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Adam y yo nos vemos al ver nuestros nombres juntos y a los innombrable juntos, estoy segura de que la vida nos quiere ver todo el tiempo peleando con aquella nueva pareja de novios.

- ¿con quién les toco chicos? - pregunta Rebeca, al ver que ninguno de los dos decía absolutamente nada.

- Con Mandy y Luke- respondo con fastidio. Se suponía que el fin de semana iba a ser genial e inolvidable, lejos de la ruidosa ciudad y de las tortuosas clases. Incluso tuve hasta la esperanza que no iba a ver a Mandy y as sus secuaces durante los dos días, entre más de trecientos alumnos que están en último año.

- Un problema termina y uno nuevo comienza- bufa mi hermano al escuchar aquellos nombres- deberían hablar con el profesor, que ustedes no pueden convivir con ellos por problemas que tuvieron y que lo más probable es que derrumben la cabaña a punta de peleas.

- Ya lo escucharon chicos, no se permiten cambios- habla Adam igual de hastiado que yo.

- Será mejor que cada quien vaya a su cabaña antes de que ocupen las mejores camas. - propongo.

- Amber tiene razón, a parte nosotros debemos lidiar con dos personas insoportables- se secunda Adam. - nos vemos en la hora del almuerzo.

Vemos a los chicos alejarse mientras nosotros le mentamos la madre al profesor que nos colocó juntos.

- Ya es hora de ir a nuestro infierno- le digo a Adam mientras emprendemos la caminata a la cabaña del terror, en ese caso es un alivio de las rubias mueran primero, seguido del negro, luego el capitán del equipo de futbol y sobrevive la chica virgen, en ese caso, yo.

Entramos a la cabaña y la nueva pareja de la escuela se encuentra en una sesión de besos y que estaba a punto de rayar en el sexo. Adam carraspea para llamar la atención de los dos chicos, estos se separan de inmediato un poco asustado, de seguro creían que era algún profesor, pero al vernos sonríen con malicia.

- Que grata sorpresa- Mandy se separa de Luke para empezar a acomodarse su ropa. - somos compañeros de habitación.

- Para nosotros es una maldición- le informo, la chica de inmediato coloca mala cara, mientras yo le sonrió como si no hubiera roto un plato.

- Lo único que queremos es relajarnos, no pelearnos cada minuto, así que lo primero que queremos es que no anden teniendo sexo por todo el lugar- informa Adam mientras se acerca al camarote vacío.

- Vaya Adam, te has vuelto todo un monaguillo desde que te juntas con la chusma. - dice Mandy con sorna.

Claro, porque ya no es un promiscuo como tú,todo te causa gracia, pero quien puede cambiar a una zorra, pues nadie. – respondoigualmente con sorna. La chica me mira con ganas de querer asesinarme, perocomo al que no le gusta caldo se le dan dos tazas ahí tiene su respuesta.

- Lo que te ardes es que ningún hombre quiere tocarte por fea y gor...

- ¡Mandy basta! – el grito de Adam hace que de un respingo.

- ¡Oye no le grites a mi novia! - se levanta Luke de la cama para encarar a Adam.

- Pues dile a tu novia que deje de molestar a Amber- responde con un tono amenazante.

- Mi novia puede hacer lo que se le dé la gana, y si quiere expresar su inconformismo muy bien que lo puede hacer, y si tú te metes yo lo hare.

- Me impresiona lo hipócrita que eres- ríe con gracia Adam. – hace menos de un mes querías estar con Amber y la defendías de todos como un príncipe azul, y mírate ahora, defendiendo a la hermanastra fea de cenicienta.

- ¡Hermanastra fea tu madre! - Mandy intento abalanzarse hacia Adam, pero Luke la carga para evitarlo. - ¡Tú y esa maldita gorda me las pagaran! - Luke sale de la cabaña con Mandy en brazos.

La gorditas también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora