Colgué el teléfono y suspiré hondo mientras iba al encuentro de los chicos. Nada más pasar al salón, pegué un pequeño salto al ver que los padres de todos los chicos, hasta el de Niall estaban ahí. Corrí a darle un abrazo porque hacía mucho que no lo veía, y para mí era como un segundo padre. Me senté al lado de Anne, y miré a Simon interrogante.
-Os preguntareis porque os he citado a todos aquí-empezó a comentar Simon- Alejandra tranquila, tu madre estará atreves del skype, este es un tema muy importante.
Mi cara cambió por completo. Acababa de hablar de ella, y estaba enfadada, muy enfadada. Liam me miró preocupado, y yo le devolví una sonrisa, me guiñó un ojo y volví a mirar a Simon.
-Os voy a proponer una cosa. Empiezo con vosotros chicos. Tenéis miles de fans, alrededor del mundo, y piden más One Direction. Por ello aquí traigo un contrato en el que os comprometéis a venir a la grita de The x Factor, y si tiene éxito, comenzar a grabar vuestro primer disco. Alejandra, lo tuyo es más difícil. Te has hecho famosísima, tienes una voz que ha enganchado a miles y miles de personas, y tu historia ha tocado el corazón de mucha gente. Además, sé que tienes material que vale oro en esa libretita, y tengo que comunicarte que mi compañía me ha pedido ya la grabación de un disco- Mis ojos se iluminaron- Pero para ello, tendrías que vivir aquí, en Londres.
-Eso lo tenemos que hablar- saltó mi madre- ¿Tu? ¿Sola? ¿En otro país? Eres menor Alejandra.
-No está sola Lucia -contestó Anne cogiéndome la mano- mi casa está abierta las 24 horas, además, en estos meses se ha convertido en otra más en casa. Ha estado viniendo casi todos los fines de semana.
-Sabes que en mi casa pasa igual- dijo Karen- Puedes confiar en nosotros.
La madre de Zayn y Louis dijeron lo mismo. Estaba temblando, mi futuro estaba en manos de mi madre. Cuando me vio Louis así, se sentó a mi lado y me rodeo con su brazo.
- Creo que todo esto es una oportunidad única para que puedan cumplir su sueño- dijo Simon suspirando.
-Firma Alejandra -dijo finalmente mi madre-pero tenemos que hablar de algunas condiciones.
-Creo que van a llegar muy alto, por eso aposté por ellos. Alejandra, te vamos a dejar ir unos días a España, para que puedas hablarlo con tu familia, pero serán pocos, porque está cerca la Navidad y te necesitamos aquí. Vendrás a la gira, pero faltaras a muchos sitios, porque tendrás que estar grabando y promocionando singles. Y a vuestras madres decirles, que vais a estar muy bien cuidados. La compañía posee una casa, bueno, podríamos decir que son dos unidas. Ese sería vuestro hogar aquí en Londres- Todos nos miramos sonrientes.
Firmé el contrato, y ellos también. Temía la vuelta a casa. No era la Alejandra que abandonó esta casa en junio. Había cambiado, parecía otra persona completamente diferente. Tenía un nuevo estilo de vestir, y nuevos gustos. Pero sinceramente, lo que más miedo me daba era separarme de los que, en este tiempo, se habían convertido en mi familia. Me los quería llevar conmigo a España, porque con ellos podía ser la verdadera Alejandra, no la niña vulnerable y manipulable que siempre he sido. Pero ellos, al igual que yo, debían ir a casa.
-¡Princesa!-Era Louis por el tono de voz- Harrold y yo nos vamos de compras, ¿Te unes?
-No puedes decir que no- se asomó Harry a la habitación- somos el trio calavera, no nos puedes abandonar.
-¿Cómo negarme?- sonreí y me levanté de la cama.
Fuimos de compras por el centro de Londres. Unas cuantas niñas nos pararon para echarse fotos con nosotros y para que les firmásemos un autógrafo, era tan extraño el salir por la calle y que te reconocieran... Que te dijeran que te querían sin conocerte. Me encantaba ir de compras con estos dos chicos, siempre nos probábamos todo lo que nos parecía gracioso para hacer la gracia. Esta vez, los tres nos compramos el mismo jersey gris.
-No, creo que tu no fuiste gato en otra vida-dijo Louis negando con la cabeza- eres lo más patoso que he visto en mi vida.
-¡Cállate!- dije intentando sonar molesta.
Nos empezamos a reír los tres. Me estaba probando unas botas, y sí, caí de lado. Tengo poco equilibrio, lo acepto. Tenía la manía de chocarme con las paredes sin querer, pero siempre acababa riéndome de todo lo que me pasaba.
Cuando llegamos a nuestra nueva casa, las madres nos prepararon una fiesta. Por una parte me alegraba de poder celebrar el contrato, pero mañana salía mi avión, y quería pasar tiempo asolas con Liam. Fui al baño cuando alguien me tapó los ojos.
-Te quiero enseñar una cosa- por el olor de los dedos supe que era Liam- Ven pasa-era una de las alcobas de la casa grande. Me abrazó-Te voy a echar mucho de menos.
-No me lo recuerdes, no me quiero ir-Empezó a hacer como si bailaba pegado a mi-¿Qué haces tonto?- acabamos tirados en la cama, él y apoyó en su brazo izquierdo y empezó a acariciarme el pelo- ¿Sabes que temo a la fama? Voy a ser diferente a todas las famosas actuales.
-Claro, serás mejor-nos salió una risa boba, me tumbe encima de él- ¿Por qué eres tan fea?
-¿Qué me acabas de llamar, señor míster universo?- Le revolví el pelo- ¿Crees que llegaremos tan alto como dice Simon?
-No sé, sabes, yo también temo el mundo de la fama. Discotecas, fiestas... No quiero ser el típico famoso adolescente que acaba drogándose.
-No lo serás, estamos en esto juntos, y si tú caes, yo estaré allí para ayudarte a salir de eso, si tu prometes hacer lo mísmo conmigo.
-Sabes que lo haré bebe- Me dio un pequeño beso en los labios y apoyé mi cabeza en su pecho-No dudes que te lo daré- le miré interrogante- No solo con las drogas y el alcohol, también con la anorexia y la bulimia, quiero que sepas que no te dejaré caer.
-Te amo- dije mirándole fijamente a los ojos.
Cenamos todos juntos, no paramos de reír recordando los momentos de la casa, los videos diarios de los chicos, mis rondas de fotos... Louis y yo nos aburrimos, así que empezamos a tirarle comida a Harry, empezando así una guerra de comida. Niall lo pasó muy mal al ver tanta comida desperdiciada, pero él también participo. Ellos se acomodaron en la casa grande, y yo en la pequeña, era perfecta para mí, no tenía ni cocina ni salón, solo el baño, una sala de música, un vestidor y la alcoba. En cuanto acabé la maleta, me fui a dormir, cuando sentí que se abría la puerta.
-No puedo dormir.
-Yo tampoco- Liam se tumbó a mi lado-mañana volveré a estar en mi casa... aún no me lo creo, parece mentira todo lo que ha pasado.
-¿Te has dado cuenta que es la primera vez que nos separamos en estos seis meses? Vuelve pronto por favor.
-Si...-me volví para mirarle a la cara, se la cogí con las dos manos- ¿Por qué te quiero tanto?
-Quizá porque soy irresistible- me dio un beso- Mejor será que durmamos- pronto caí en un profundo sueño en la calidez de sus brazos.
Estaba en el aeropuerto, mi avión salía en una hora y todos los chicos me acompañaron con sus madres, bueno, todos menos Liam, aunque vinieron sus padres, le dije que era muy duro despedirme de él, así que se quedó en la casa. Les di un beso a todos.
-Se buena-dijo Harry- Que no me entere yo que haces cosas malas por ahí.
-Te voy a echar de menos compañera de sueños...
-¡No te olvides de nosotros!
-Os quiero chicos.
Estaba a punto de entrar en la puerta de embarque, pensando en lo que dejaba en Londres, pero en especial en una persona... cuando alguien me gritó a lo lejos:
- ¡Te olvidabas algo!
- ¡Liam! -Salí corriendo hacia él, y salte colocando mis piernas entre sus caderas- Al final viniste.
-Necesitaba volver a verte, toma, te he traído algo... Es una foto nuestra, para que te acuerdes de mi cuando no estemos juntos.
-Te quiero, te quiero y te requiero- nos besamos profundamente- Hasta dentro de poco.
Entré y me senté en el avión, volviendo a mi hogar, a mi antigua vida. Los recuerdos volvían a mi mente mientras veía como Londres se iba haciendo cada vez más pequeño.
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Lover ||Liam Payne||
FanfictionUn solo viaje, marco su vida. Un concurso, la sacó del más oscuro abismo, para llevarle a lo más alto. La historia de Alejandra, la chica que tras cruzarse con la mirada del joven Liam Payne, no pudo separarse de el.