangre y cristales en mí, junto con un gran pedazo de metal cortando mi abdomen. 

Regresé mi vista a mi izquierda, James se encontraba sobre el airbag, con su mano en el volante y con sus ojos cerrados. 

El adiós llegó de la peor manera que pude imaginarme. 


(***)

Comencé a escuchar a mi alrededor varias personas gritar, junto con varias sirenas.

- Adiós James- dije antes de perder la consciencia, iba a ser la última vez que lo veía. 


(***)

- Despierta, mírame- se escuchó frente a mí, a lo que reaccioné abriendo los ojos, intentando buscar a la persona que decía aquellas palabras. Miré a una chica que no había visto antes, con cabello color gris, ojos color azul hielo y una mirada de preocupación. Tomaba de mi mano mientras íbamos en lo que suponía era la ambulancia. 

- No es tu momento- volvió a decir aquella chica. Desde ese momento todos mis recuerdos están en gris, no recuerdo absolutamente nada más. 


(***)

- ¡Jackie!- gritó alguien a mi lado al ver que despertaba. Era Fer, quien estaba con sus ojos hinchados y con ojeras de no haber dormido en días. Junto a ella estaba mi hermana, con un rosario en sus manos y vestida color negro.

Regresé la vista a Fernanda, quien estaba vestida de negro igualmente. 

- ¿James?- pregunté al verlas así. 

Ambas se miraron para luego mirarme a mí. Una puñalada en mi corazón iba a ser menos dolorosa que esto. 

- ¡James!- grité, intentando levantarme de mi cama, a lo que ambas me detuvieron. 

- Tranquila- dijo ahora Fernanda- no sabemos qué le sucedió, no lo trajeron al mismo hospital- dijo ahora colocando una de sus manos en mi hombro, ayudándome a acostarme. 

Miré a mi alrededor, encontrando en la mesa de mi costado el anillo que James me dio antes de cometer tremenda locura. Miré mis brazos y piernas, las que no podían moverse a menos de causarme un inmenso dolor. 

- ¿Por qué están vestidas así?- le susurré a Fer.

- Pensamos que no saldrías de esta Jackie- comenzó a llorar- hoy debían desconectar todo, necesitaban el espacio para otra persona más. 


OLVIDEMOS APARIENCIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora