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OMNICIENTE.

Los vi crecer desde muy pequeños y siempre supe que iban a ser grandes personas en la vida a pesar de las circunstancias. Pero tal parece que me equivoque al decir que tendrán toda una vida llena de felicidad, pero solo eran momentos esporádicos y eso había que resaltarlo, la vida es una montaña rusa que sube y baja constantemente pero tal como veía su destino la curva se aplanaba llegando hasta el final de la atracción.

Entonces Anthony lo supo, el nunca olvido la promesa que le hizo a Amber cuando se conocieron por primera vez, a él se le hizo extraño que después de tantas cosas que paso, ella haya querido estar con Adam, no entendí la razón, era inaudito que se haya Amber se haya quedado con su maltratador. Estaba furioso casi que, botando espuma por la boca, Adam había apostado con todo el grupo de futbol enamorar a la hermana de su mejor amigo, y lo peor de todo es ¿Cómo Jackson permito eso? Se notaba que no quería a su hermana para nada y todo lo que tenían montado era una obra de teatro, una vil y barata obra de teatro.

Pero... ¿Cómo lo supo?

Resulta que los chicos del equipo son un poco lengua suelta, y se rumoreaba entre ellos que Adam si estaba cumpliendo su parte de la apuesta y que tenía loquita a Amber Weys, sin más preámbulo y dispuesto a golpear a su primo por jugar con su amiga tropezó con el incubo del diablo. Mandy Stan.

- Ten más cuidado para la próxima. - le dice furiosa la chica. Pero ella noto algo raro en él, algo que le llamo la atención y quiso saber qué era lo que le sucedía. - ¿Qué te pasa? te ves furioso.

- El Maldito de Adam, eso pasa. - intenta alejarse de ella, pero Mandy lo toma de la mano curiosa por saber de su enamorado.

- ¿Qué paso con él? ¿está bien? – su rostro se transforma en uno de preocupación.

- ¿enserio? Tú también debes ser parte de eso, tu agredes a Amber desde hace mucho, los chismes por aquí vuelan y créeme, tienes merecido que te halla jalo del pelo teñido que tienes. – escupe furioso. – como estas sean unas de sus artimañas la pagaran muy caro, tú y Adam.

- No tengo ni idea de lo que me estás hablando. - suelta su mano furiosa. –pero si me dices podre afirmarte y negarte la veracidad de lo que te enteraste.

- La apuesta. - responde. - la apuesta en donde debían enamorar a Amber, ahora mi amiga está enamorada de un troglodita como lo es Adam. - ofuscado Anthony peina todo su cabello hacia atrás. Entonces Mandy tuvo una idea magnifica que hará volver a su enamorado.

- Si. - responde sin más. - es cierto, pero no debes decírselo a nadie, mucho menos a Amber.

- Enserio que eres una desadaptada, claro aún no le voy a decir, de que me vale que me hallas confesado eso si en mis manos no tengo las pruebas. Pero Mandy vio en Anthony su mejor aliado, aunque él no lo supera.

Por otro lado, la pareja de enamorados se encontraba en su segunda cita, Ambos habían decidió escaparse de la escuela, si como leyeron bien. Pero ¿Quién no hace eso cuando está en la escuela?

Ambos están exhortos pasándola genial lejos de la algarabía estudiantil. Se encontraban en las hermosas playas de Venice, alocándose con los locales que había en el lugar.

- ¿Qué tal si compramos una licencia de marihuana? - le pregunta Adam socarrón a Amber.

- Será para que mama nos asesine, y yo tengo una vida por vivir y pronto una empresa que manejar. – lo jala del brazo para desista de la idea.

- Oh vamos Amber, debes vivir un poco de adrenalina en la vida ¿Qué le piensas contar a tus hijos?

- Que las drogas son malas. - responde. – aparte, no es necesario drogarse para divertirse, solo mira donde estamos ahora, disfrutando de esta vista.

La gorditas también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora