CAPÍTULO FINAL
El sonido de las cremalleras sonaban en ese cuarto, pasos yendo y viniendo del closet a la cama, de un mueble al otro. Taehyung recibía todo lo que Hoseok le daba y lo metía dentro de sus mochilas.
Con una gorra negra puesta, Hoseok sacaba lo que humanamente podían cargar. Más su infaltable tarjeta de crédito y algunas provisiones para comer.
Taehyung no sabía a ciencia cierta hacia donde se dirigían, el mayor le había mencionado un nombre pero era tan raro que ya se le había olvidado.
Necesitamos irnos.
Había dicho Hoseok apenas habían llegado a casa. Casa. Sonaba raro para Taehyung llamarlo así con el poco tiempo que llevaban. Miró alrededor y las pocas cosas que le puso empeño en decorar, se quedarían allí, empotrados para permanecer en un vago recuerdo en el futuro; sea a donde fuesen.
–¿Falta mucho? – preguntó sutilmente Taehyung a Hoseok.
–Algo se me olvida, lo sé. – murmuró Hoseok, con un ligero atisbo de haberlo escuchado. Caminó fuera del cuarto para dirigirse al baño, trayendo consigo después de unos minutos unos pequeños envases con alguna medicina. –Toma. – le tendió una mochila más un bolso de mano que más parecía otra maleta pero sin ruedas.
Taehyung lo tomó, parándose de la cama siguió a Hoseok, el mayor apagando las luces y verificando sus bolsillos.
Inmediatamente Anne y Veterano les empezaron a olfatear; ya que yacían segundos antes en el piso de la sala. Taehyung les hizo mimos con un semblante decaído. No los volvería a ver y eso le entristecía mucho.
Hoseok abría la puerta mientras Taehyung se agachaba para adorar a sus mascotas. Le frotó a Anne su oscuro y castaño pelaje, siendo su mejilla lamida por ella. Se le escapó una banal sonrisa pero sincera. –Cuídate. – le mencionó cariñosamente. Esta jadeó como intuyendo y percibiendo la tristeza de su dueño. Ella se empujó contra el humano, quien la tuvo que tener entre sus brazos para no caer. Sonrió como un niño y grande fue su sorpresa al palpar los costados del vientre del can.
Taehyung se giró hacia Hoseok y este le alzó una ceja para cuestionarle porqué la demora y que de maravilloso había encontrado. Llevándose él mismo la sorpresa ante las próximas palabras del menor.
–Está preñada. – exclamó con admiración Taehyung.
Hoseok volvió a cerrar la puerta principal y fue al encuentro con el castaño. Tocó el vientre del can pero no encontraba distinción. Anne gimoteó y retrocedió al sentirse vulnerable por los tocamientos.
–¿Estás seguro? – le preguntó Hoseok dudoso.
–Prefiero eso a pensar que está subida de peso. – explicó Taehyung. Hoseok vio una sonrisa en su novio y prefirió no refutarle nada, era mejor que pensara eso a borrarle esa pequeña felicidad en él.
–Estarán bien. – dijo Hoseok después de unos largos segundos, ya que Taehyung parecía no estar dispuesto a apartarse de los canes.
–Estarán solos. – mencionó decaído. Más logró pararse al fin y coger su bolso.
–Tienen la puerta de perros abierta para cuando quieran salir. Si nosotros pudimos adoptarlos otros también podrán. –
–¿Y quiénes los dejaron antes de que los encontráramos? – le preguntó con cierto rencor hacia esas personas, aunque no las conociera. –Estarían muriendo de hambre, comiendo de basureros. –