—¡Oye! ¡Oye! ¿Qué pretendes?
—Besarte... ¡Ahora eres mi novio, Lucas!
—¡Espérate ahí! ¿Has estado vomitando toda la mañana y pretendes besarme? ¡No seas asqueroso! Además hueles horrible... ¿Y cómo es eso que soy "tu novio"? Sólo porque me llamaste anoche borracho y me dije un poco de estupideces no significa que lo sea.
—¿Ah no...?
¡Milagro! ¡Y de pronto el "enfermo" se curó y se me lanzó encima! ¿Cuándo pasó Jesucristo por aquí que no me di cuenta?
—¡Nathan! ¡Idiota! ¡Suéltame! ¡Me vas a pegar tu mal olor!
—Bien, vamos aclarar unas cositas: O me dices me quieres, o te beso. ¿Qué prefieres Lucas?
—¡Ni se te ocurra besarme, imbécil! ¡¡¡Te juro que te doy un puñetazo en la boca!!! ¡Lo haré, Nathan! ¡No me obligues!
—¿Me vas a pegar? Lucas... ¡Me rompes el corazón! Tú hueles muy bien, ¿te arreglaste para venir a verme?
—La gente normal se baña, Nathan, no necesita un motivo especial...
—¿Entonces nunca vas a decirme que me quieres? Yo di el primer paso ya, es justo que tú también seas sincero de una buena vez.
—¿Dar el paso? ¡Me llamaste por teléfono totalmente borracho!
—Pero fui muy sincero... ¿No es eso lo importante? ¡Ya déjate de tonterías, Lucas! Dime que me quieres, escucho tu corazón acelerado...y...comienzo a sentir algo que se te abulta allá abajo...
—¡Idiota! ¡Quítate ya que pesas mucho y no te aguanto! Mi mamá puede venir en cualquier momento...
—Si quieres que me quite de encima de ti dime que me quieres... ¡O ya sabes!
No es que no quisiera besarlo, pero es que de verdad me daba mucho asco después que lo vi vomitar...
—¡Bien! ¡Bien! ¡Tú ganas! Sabes que "te quiero", ¿Ok? lo dije... Ahora ve a darte un baño, Nathan, ¡por amor a Cristo!
—¡No está mal para comenzar! Pero pudiste ser un poco más...tierno. Eso lo solucionaremos después que me bañe.
¡Y al fin me soltó! Se levantó de la cama y se metió en el baño. Sentía como si tuviera taquicardia porque mi corazón latía a mil por segundo. ¿Entonces si estoy enamorado de Nathan? Sé que suena muy estúpido preguntármelo, pero es que nunca me había sentido así por nadie, y al mismo tiempo es Nathan, ¡mi mejor amigo de toda la vida! Esto era muy extraño, y hasta un poco confuso, pero quería a este tonto y me sentía feliz... ¡No! ¡Más que feliz! Enamorado.
Luego que salió del baño, ya se veía mucho mejor... Y no me refiero a que ya no estaba tan pálido y mareado, sino a que se me acercó con la toalla en la cintura, fresco y con buen olor. Y yo pues, lo veía asi frente a mi y la boca se me hacía agua.
—¿Ahora...?
—¡Mejor! Pareces "gente", Nathan.
—Entonces, Bro... ¿Qué quieres que seamos, Lucas? ¿Sólo amigos? ¿O algo más...? Será tu decisión, y yo respetaré lo que decidas. —Se sentó a mi lado y me miraba directo a los ojos, como para que se me cortara la respiración en ese momento.
Supongo que estos son esos momentos de la vida en los que una decisión marcan tu destino para siempre, lo sabía. Sin importar lo que decidiera, mi vida iba a cambiar, y ya lo que antes fue no volvería a serlo nunca. Pero no podía callar más lo que mi corazón sentía, asi que... ¡A la mierda todo! ¡Yo me quedo con el rubio! Me lancé encima de él y lo besé.
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¡Hola! Soy Lucas (Próximamente en Físico)
Teen Fiction¡Hola! Soy Lucas. Sinopsis: Me gustaría decir que esta es la historia de un típico adolescente...y en realidad la vida de Lucas es casi como la de cualquier otro chico de 16 años: Le gustan los videojuegos, ama el futbol, la cerveza, el...