Capítulo 23. El Extraño Mal

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Dando un giro inesperado a sus intenciones, la muchacha notó que de repente le faltaba el oxígeno, llevándose una de las manos a su pecho. Trataba de calmarse y Negan, aprovechando a ponerse en pie, arrojó el cuchillo lejos de donde se hallaban y corrió hacia ella con el objetivo de atraparla y darle un castigo merecido. Dasha, en cambio, pegó un pequeño tropezón contra el escritorio y comenzó a notar una bajada de tensión severa hasta que su visión se tornó blanquecina y quedó ciega; no pudo aguantar en pie un minuto más y chocó contra el suelo inconsciente.

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La joven abrió los ojos lentamente.

Al principio, le costaba sostener su mirada hacia el vacío. Debió de permanecer durmiendo durante largo tiempo puesto que sentía los párpados tan debilitados que los ojos volvían a cerrarse una y otra vez sin obedecer sus órdenes.

-¿Cómo te sientes, pequeña aspirante a homicida?-preguntaba una voz de hombre en la sala.

Esta se veía demasiado débil para corresponder a esa pregunta. Sus párpados intentaban mantenerse abiertos, no obstante continuaban perdiendo su fuerza, vacilando con cerrarse.

-Se pondrá bien pronto, señorita.-añadió una segunda vez.-tan solo ha sufrido una bajada de tensión debido a elevados niveles de estrés. En este momento, le estamos proporcionando suministros de hierro y todo lo necesario para que su cuerpo vuelva a recuperar los índices de estabilidad iniciales.-le sonreía éste.

La joven, empeñada en realizar su mejor esfuerzo por sentarse sobre la cama, vio que en efecto se hallaba rodeada de cables introducidos en sus muñecas.

Dasha procuró esforzarse en hablar pero no pudo:

-Doctor, ¿es normal que cada cierto tiempo pierda la voz o es ella la que finge no poder hablar?-preguntaba Negan, divertido al advertir el fastidio de la joven.

-Con total honestidad, lo que yo observo en esta muchacha es que tiene tendencia a sufrir altos niveles de estrés, provocando con ello a que contribuya la aparición de una especie de mutismo.

-¿Qué demonios es eso?-preguntó él arqueando una ceja.

-El mutismo es una alteración psicológica que al no ser tratada debidamente desde la infancia, acabará siendo con el tiempo un problema más grave de incomunicación. Normalmente, las personas que sufren algún tipo de mutismo deciden, voluntariamente, dejar de hablar porque padecen miedos e inseguridades que les impiden hablar con las personas que le rodean.

Negan quedó pensativo alentándole a continuar con la explicación:

-Existen dos tipos de mutismo: el primero se denomina "mutismo total", esto quiere decir que, como la palabra "total" indica, la persona que lo sufre posee una total incapacidad de hablar con los demás, a consecuencia de un shock muy fuerte o la vivencia de una situación demasiado traumática...

-¿Y cuál es el segundo tipo de mutismo?-interrumpió.

-El segundo tipo es el denominado "Mutismo Selectivo", que hace referencia a cuando la persona deja de hablar con determinadas personas, normalmente desconocidos, compañeros o de otros ámbitos sociales distintos.

-Pienso que está claro cuál de los dos padece...-afirmó Negan.-No suele suceder a diario pero hay ocasiones en las que por alguna clase de extraña razón, pierde su voz y tras haber transcurrido un periodo de tiempo vuelve a recuperarla, llegando a actuar como si nada hubiera sucedido.

-Dasha.-llamó el doctor dirigiéndose a ella y le preguntó.-¿esto ocurre con solo algunas personas en particular?

Ella negó rotunda con la cabeza.

-Entonces, estamos hablando de algo más genérico.-dedujo él.-No eres capaz de recuperar el habla con cualquiera de nosotros... ¿Y con algún familiar?

La muchacha no se sentía segura, por lo que llamaron a Daryl para hacer presencia, tratando de buscar algún tipo de solución que fuera efectiva a su mal. Sin embargo, ella fue incapaz de lograr algún avance. A diferencia de lo que pensaban, ni siquiera la presencia de su hermano pudo solventar el problema.

El doctor sugirió como última opción, que permaneciese aquella noche bajo observación para su más estricta vigilancia y que tras realizarle un estudio psicológico acerca de su condición exacta, podría regresar la mañana siguiente a casa.

-Me parece bien pero esta noche me quedaré yo para acompañarle. No me extrañaría a estas alturas que esta pequeña mocosa se inventara toda esta burda farsa para planear un escape.

Y allí se ubicaba sentado Negan; todo le parecía irónico. Después de cuatro años, se hallaba reviviendo la misma escena aunque con una mujer totalmente distinta; solo podía observarla con atención, rememorando situaciones familiares de un pasado ya inexistente.

Nunca había pensado en que el destino tuviera la osadía de regresar a jugar con su salud mental y ponerlo a prueba una vez más, tras presenciar la evolución de Lucille, la cual se había encaminado hacia una muerte segura.

Entre este y otros tantos pensamientos triviales que se iban acumulando en su mente, el hombre se dejó caer sobre la cama junto a Dasha, hasta que sus párpados se cerraron de golpe y se quedó dormido.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora