El viernes fue tan pesado que al llegar a casa, me anime solo a escabullirme en mi cama, busque alguna pelicula en la televisión y me convencí por una antigua, pero en lo que fueron minutos, mis parpados se hicieron debiles y fui a la deriva.
Me encontraba en la cocina, tomando mi desayuno, eran las once de la mañana y mi madre ya se habia ido, disculpandose porque nuevamente no podria llegar a almorzar, no sé para que vine si ambos, Jude y Marcel, estaban ocupados la gran parte se la semana. Suspirando subí a mi habitación y me tendí en mi cama para leer un poco del libro de la clase de Literatura, es cuando escucho las ramas del árbol y luego fueron las tablas del piso de mi balcón, dos golpecitos en el ventanal. Un poco asustada, me vuelvo, ¿que hace Horan aquí?.
Aturdida me levanto y me dirigo hacia el lugar, él me mira divertido, al abrir, besa mi mejilla y entra.
-¿Qué haces aquí?- pregunto y en mi voz se nota lo extrañada que estoy.
-Pues te dije que queria una cita contigo y como estas castigada- pronuncia esta última palabra con gracia -quize venir a verte- me sonríe.
-Oh, ¿y no podias tocar el timbre como cualquier persona normal?- alzo una ceja.
Él mira mi gesto con disgusto.
-Me gusta escalar árboles- murmura.
Suspiro, y una pequeña risita se escapa de mis labios.
-¿Qué?- pregunta divertido.
-Eres un loco psicopata- me encogo de hombros -¿quieres algo?
-¿Algo como qué?- alza la comisura de sus labios y se sienta en la cama.
-¿Como comida, jugo, gaseosa?
-Estoy bien, ¿sabes? traje una pelicula- habla sacando un disco dvd entre su cazadora.
-Que considerado- le sonrio con algo de ironía.
-Por ti, siempre- me guiña un ojo.
Nerviosa le quito el cd y lo introduzco en el reproductor DVD, al darme vuelta esta recostado a lo largo de mi cama y da golpecitos a su lado, indicando que me recostara a su lado.
Los creditos aparecen y se desvanecen de la pantalla, finalizada la pelicula.
-¿Te ha gustado?- susurra cerca de mi oído causandome escalofríos.
-Mm.. fue entretenida- asiento levemente.
Deja un beso en la coronilla de mi cabeza, sinceramente nuestra posición era bastante ¿íntima?, mi cabeza estaba descansando en su hombro, su brazo izquierdo alrededor mio y acariciaba mi cabello, nuestras piernas entrelazadas. Rayos, pareciamos pareja.
Me incorporo rapidamente, lo miro, no quiero que se vaya, son solo las una con treinta y estaré sola hasta las ocho aproximadamente.
-¿Ordenamos una pizza?- propongo.
-Amo la pizza- asiente, eso es un sí.
Le entrego el telefono inalámbrico y él ordena, pizza napolitana, que delicia. Luego de treinta minutos bajamos para recibirla y luego de pagarla nos sentamos en la cocina, comemos entre risas y miradas de reojo, Niall si que tiene un gran estómago, se comió tres porciones al menos, me causa gracia.
-¿Satisfecho?- le pregunto con diversión al ver como termina su último bocado.
Asiente despacio gracioso.
-Eres una buena compañia- murmura mientras volvemos a mi cuarto -creo que vendre seguido los fines de semana.
-Pues, no es tan malo estar contigo-me encogo de hombros.
-¿Tan malo?- me mira y finge indignación.
Yo rio.
En verdad es fantastico, quedate esta noche, por favor susurra mi subconsiente y la abofeteo.