Capítulo 30. El Nuevo Inquilino

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Alexandria...

-¿Dónde está Carl?-preguntó Rick exaltado tras haberlo buscado por todos los rincones de la comunidad. A cada vecino que preguntaba, éste recibía una negativa; no había rastro de Carl aunque no tardó en sospechar dónde se hallaría.

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Carl Grimes recorría las carreteras en dirección a la comunidad de Los Salvadores, totalmente desarmado y sin importar qué pudiera suceder a continuación. Tan solo lo movía un objetivo: rescatar a su amiga Enid. Era consciente de que llegar allá le llevaría bastante tiempo de caminata, estaba seguro de que tendría que defenderse de varias criaturas sedientas de su cerebro pero nada de eso le importaba ya. Después de todo cuanto había sufrido a lo largo de su corta vida, cualquier pequeño susto, no sería nada comparado con su extensa experiencia relacionada con la supervivencia.

<<Llegará un momento en que nadie conseguirá vencerme>>, pensó con altiva seguridad.

Se trataba en efecto, de un muchacho que poseía enormes aires de grandeza; y tampoco es que sea de culpar. Desde muy corta edad, había hecho frente a toda clase de obstáculos, consiguiendo superarlos, pese a que ello le haya costado la pérdida de un ojo y la muerte de su madre, la cual nunca pudo borrar de su mente.

El muchacho continuaba inmerso en sus propios pensamientos cuando tras varias horas de caminata, al fin pudo observar que a lo lejos se hallaba la comunidad de los nefastos individuos en cuestión. Decidido a poner su vida en riesgo, no dudó en dar un paso hacia adelante para buscar una manera de colarse en dicha comunidad. Aprovechó a que el grupo de Negan se encontraba junto con él en la Colonia Hilltop, pues no habría momento mejor para aprovechar la oportunidad de liberar a su querida amiga.

Era cierto que había prometido que jamás la volvería a salvar, no obstante eran palabras que no habían sido pronunciadas en serio. No quería imaginar por lo que la muchacha estaría pasando en compañía de seres tan despreciables.

De esta manera, atravesó el centro de la zona y a lo lejos, divisó un edificio grisáceo el cual asumió que era donde Enid debía hallarse reclusa. Al entrar, su visión fue invadida por la casi más absoluta oscuridad aunque haciendo caso omiso de ello, avanzó en dirección recta hasta que pudo advertir unos escasos rayos de luz procedentes de pequeñas ventanas que atravesaban lo que parecían ser unos angostos pasillos. Caminaba en silencio y con esmerado cuidado en caso de darse la presencia de guardias; no sabía muy bien hacia dónde se dirigía sin embargo continuó su camino recorriendo todos los pasillos que le fue posible atravesar hasta que pudo percibir unos pasos sigilosos justo detrás de él.

Su cuerpo comenzó a verse invadido por un temblor sofocante y pegó un salto al girarse y ver a una mujer que se le quedaba mirando seriamente:

-Disculpa por el susto pero, ¿qué estás haciendo en este lugar, jovencito?

Era Sherry.

-¿Y tú quién eres?-preguntó él desafiante.

-Mi nombre es Sherry.-respondió ella.-Imagino que estás buscando a la joven que Negan retuvo ayer, ¿no es así?

El muchacho asintió con la cabeza sin decir palabra.

-Por favor, sígueme.-le pidió ella.-te llevaré hacia dónde está aunque tras haberlo hecho me iré. No me gustaría recibir un severo castigo por haberte ayudado.

Carl no perdía nada siguiéndola. Una parte le decía que no debía fiarse. Se trataba en efecto de una desconocida y nunca sabría si en realidad guardaba intención de tenderle una trampa, pero si se disponía a buscar a Enid por sí solo, lo más probable sería que no acabara nunca por dar con ella y tan solo el estar allí hubiera resultado ser una pérdida de tiempo. Debía darse prisa antes de que los detestables individuos del grupito de Negan dieran su aparición. Entonces, sí que se vería envuelto en un grave problema.

-Aquí es.-dijo ella al fin, señalando una de las puertas.-aunque es posible que ella no se haya dado cuenta, la habitación no está cerrada con llave.

-¿Y cómo puede ser que todavía siga dentro?¿Acaso piensas que ella no habría intentado abrir la puerta aprovechando que los demás se han ido?-se cuestionaba Carl, confuso.

-No lo sé... tendrás que averiguarlo por ti mismo. Pienso que ya he hecho los suficiente arriesgando mi propia vida para ayudarte.

-Gracias...-murmuró él al mismo tiempo que abriendo la puerta del habitáculo donde supuestamente Enid debía hallarse encerrada.

Para su sorpresa, Carl pudo divisar que Enid todavía seguía dentro de la sala de encierro y esta tenía sus manos atadas así como su rostro cubierto por un saco de tela.

-Enid...-susurró él con ternura.

Y su sonrisa se apagó en el momento en que descubrió el rostro que se hallaba escondido bajo el pesado saco de tela. No podía creer de lo que sus ojos estaban siendo testigos. Aquella no era la Enid de siempre sino una Enid que poseía una mirada que representaba la naturaleza inerte. Sus ojos, casi blancos, lo analizaron durante varios segundos ante la mirada atónita del mismo; era como si la propia muchacha, con una mirada perdida, lo hubiese reconocido durante los primeros segundos en que sus miradas se cruzaron; el muchacho negaba con la cabeza, retrocediendo unos pasos hacia atrás hasta que chocó contra la pared. Cuando se dio cuenta, éste se vio acorralado por la muerta, sin embargo Sherry fue rápida y aferrando un cuchillo que tenía secretamente guardado en una de sus botas, se lo clavó a la joven. Carl se encontraba en estado catatónico... 

Y se culpó por no haber sido él el indicado para acabar con su vida. 

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora