Capítulo 25. El Beso Delator

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-Negan... -susurró ella tan débil que apenas pudo llegar a los oídos del mismo.

-Creo que no te he escuchado, señorita.-dijo él aproximándose cada vez más a ella y observando como ésta se quejaba del malestar que sufría; yacía tumbada boca abajo sobre la cama, echándose las manos al estómago y tratando de aguantar el dolor, rogaba porque al fin se extinguiera.

Alguien había llamado de repente a la puerta. El detestable sujeto se irguió enseguida para abrirla y descubrir que había un hombre sosteniendo una bandeja con alimentos.

-Gracias David.

Y así, habiendo devorado la comida con excesiva rapidez y sin absoluto control en sus modales, ignoró que Negan la estaba observando con una sonrisa muy amplia. Parecía como si el único objetivo en vida que le hiciera sentir feliz, fuese el de disfrutar constantemente de su sufrimiento. Y cuando Dasha terminó al fin de comerse todo, éste tuvo la amabilidad de agarrar la bandeja y posarla sobre la mesa del escritorio para  acto seguido, tomar asiento en la silla y preguntar:

-Veo que ya te encuentras mucho mejor, pequeña homicida. El hambre debió de haber hecho mella en tu lamentable salud.

Dasha le dedicó una mirada de evidente fastidio aunque al ver que se sentía más aliviada que otra cosa y no le daban ya dolores de estómago, podía notar incluso que su estado de ánimo había mejorado después de que aquel dolor insoportable hubiera concluido.

-Ahora que has comido discúlpate como debes.-ordenó con seriedad, acompañando ese mandato con un gesto que indicaba que ésta se acercara hacia él.

La joven asintió con la cabeza puesto que no tenía otro remedio; lo menos que podía hacer era obedecer sus órdenes después de la escena que había causado hace escasos días. Así, se acercó lentamente a Negan; viendo que él todavía permanecía sentado en la silla sin moverse ni hacer ademán de ponerse en pie, siguió clavada tal cual justo frente a él, mientras lo observaba a los ojos con una mirada poco común a lo habitual; esta vez, sus ojos transmitían inocencia y debilidad, posiblemente debido a su estado actual o quizás porque ya estaba cansada de resistirse.

Sin decir una sola palabra, Negan tiró fuerte de ella; tanto, que cayó sobre él de manera abrupta tal y como había ocurrido la última vez en la sala del Harén. Dasha forcejeó intentando ponerse en pie al instante; de poco le servía, no tardaría en averiguar por  qué. Era demasiado tarde, su rostro la había delatado, sus mejillas mostraban un rubor inconfundible, se veía visiblemente avergonzada:

-¡Deja de resistirte de una maldita vez!

Ella negaba sin evitar sonrojarse. Al haber tirado tan fuerte de la joven, la había hecho mantenerse en una postura no por menos provocadora sino también demasiado íntima, hallándose sentada frente a él con las piernas abiertas. Lo peor de todo fue que el líder la atrajo más hacia sí.

-Quédate quieta...-susurraba esta vez con ternura, mirándola con intensidad.

Y así permaneció durante largos minutos en los cuales su rostro se tornó totalmente rojo sin hallar la valentía necesaria para corresponder su mirada durante más de pocos segundos. Negan posó una de sus manos sobre la espalda de la muchacha mientras que la otra la situó en su trasero, palpando sin pudor alguno por encima de la tela a su decisión. La atrajo cada vez más, obligándola a que no tuviera otra elección que mirarle a los ojos.

-No, por favor...-susurró ella temblando por lo que pasaría a continuación.

-Me encanta que te resistas, ¿sabes por qué?.-se hizo un silencio en el que ella no supo qué responder.-Porque eso te hace ver más interesante de lo que ya eres.

Y tras dicho lo anterior, la atrapó en un tierno beso. Al principio fue suave y lento mientras la mantenía en su abrazo pero a lo largo de unos minutos comenzaría a profundizar más allá de sus labios, apretándola más duro contra él.

-Escatima en tus esfuerzos.-murmuraba él durante el beso.-tu actitud te ha delatado y lo sabes.

Ella no decía nada; agotada de protestar y viendo que tampoco le iba a servir de nada volverlo a intentar, decidió dejarse llevar por aquel irresistible beso... y comprendió enseguida que no deseaba que se detuviera. Era asombroso lo tanto que había extrañado el tacto de sus labios rozar contra los suyos, su sabor, la humedad de su dulce lengua... Negan se sintió fascinado cuando vio que ella, a pesar de resistirse, no tardó demasiado en corresponderle; ahora lo rodeaba con sus brazos y abría más las piernas. Él sostenía su rostro mientras la besaba, bajando su otra mano hacia el trasero para amasarlo y hacerle descubrir la dureza de su deseo más íntimo; ella, comprendiendo aquella señal, empezó a moverse hacia adelante y hacia atrás, rozándose contra él de forma incansable.

Sin embargo, la tierna escena fue interrumpida por unos golpes en la puerta:

-¡Lárgate!-gritó Negan sin apenas poder hablar a causa del deseo que lo cegaba.

-¡Siento molestar pero quería informarte de que tenemos a dos rehenes!

Éste, como si lo hubieran despertado de una larga siesta, alejó a Dasha y se dirigió corriendo hacia la puerta, cerrándola tras de sí y dejando a la muchacha con los labios hinchados fruto del apasionado beso y confundida al mismo tiempo.

<<¿Qué es lo que ha pasado?>>,se preguntó ella rozando los labios con uno de sus dedos.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora