Taehyung reía viendo la televisión, su serie favorita se estaba emitiendo y era el momento oportuno para que hiciera los masajes en la mano de Hoseok.
El pelinegro también se reía de las ocurrencias de tal serie, prácticamente ambos se concentraban en las imágenes que se proyectaban, mientras el mayor dejaba que Taehyung le hiciera masajes entre sus dedos. Los del menor se movían como si tuvieran vida propia, sabían dónde masajear, donde presionar para despertar los nervios que poco a poco iban dejando transmitir las órdenes del mayor.
Hoseok ya podía presionar una botella y verter el agua, podía tomar la mano de su novio entre sus dedos mientras caminaban, podía casi todo pero aún estaban esos pequeños tics donde su mano temblaba.
–Tenemos que hacer algo con ese cabello. – le dijo Taehyung a Hoseok aun vez la serie había entrado en comerciales. Taehyung señaló su cabello, alzando mechones entre sus dedos, eran irremediablemente largos además que tapaban la cicatriz del mayor.
Hoseok sopló el cerquillo de su frente, luego el castaño pasando su mano por su frente y dejarlo con sus cejas a la vista. –Eres más guapo cuando tienes las cejas descubiertas y tú frente. – dijo sincero Taehyung, a lo que Hoseok sonrió.
–Podemos dejar eso después, aún no me has dicho de que color quieres la casa. Los que vimos son todos blancos. – mencionó Hoseok a lo que Taehyung reaccionó con una mueca de disgusto. –Lo sé. –le apoyó dejando que se echara a su lado. –Hay una infinidad de colores y lo único que se les ocurre es el blanco. –
–Que tal un verde, para la tercera casa que vimos. Se camuflaría bien con las vistas. –
Hoseok rió por ese comentario, su color favorito era el verde pero no tanto como para que su casa pareciera un campo verde y estuviera en el ojo de cualquiera que pasara.
–Otras opciones. – tanteó el mayor, dejando a un Taehyung apoyar su barbilla sobre su brazo al echarse boca abajo.
–¿Y si lo forramos con piedras? Como la primera casa que vimos. –
La pequeña sonrisa de Taehyung hizo a Hoseok pensar bien las cosas. Quería complacerlo pero dentro de sus posibilidades y la primera casa que vieron; si bien su diseño enamoró al menor, no podían costearlo ni aunque el tipo millonetas le hubiera dado tres veces más por error. Por eso no se había ni quedado unos minutos dentro de esa casa que les gritaba lo que nunca podrían alcanzar. Pues esa casa realmente hizo que los ojos de Taehyung brillaran por eso decidieron visitarlo.
–Podemos, claro que podemos. – aceptó Hoseok, ya pensando de donde contrataría a personal para que decorara la fachada de su futura casa.