39

4K 232 22
                                    

El gran día de viajar a NY había llegado, con mucha emoción nos encontrábamos en el aeropuerto a la espera de nuestro llamado, Adam, Jackson y yo estábamos despiertos desde muy temprano planeando que es lo que íbamos hacer cuando llegáramos a la gran ciudad, Rebeca se nos unió horas después junto con su madre en el aeropuerto y debo decir que aquella mujer no era humana, era una impresora ya que ambas eran dos gotas de agua, solo que ella tenía el cabello largo y su hija no. Tony llego solo vestido completamente de negro como si fuera a un velorio y ni hablar de las gafas negras que cubrían sus ojos.

- ¿vas a un entierro? – le pregunta Rebeca con una ceja enarcada mientras lo mira de arriba abajo.

- Si no fueras lesbiana serias la afortunada. – responde. Rebeca y yo reímos a carcajadas.

- ¡Diablo! De lo que me perderé. – hace un mohín de tristeza.

- Te tengo una pregunta. – me dirijo a Rebeca. - ¿Cómo te diste cuenta que eras lesbiana?

- Cierto, ¿tuviste alguna experiencia con hombres? O simplemente te diste cuenta que te gustaban. – pregunta Anthony. Hoy se veía un poco más animado que las semanas pasadas.

- Yo sabía que me gustaban las niñas desde los 10 años cuando la etapa del desarrollo estaba en su apogeo, antes pensaba que solo estaba confundida por estar siempre rodeadas de niñas, y siempre peleaba con los niños cuando estos les jalaban las coletas. Luego en primer año de secundaria conocí a un chico no era el galán de Hollywood, pero había algo que me atraía de él, entonces creí que era bisexual, seguimos adelante, salimos, nos hicimos novios, ambos vírgenes y sin experiencia comenzamos nuestra faena y fue ¡Horrible! –Tony y yo reímos de su rostro de espanto al recordarlo. – no se colocó el condón bien y este quedo dentro, afortunadamente no sucedió como en Love Rosie. Lo terminé esa noche y me desvié por el bando de las mujeres.

- Entonces ¿estas dispuesta a lo del entierro? – pregunta un Tony socarrón.

- Lo siento querido amigo, sé que deseas esta belleza latina pero no la vas a poder tener porque tiene una novia.

- Envidio a María en estos momentos. – bromea. – por cierto ¿Por qué no vino contigo?

- Por más que la ame no la puedo llevar a todos lados conmigo, hay cosas de las que quiero hablar con ustedes y cuando esta ella no puedo, hay cosas que solo son de amigos y otras de pareja.

- Tienes razón, aprende Amber. – me da un codazo el chico. Llevo mi mano al pecho indignada por lo que me dijo.

- Sabes que es diferente porque él es amigo de mi hermano, y Jackson es amigo de Rebeca, y los dos vienen como el dos uno.

- Sí, pero nosotros dos somos tus amigos. – se señala y luego señala a Rebeca. – tal vez podamos pasar la noche los tres solos, afortunadamente nos están con nosotros ahora mismo.

- Está bien, me escapare con ustedes. - respondo rendida. – solo espero que me hagan pasar la mejor noche de mi vida.

- Amiga. – rebeca coloca su brazo alrededor de mis hombros. – estás hablando con fiesta. – toca su pecho. – y alcohol. – señala a Tony.

- Tengo el presentimiento de que moriré en NY. – respondo mientras intercalo mirada con los dos. Rebeca movía sus cejas de arriba abajo y Tony sonreía como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

- Tu solo deja todo en nuestras manos y pasaras el mejor fin de semana del mundo. – vocifera Tony. – ahora dejemos de hablar de las fechorías que vamos hacer porque ahí vienen tus padres con Adam y Jackson. – señala detrás de nosotras. Volteamos.

La gorditas también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora