Capítulo 44. El Transcurso del Tiempo

1.1K 106 11
                                    

-¿Qué es lo que se supone que pretendes con esto?

Pronunció una voz a sus espaldas, interrumpiendo uno de los tantos besos que la pareja se había propinado. La reacción de Dasha fue por menos inesperada al caer en la cuenta de que aquella voz pertenecía a su hermano Daryl, a aquel con el cual cuya relación fraternal parecía empeorar con el devenir del tiempo.

Ésta se giró situándose frente a él y bajo la atenta mirada de Negan, dijo:

-¡Ya basta! Quiero que dejes de controlarme de una maldita vez, Daryl. Creo que ya es suficiente; estás llegando a un límite que me está empezando a resultar repugnante.

-¿Tan repugnante como traicionar a los tuyos para dar libertad a nuestro peor enemigo, así como revolcarte con él, querida hermana?-respondió con sarcasmo.

Dasha se quedó de piedra, anonadada ante semejante insinuación. Tanto que se dirigió hacia él con el objetivo de soltarle una sonora bofetada en toda la mejilla.

-Gracias por dejarme claro que la repugnancia es capaz de manifestarse por sí sola.-decía ella claramente ofendida.-Desde luego, no vendría mal que te aplicaras el cuento, querido hermano. No solo sabes dirigirte a una mujer para tratarla como una perra en celo sino que también pareces sentir agrado por etiquetar a otros que ni siquiera pertenecen a tu grupo de aliados, como es mi caso, por ejemplo.

Dicho esto, la muchacha abandonó la sala sin importar que fuera lo que estaba a punto de suceder entre ambos sujetos que permanecieron allá presentes. Quizás le viniera bien alejarse de ellos durante un tiempo para aclarar sus pensamientos y descansar de tanta polémica acontecida.

Las siguientes semanas transcurrirían sin ninguna clase de complicación. Las batallas habían cesado de forma repentina y al fin, podía decirse que se respiraba un ambiente de calma y paz en la comunidad. Al parecer, los miembros de Los Salvadores no habían dado señales de vida; no debían extrañar a su líder lo suficiente como para luchar por su rescate. Negan en cambio, seguía sin recobrar su memoria. Dasha lo había ido a visitar en un par de ocasiones más sin que su hermano se hubiera percatado de ello, (obviamente a escondidas) pero llegaría un momento en que alguien se chivaría y se le prohibiría de manera tajante la oportunidad de volver a ver a su compañero del alma.

Por otra parte y sin esperarlo, la salud de la joven comenzaría a debilitarse con el paso del tiempo entre la impotencia de no poder volver a ver a la persona que ella quería y entre que había días en los que la comida de aquel lugar no parecía sentarle bien a su estómago. Al final, siempre acababa vomitando y tirándola a la basura. Era consciente de que era un desperdicio pero ella no era dueña de los retortijones que se tornaban más notorios dentro su organismo. Esa también había sido, sin duda, una de las causas que había provocado que las visitas a Negan hubieran disminuido con demasiada frecuencia.

No lograba incluso conciliar el sueño durante la noche, hasta que pensó seriamente ir en busca del médico que la había atendido con anterioridad. Dasha temía sufrir alguna grave enfermedad, alguna que no tuviese cura. Los últimos días empezaban a sentirse cada vez peor y llegaba a pasarse días enteros recostada sobre su cama sin hacer otra cosa que preguntarse cuál sería el mal que la estaba acechando. ¿Acaso estaría pagando por no haberse posicionado del lado de su hermano?¿Quizás estaría cosechando lo que había sembrado?¿Amar al enemigo era lo que en realidad la estaba condenando a sufrir dicho dolor?

No lo sabría hasta que no acudiera al médico a resolver sus dudas aunque debía reconocer que en el fondo sentía pánico de conocer el origen de sus constantes dolencias. Ella siempre había odiado a los médicos, tanto que se pasaba años sin acudir a las consultas médicas. Además, nunca había sido una muchacha propensa a enfermedades; su organismo estaba provisto de tan buenas defensas que apenas padecía de resfriados, no obstante sabía que llegaría el día en que tendría que empezar a acudir con mayor asiduidad.

Sin embargo y tras varias pruebas, el médico llegó a una determinación prácticamente inesperada. Las palabras que pronunció dicho profesional, la dejarían más sorprendida de lo que se esperaba:

-Estás embarazada. Y de 3 meses.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora