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Shawn

— ¡Oye!—escucho que me gritan en el oído. Sobresaltado, me giro, y veo que Kevin está de brazos cruzados. Frunce el ceño e inclina un poco la cabeza— ¿Te perdimos?—pregunta.

— ¿Qué?—respondo confundido. Dirijo mi vista hacia el frente y sigo caminando.

—Te tenemos en las nubes—dice ahora Ashton. Ruedo los ojos aunque ellos no lo puedan ver pero igual coloco una sonrisa.

— ¿De qué hablan?—pregunto haciéndome el tonto. Y ellos saben lo que hago, porque me conocen, y los odio por eso. Aunque realmente no los odio.

—"¿De qué hablan?"—me imita Kevin. Lo siento caminando a mi derecha.

—Deja la estupidez—le digo—, o te quedas sin video juegos—le advierto. Resopla pero se calla.

—Enserio Shawn, ¿qué te pasa?—cuestiona Ashton.

 Los ignoro y sigo caminando. Al ver que no voy a responder sus preguntas, resignados, siguen caminando a mi lado.

 Las calles están mojadas por la nevada de anoche. Algunos árboles y arbustos siguen con un poco de nieve sobre sus hojas, y el viento gélido se arrastra la basura que está tirada en el suelo. Nuestras pisadas resuenan en la silenciosa calle. Eso es lo que pasa en invierno, el sonido se congela y sólo queda un silencio sepulcral. Lo odio. Eso sí lo odio.

 Kevin comienza a hablar del video juego que jugaremos más tarde y desconecto. Me fijo en el sol reflejado en los charcos de agua del piso. Veo a una ardilla trepando por un árbol y tratando de esconderse entre las hojas del mismo, a lo que supongo será para evitar el viento frío.

—Volvió a desconectar—le dice Kevin a Ashton.

—No desconecté.

—Y yo soy María Magdalena—dice Kevin.

—Pues con una peluca te verías como ella—bromea Ashton. Contengo una risa y hago como si estuviera inspeccionando la cara de Kevin, buscando sus facciones femeninas. Frunce el ceño y rueda los ojos. Nos ignora y acelera el paso.

—Que débil—se burla Ashton.

—Pétalo de rosa, ¿quieres un poco de rocío?—sigo con la burla.

—Pitili di risi ¿quiris in piqui di rici?—imita como el adolescente maduro que es.

 Restriego mi puño el su cabello y seguimos caminando.

—Me tengo que ir—les anuncio comenzando a caminar en la dirección contraria a la de ellos.

—Saluda a tus hermanos de mi parte—habla Ashton.

—Igual—avisa Kevin.

—Bien—me doy la vuelta y comienzo a caminar.

 Cuando doy la vuelta a la esquina la veo. Lleva el mismo gorro de lana morado que el otro día y está saliendo de su trabajo. Aunque es muy temprano, y eso me extraña. Pero me da igual, ya me decidí a pedirle su número, así que eso es lo que tengo que hacer.

 Comienzo a caminar detrás de ella lo más casual posible para no parecer un psicópata -no es que lo sea-. Cuando ya llevamos unas cuadras decido acelerar el paso. Y cuando me estoy acercando, ella para de golpe. Extiende una mano hacia el frente y se tambalea un poco.

— ¿Estás...?—pero no termino de preguntar cuando veo que comienza a caer hacia atrás.

 Me adelanto corriendo y la agarro antes de que impacte contra el suelo, haciendo que yo me choque contra el con su peso encima de mí. Rodeo su cuerpo con mis brazos y me siento.

Cuando nievan corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora