Capítulo 19. Di las Palabras

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No tuvo tiempo para caer en la cuenta de que sus labios habían sido invadidos por la placentera calidez de los suyos. Y cuando quiso hacerlo, el mundo ya había dejado de existir bajo sus pies, manteniéndose así durante largos minutos, rendida a aquel beso que aunque estaba segura de que debía rechazar no fue capaz de hacerlo. Su cuerpo no obedecía.

-No.-decidió apartarse en un momento de lucidez.-¿Qué estás haciendo?

-Mas bien deberías preguntarte lo mismo.-sonreía él observando el rubor en sus mejillas.

Ésta, intentando alejarse de Negan, solo obtuvo el resultado contrario; que él la apegara más contra su cuerpo.

-Déjame...-murmuraba ella apenas audible, pese a que eso solo aumentó la excitación del hombre. Tal y como había admitido con anterioridad, su devoción eran las mujeres que se resistían.

-Dasha... tanto tú como yo sabemos que eso no es lo que quieres.-espetó él mostrando excesiva seguridad en sí mismo.-Estoy seguro de que si te besara una vez más, te mantendrías disfrutando de la sensación hasta quedar saciada. No trates de ponerme a prueba...

-No es cierto. ¡Déjame ir!-protestó ella al verse agobiada a causa de su amarre.

Negan, el cual cada día que pasaba disfrutaba más humillándola la atrajo de nuevo hacia sí y sosteniendo su cabeza suavemente la atrajo hacia él sorprendiéndola con otro beso mucho más profundo y húmedo que el anterior. La muchacha no podía creer lo que estaba sucediendo. Su cuerpo no parecía aceptar las órdenes enviadas por su cerebro; por más que intentara despertar de aquel irresistible beso, fue completamente incapaz... y se odiaba a sí misma por ello. Mientras su hermano estaba siendo maltratado en un remoto habitáculo carente de luz y comida, ella sentía asco de sí misma al verse disfrutar de tal forma del hechizo que aquel hombre parecía haber arrojado sobre ella.

A pesar de que Dasha había intentando detener aquel gesto, al final contribuyó al abrazo y a mortificar su culpa correspondiendo al beso durante unos escasos momentos en los cuales pensó que pronto lamentaría lo sucedido. Y vaya si lo lamentaría.

-¡No!-protestó durante el beso.-¡No puedo hacer esto!-Negan no le daba importancia pues sabía que en realidad estaba deseosa de seguir profundizando más. Éste acariciaba su rostro e iba dejando besos tiernos por su mejilla, la comisura de sus labios y próximos a su cuello, zona erógena por excelencia a causa de la cual Dasha pensó que debía detener aquello si no quería llegar a palabras mayores.

Tan pronto como Negan se disponía a meter sus manos por debajo del suéter de color amarillo para descubrir la piel que se hallaba escondida en su interior, encaminándose en dirección a sus pechos, la muchacha le soltó una sonora bofetada en cuanto éste logró palpar uno de ellos.

-¿¡Qué es lo que sucede ahora!?-preguntó él furioso sin entender nada.

-¡He dicho que no quiero!¿No crees que has tomado ya demasiada ventaja sobre mí, cretino?

Éste, sorprendido dijo:

-Estoy seguro de que me has echado de menos durante el tiempo que no nos hemos visto, ¿me equivoco?.-al recibir un silencio como respuesta insistió.-Admítelo. Di esas palabras.

Dasha no pudo evitar ruborizarse una vez más ante semejantes palabras de aquel indecoroso indeseable. Y al fin logró desasirse con fuerza hasta que esta vez sí pudo salir corriendo de la sala sin temor alguno a que Negan la detuviera. Él simplemente permaneció sentado en el sofá con aire pensativo, tratando de analizar lo recién acontecido.

<<¡Canalla!¡Te odio!>>, gritaba ella para sus adentros a la vez que huía en dirección a su habitación.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora