Capítulo 42. La Celda

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-¿¡A dónde ha ido Dasha!?-gritó Negan tras darse cuenta de que al girarse, no había nadie detrás de él.

Algunos de los miembros de la comunidad de Alexandria se mostraron secretamente ataviados con numerosas armas por lo cual, aprovechando a que éste se hallaba en un estado de debilidad, algunos hombres pertenecientes a los Salvadores fueron asesinados en el más puro silencio, fruto de haber probado la daga del cuchillo rebanando sus propias gargantas.  Negan, en cambio asemejaba permanecer en una especie de atontamiento, buscando durante largos minutos a la joven muchacha con la mirada. Su expresión se tradujo en desolación.

En cierto modo, tan entretenido se encontraba que no se percató de que Rick llegaba justo por detrás de su espalda para apuntarle con una pistola a la cabeza.

-Parece que a alguien le gusta atacar como toda una nenaza, ¿no es así, Rick?-preguntaba con desprecio aunque era evidente que todavía se hallaba distraído y poco parecía importarle la escena. No opuso resistencia y ni siquiera modificó su actitud al ver a varios de sus hombres muertos bajos sus pies.

Rick no dudó en propinarle un puñetazo en toda la cara, de manera que la sangre goteaba de repente de la nariz de Negan y a pesar de ello, éste empezó a reír animado:

-Adelante... dejaré que acabes con mi vida si ello te hace sentir mejor.-le guiñó un ojo y ahora recibió un rodillazo en pleno estómago. El dolor provocó que éste se viera forzado a arrodillarse sobre el suelo sin querer perder la sonrisa de su rostro. A esto le siguió una ligera sensación de nausea.

Rick escupió sobre el terreno y le dijo:

-Haré algo mejor que eso; haré que te encierren bajo llave y así empudrezcas para el resto de tu vida.

-¡Idiota!-se reía a fuertes carcajadas.-Sabes que llegará algún día en que me liberen. Sería mejor que me mataras ahora antes de que sea demasiado tarde.

-No....-negaba con la cabeza dando énfasis a su decisión.

-¿Acaso crees que conseguirás algo con esta actitud, bastardo?

-No lo sé. Solo sé que será un comienzo.-y le propinó un golpe fuerte con la culata de la pistola.

Negan perdió el conocimiento.

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En el otro lado de la comunidad, Daryl había salido con urgencia en busca de su hermana con el fin de traerla de vuelta. No debía permitir que vagara en solitario teniendo en cuenta lo tanto que ahora peligraban sus vidas, después de que el líder de los Salvadores se hallara preso. Era una realidad que sus miembros les superaban en número y en efecto, una carga bastante perjudicial que causaría que se vieran obligados a buscar apoyo desesperado en otros grupos de los alrededores.

Dasha no quería regresar. Su objetivo era alejarse de todos quienes residían en quienquiera que comunidades le rodeaban. Lo único que necesitaba era irse muy lejos y sobrevivir por su propia cuenta, sin embargo no dispuso de la suerte que necesitaba, pues Daryl no había tardado en dar con su paradero.

Ella forcejeaba sin parar, se negaba a regresar; incluso no dudo en abofetear duramente la mejilla de su hermano. ¿Era tan difícil que la dejaran vivir en paz?

-¡No sobrevivirás!¡Ellos te matarán si te encuentran!

Al final, la muchacha fue incapaz de resistirse más debido al sonoro golpe en la cabeza que recibió, logrando adormecerla un poco. Daryl podría de esta manera, pese a que un poco tosca ahorrarse la batalla infinita de pelearse con su hermana, orgullosa hasta el extremo. Aunque no la culpó en ningún momento pues ese era un rasgo muy característico del apellido Dixon. 

En cuanto a Negan, éste había sido confinado en una amplia sala, en la cual en su interior se hallaba una celda abandonada. Dicha celda contaba con tan solo una reducida ventana la cual imposibilitaba la entrada de los rayos de luz en la habitación y además, disponía de una cama con mantas. La celda, en contraste con el resto de la sala, era pequeña y poseía como plus, un baño al que se podía acceder a través de una oscura puerta de madera.

Rick esperaría a ver cómo aquel odioso personaje restaría lo que le quedara de vida encerrado en aquel inhóspito lugar, en la absoluta soledad del abandono. Y jamás vería la luz solar posar sobre su rostro. Se demacraría y llegaría a hartarse tanto de la vida que le había tocado vivir a partir de ahora, que estaba seguro de que acabaría psicológicamente destrozado y con un poco de suerte, trataría de acabar con su denigrante existencia.

Lo que el grupo de Rick no se esperaba era lo que sucedería momentos después en que dicho líder abriera los ojos. Como siempre, se trataba de una persona imprevisible.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora