Capítulo 46. La Transformación

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Los días siguientes se convirtieron en una confusión que aumentaba con desmesurada rapidez, tanto que la muchacha se sentía constantemente atormentada. No había cumplido lo prometido, tal y como le había hecho ver a Negan en días previos a su "inesperada visita" y es por esto que él había dado por sentado que ésta lo había vuelto a engañar una vez más. Pero le daba lo mismo, según ella, él ya no la recordaba; y esa era la causa desencadenante que le hacía preguntarse una y otra vez si en verdad merecía la pena arriesgar su vida y la de su hijo. Ni siquiera se sentía con ánimos de llevar a cabo lo que venía planeando desde hacía meses. Algo extraño estaba sucediéndole, en efecto, y no fue capaz de averiguar de qué se trataba.

¿Debería entonces empezar a preocuparse? Esa había sido la pregunta que golpeaba su pensamiento con frecuencia.

<<¡Suficiente!¡Se acabó!>>, una voz se hizo notable dentro de ella.

Había decidido a aprovechar aquel único momento en que el niño estaba siendo cuidado por Michonne para apresurarse a echar mano de la pistola que había logrado mantener a escondidas durante largo tiempo. Era hora de mostrarle al mundo quién era ella en realidad. Nadie mandaba en ella. Eso es algo que tenía muy claro desde hacía muchos años.

Abandonó la habitación al mismo tiempo que su expresión transmitía un odio visceral no visto en ella hasta ahora.

En sus botas portaba un cuchillo de hoja gruesa el cual no tendría reparos en utilizar. Ya había matado a muchas personas. Sí, personas... no zombies; y sabía que aquel era el momento idóneo para exhibir su verdadera naturaleza. Desde un inicio en que había tenido contacto con este grupo de mancomunidades, facilitó la posibilidad de que todos dieran órdenes sobre ella; cuando ella nunca se dejaba engatusar de esa manera. Era autosuficiente y volvería a serlo, por las buenas o por las malas.

A lo lejos, haciendo guardia frente a la puerta de la sala donde Negan se hallaba recluido, estaba el reverendo Gabriel.

<<No necesito tu religión>>, se decía a sí misma con determinación.

Éste la vio y dijo:

-Buenos días, Dasha.-sonreía.-¿Qué es lo que te trae por aquí?

Dasha no respondió. Solamente sonreía falsamente, analizando lo atractiva que se le hacía la escopeta que éste aferraba con firmeza entre sus manos, hasta que acertó a decir:

-Bonita escopeta...

Y en cuanto acabó de hablar, se aproximó muy rápido hacia él, la acarició y con la otra mano por detrás alcanzó el cuchillo para rajarle el cuello sin pestañear. Cuando Gabriel cayó al suelo, quedando su cuerpo boca arriba, Dasha pronunció:

-Que Dios le bendiga.

Acto seguido, agarró la escopeta y junto con ella, las llaves de la entrada. Hizo lo propio y logró liberar a Negan, el cual seguía mostrando indicios de no recordarla.

-Acompáñame a mi habitación rápidamente. Voy a buscar a nuestro hijo.

Para su sorpresa, el bebé se encontraba en brazos de Carl.

-Gracias por cuidar de él.-sonreía amablemente.

En cuanto se giró, prosiguió con el plan que tenía trazado en mente. Aquella mañana, el grupo de Rick había salido a buscar víveres y también contaba con la suerte de que Michonne no estaba presente, pues podría convertirse en un obstáculo difícil de lidiar.

Negan y Dasha corrían y corrían. Corrían en busca de algún vehículo pero ninguno se hallaba disponible para su partida inmediata.

-Recorreremos el camino a pie.-se aventuró a decir él.-Llevamos alimento suficiente para resistir el paseo.

Ella asintió con total seriedad.

Sin embargo, en cuanto se disponían a marcharse, Carl los descubrió, apuntándolos con una pistola y obligándolos así a detenerse:

-Carl, por favor... No quiero hacerte daño...-dijo ella.

-Él no puede marcharse, Dasha.

-Deja que nos vayamos. No volveremos nunca más. Negan no volverá a molestaros.-aseguró ella nerviosa.-Yo me encargaré de ello.

-¡Ha matado a nuestra gente y por ello debe morir encerrado en la celda!

-No lo permitiré, Carl.-respondió ella ofendida.-Es el padre de mi hijo...

-¡...un hijo que crecerá y en cuanto descubra la verdad, se deshará de él!-la interrumpió él.

-¡Es suficiente!¡Déjanos ir! Solo queremos hacer nuestra vida fuera de estos muros.-explicó ella.-Esta no es la clase de vida que quiero para mí. Si me quedo un poco más, moriré.

Carl no comprendía qué es a lo que ella se refería. Su rostro delataba confusión:

-Es complejo tratar de explicarlo ahora. Simplemente, no soy quién crees que soy, Carl. Y dudo mucho que quieras conocerme cómo soy en realidad. Por tanto, mi deber es marcharme antes de que sea demasiado tarde. No me siento bien aprisionada en este lugar y temo en que llegue el día en que pueda hacer algo que no será agradable ni para ti ni para mí. En realidad...-tomó respiración.-la amenaza soy yo; no él.

El joven muchacho no daba crédito. ¿A qué se refería Dasha con aquellas palabras?

-Si me dejas ir, no contaré nada... lo prometo.

Carl siguió manteniendo el arma erguida por escasos minutos más, apuntando hacia ellos  hasta que ella volvió a insistirle:

-Te doy mi palabra...

Y lo pronunció de modo tan suave, que el muchacho sintió una breve punzada en el corazón. Se mostraba sin duda, reacio a dejarla ir. Sabía que no era lo correcto pero no pudo resistir bajar el arma hacia el suelo.

-Te dejaré ir.-la muchacha se disponía a salir cuando Carl dijo algo más.-¡Dasha!-ésta lo miró fijamente a los ojos.-¡Saldré a buscarte! Y no quieras saber qué es lo que le sucederá a él cuando eso suceda.-amenazó él, mirándola con ternura y forzándose horriblemente a sí mismo para dejarla libre.

Dasha asintió con la cabeza en muestra de agradecimiento, procediendo a abandonar el lugar junto con Negan y el bebé.

Por otra parte, Carl dejó caer una lágrima por su mejilla y susurró para sí mismo:

-Yo ocuparé su lugar...

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora