Capítulo 41. Rosita

1.2K 114 7
                                    

En el momento en que Negan se disponía a girarse sobre sí mismo, el sonido ensordecedor de un disparo se hizo audible de forma repentina provocando que la bala, al chocar contra Lucille, la misma le golpeara el rostro debido a la fuerza del impacto. Sin embargo, tuvo la suerte de que solamente se le hubiese clavado uno de los pequeños hierros en el rostro. Al retirar el bate, se pudo advertir que en efecto, de un lado de su mejilla comenzaba a brotar un hilillo de sangre.

Dasha se quedó boquiabierta observando la escena. Y Negan no lo dudó siquiera por un instante. Dirigió una expresión tenebrosa hacia Rosita, la cual lo miraba también a su vez con una ira profunda recién desatada en su mirada, desafiándolo sin perder contacto visual. Éste se acercó hacia ella y le gritó en plena cara:

-¡Arrodíllate!¡Arrodíllate y házlo ya, perra!

Ésta en cambio, le guiñó un ojo y seguidamente, le dedicó una sonrisa fruto de puro sarcasmo para mostrarle una vez más que no le importaba qué tanto él intentara ordenarle, por lo que tuvieron que ser otros dos miembros de los Salvadores los que forzaran a la señorita a situarse de rodillas a la fuerza. Daryl, Rick y demás compañía permanecía sin mover un dedo, ya que temiendo a que alguien más saliera mal parado, tan solo se limitaron a continuar mirando boquiabiertos la escena. Eran conscientes de que no albergaban posibilidad alguna de protestar, pues sabían qué sería lo que acontecería a continuación. Aquella joven imprudente había cavado su propia tumba sin tener siquiera necesidad de ello y su castigo no tardaría en hacer su aparición:

-Ahora pagarás por lo que acabas de hacer. ¿Tus últimas palabras, insensata?

Ella no dejaba de mirarlo con odio profundo. Le sonreía. Lo provocaba a cada segundo.

Dasha en cambio, intentó dar un paso hacia adelante y calmar a Negan sin éxito alguno:

-Negan, por favor... No...-le susurraba ella tocando su hombro por detrás.

-¡Por el amor de Dios, Dasha, ha intentado matarme!-gritó él furioso sin poder creer lo que le estaba diciendo ésta.-¡Tus últimas palabras!-insistía nervioso.

El silencio hizo presencia.

-¡Tus últimas palabras!-gritaba al mismo tiempo en que se disponía a levantar a Lucille.

-¡Termina con esto!-y aquellas habían sido las últimas palabras de Rosita, pronunciadas hasta que el bate golpeó con fuerza su rostro, desfigurándolo por completo.

Dasha se dio media vuelta entre lágrimas negándose a ser testigo de semejante escena. Negan había dado vida al mismo diablo. No podía creer lo que sus ojos habían acabado de percibir. Aquel no era el hombre al que ella tanto había acabado por querer; era una persona mas bien distinta. No se lo pensó demasiado y dio unos pasos hacia adelante sin volver la vista atrás, caminando movida por una fuerza invisible que la obligó a abandonar el lugar. Éste no se había percatado de ello, pues seguía inmerso en aquel infame acto.

La muchacha se marchó de allí sin previo aviso; con la suerte de que nadie la hubiera detenido a tiempo. Era consciente de que aquello le había superado y su impulsividad actuó con demasiada rapidez pero estaba convencida de que debía abandonar aquella región y alejarse de Negan para continuar la vida que había estado llevando hasta el momento. Se maldijo a sí misma por haber permitido que los Salvadores la encontraran y la llevaran ante Negan.

Sin embargo, le bastaron escasos segundos para decidirse. Se marchó. No pudo ser capaz de ver más y sabía que tras ello, Daryl no querría saber nada acerca de su existencia. Sin querer, había perdido absolutamente todo cuanto creía haber vuelto a lograr, algo que tanto anhelaba. Debía irse y debía hacerlo ya.

A lo lejos, todavía pudo escuchar la voz de triunfo de Negan:

-¡Espero y nadie vuelva a tener los cojones de meterse conmigo!

Aquel había sido el último sonido que ella pudo advertir de los labios de la persona que amaba. Y no esperaba escuchar ese sonido nunca más.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora