Estábamos sentados viendo como mis padres nos veían con enojos y con justa razón ya que nos habían capturado con las manos en la masa y no teníamos con que defendernos, Anthony, Rebeca, María y Alisa se habían ido a sus casas cuando vieron a mis padres, Adam se quedó con nosotros porque mis padres se lo pidieron, pero él también iba a huir de la furia de los Weys.
- Me han decepcionado los tres- comienza mi madre a hablar, cuando Grace Weys habla es para extenderse durante varios minutos. – miren a su alrededor, la casa está hecha un nido de rata, hay latas de cerveza tiradas, los muebles tienen marcas de zapatos y no quiero imaginar cómo estará el segundo piso de esta casa.
- Clausuramos ese lug...
- ¡Cállate que no he terminado de hablar! – Adam y yo brincamos nos sorprendemos cuando mi madre le grita a Jackson. - nuestra casa parece un antro de mala muerte y esto merece un castigo, pero ahora no tengo cabeza para pensar en un castigo, hemos tenido un vuelo de 10 horas y tengo dolor de cabeza que me está matando, ahora los quiero limpiando.
Mi madre sube las escaleras con furia dejando a mi padre en frente de nosotros.
- Es mejor que hagan lo que les dice su madre- mi padre toma el mismo camino que mi madre dejándonos en la sala.
- ¿ninguno sabia de su llegada? – pregunta Adam.
- No- respondemos mi hermano y yo al tiempo.
- Esto fue completamente una sorpresa, y ahora tenemos que pagar los platos rotos. – murmuro- con justa razón.
- Es mejor que nos pongamos en marcha si no queremos que baje y nos regañe.
Asentimos y nos levantamos para ir por los implementos de aseo.
Nos dividimos la casa en tres, Adam limpiaría el patio trasero, Jackson la sala y yo la cocina y el baño de la planta baja. Comienzo a recoger las latas de cerveza que estaban en el mostrador para luego echarlos en una bolsa de basura, luego tomo la escoba y una pala para recoger las que estaban tiradas en el suelo, solo llevábamos unos minutos y ya estaba cansada y muerta de sueño, y eso que todavía me tocaba el baño. Por la ventana de la cocina podía ver a Adam recoger latas y algunas botellas, muy mal por qué el patio era bastante extenso.
- Si quieres puedes dejar todo esto y subir a dormir, te ves cansada. - mi hermano entra a la cocina con una bolsa llena de basura.
- Por más tentador que me parezca esa propuesta debo denegarla porque de cierta manera fui participe de esta locura.
- Ya que te tocaron dos cosas puedo ir adelantando el lavado del baño mientras terminas aquí.
- Te lo agradecería- mi hermano asiente con la cabeza y no mueve ni un dedo.
- Sé que no es el momento de decirlo porque sucedió hace unos treinta minutos, pero te advertí que ese tipo no se traía nada bueno.
- Ahora lo se Jackson, y si tenías toda la razón, pero debes entender que debo aprender de la vida y que no es necesario que me lleven constantemente de la mano, ¿recuerdas cuando me dijiste que debía defenderme? Hoy lo hice y estoy segura de que Mandy no volverá a molestarme, necesito explorar todo mi alrededor porque las experiencias se aprenden.
- Tienes toda la razón, me he sobrepasado con tu intimidad y no quiero volverme un obstáculo en tu vida.
- Gracias Jackson- mi hermano abre sus brazos y me envuelve con ellos, hacía mucho que no hacíamos esto y digamos que extrañaba sus abrazos de oso.
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La gorditas también se enamoran
Teen FictionAmber Weys es una chica de 17 años con curvas prominentes y es por bien sabido que durante la etapa de la adolescencia los chicos suelen ser muy duros, el acoso escolar cada día es más grave llevando a Amber casi que a la locura, uno de los principa...