¡Hola! Soy Lucas (Próximamente en Físico)

Mi amigo...¿Chad?

Debo ser un completo idiota, pero allí estaba yo en mi ventana esperando a que Valentina llegara de "su cita" con Nathan. Eran como las 10:30 cuando al fin el deportivo del rubio idiota se estacionó frente a mi casa. Después de tanta malcriadez y gritos, terminó haciéndole caso a su papá y aceptando el regalo... ¡Claro! ¡Ahora tenía que impresionar a la comadreja! ¿Y qué mejor forma que sacándola en su auto nuevo? ¡NUESTRO AUTO NUEVO! ¡Porque debería ser yo quien lo disfrutara!

En eso se bajaron del auto y yo me agaché. Me arrimé hacía la cortina no fuera que se les ocurriera mirar hacía mi ventana y verme aquí como un imbécil espiándolos. Nathan, haciéndoselas de "caballerosito", le abrió la puerta y mi hermana bajó...por cierto que no la había visto cómo se fue y andaba con una mini falda que casi que "se la donaba" al pobre niño...¡Desvergonzada!

Los dos venían susurrándose algo, no podía escuchar pero debe ser algo divertidísimo ya que no paraban de reír, se veían sencillamente insoportables. Comienzo a pensar que tal vez si son "tal para cual" porque me parecían igual de ridículos los dos en este momento. Entonces se acercaron a la puerta, allí se me dificultaba ver lo que hacían, pero quería era importante confirmar si el imbécil de Nat iba atreverse a darle "el besito de la primera cita"...y si ese besito seria cursi o intenso, si tendría "lengua" incluída o no...bueno, allí uno sabe si la cita valió la pena o si fue pura pérdida de tiempo y dinero.

Seguía intentando mirar y no podía, tuve que inclinarme un poco y allí estaban... ¡Ya no estás ebrio Nathan! ¡La estás besando sobrio, idiota! ¡Maldito traidor! No pude seguir viendo, pero fue suficiente para confirmar que estos dos ya eran "algo".

Nunca le había conocido una novia a Nathan, siempre pensé que era un bicho raro, sin corazón... ¡Y amaba que fuera así! De paso de todas las chicas con las que pudiste tener algo, ¡tenías que fijarte en MI hermana! Definitivamente sentía que lo detestaba.

Me acosté en mi cama y me puse la almohada en la cara, sencillamente sentía que algo me dolía muy en lo profundo... ¿Por qué me tiene que doler tanto esto? ¡Ignóralo, Lucas! ¿Qué te importa qué hagan esos dos? Total, nadie dura mucho tiempo de novios hoy en día...quizás se aburran pronto y se dejen.

***

—¡Lucas! ¡El desayuno está listo! ¡Muévete que tu papá tiene mil cosas que hacer en la mañana!

¡Ni cuenta me di cuando me quedé dormido! Era sábado, y mientras muchos se levantan con el sonido de los pajarillos o el canto del gallo, yo me levanto casi todos los días con los gritos de mi mamá...

—¡Lucas! ¡Sal de esa cama ahora mismo! ¡No hagas que entre yo a levantarte! ¡Tienes el desayuno servido!

—¡Ya voy! ¡Ya voy! ¿Al menos puedo ir al baño a mear?

No podía sentirme de peor humor, salí literalmente arrastrando los pies de mi habitación y entre al baño a darme una ducha. Hoy no tenía muchas ganas de arreglarme... ¡Ni de nada! Pero tampoco iba a quedarme en casa para que mi mamá me pusiera todo el día hacer oficio tedioso. ¡Mamá, por Dios! ¿Crees que este hermoso cuerpo existe para hacer labores del hogar? ¡No, señor! Me iría a mi práctica de futbol.

Luego de vestirme bajé a desayunar, André como siempre estaba emocionadísimo de ir al campo a jugar futbol, a quien no vi fue a Valentina, quizás seguía durmiendo o habría salido temprano a "qué carajos me importa su vida". ¡En fin! Al menos mi desayuno estaba rico y mi papá y mamá hablaban de la posibilidad de ir a visitar a los abuelos a principio de año:

—¡No sé! ¡No sé! Hay mucho trabajo ahora...eso es algo que debe planificarse bien...

—¡Salvatore! ¿Hace cuánto no visitamos a los nonos? ¡No me vengas con tus excusas del trabajo! ¡Si es por ti, no vamos nunca! Vamos, amor... ¿Por qué no nos tomamos unas vacaciones familiares? Los niños crecen rápido, pronto ya no estarán aquí con nosotros...