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Michael

 Miro fijamente el teléfono en mi mano durante bastantes segundos, puede que minutos. Intento decidir si hacerlo o no, si será una buena o mala idea.

 Al final me decido y marco en número de June. No quiero ser un estorbo así que primero voy a preguntar por su hermana. Si eso.

 Puede que esté un poco nervioso.

 Repica un par de veces hasta que responde.

— ¿Qué hay?—pregunta con tono de voz alegre. Sonrío, intentando quitarme los nervios, y hablo. Limpio mi mano sudada en mi pantalón.

—Hola— Una pequeña risa de su parte por mi única palabra— ¿Cómo te está yendo con la pequeña?

—Llora mucho, come mucho, caga mucho; pero por lo demás bien—responde. Meto la mano que tengo libre en el bolsillo del pantalón y me muerdo el labio.

—Suena divertido—le digo, y se ríe —. ¿Tienes la tarde libre?— Lanzo la pregunta. Ya está, hecho. No hay marcha atrás-

 Hace un sonido que me dice que está pensando. Grita algo que no puedo llegar a entender mientras siento como mi corazón late más rápido de lo normal.

—Sí. Mi hermana va a cuidar a Phoenix a partir de las cuatro. ¿Tienes algo en mente?—cuestiona con curiosidad.

 Me aclaro la garganta y doy una vuelta por la cocina.

—Una cita— Mi corazón acelera un poco más ante la expectación.

— ¿Una cita? ¿Tú y yo?— inquiere, y puedo percibir un poco de nerviosismo en su voz.

—Sí. Tú y yo en una cita.

— ¡Hasta que por fin te animas!— dice con voz burlona, dejando el nerviosismo de antes a un lado. ¿Lleva tiempo esperando que le pidiera una cita?

 Aprieto los labios, sin saber que va a responder, con ella nada se sabe.

—Digo que no—su voz se vuelve seria. Puedo sentir una gota de sudor frío caer por mi columna vertebral mientras escucho al respiración de June. Deja a un lado el incómodo silencio y se empieza a reír—. Es broma, no seas tonto. Si, acepto tener una cita contigo—hace énfasis en la última palabra, haciendo que su acento suene realmente lindo.

 Suspiro por lo bajo, esperando que no me escuche, y me saco un peso de encima. Sonrío, intentando hacer que el nerviosismo se vaya.

— ¿A dónde quieres ir? Tú eliges—le pregunto, sacando la mano de mi bolsillo y pasándola por mi cabello.

— ¿No tienes nada planeado? Mal hecho—dice en modo de broma, deduzco, por su tono de voz—. Hay un nuevo lugar, el GunPainting o algo así—La emoción por ir a ese lugar se nota en su voz—. Abrió hace poco y he querido probarlo. ¿Qué te parece?

—Llego a por ti a las tres y media. Quiero saludar a la pequeña.

 Casi puedo sentir como sonríe del otro lado de la línea. Luego de intercambiar unas cuantas palabras más, corto. Cuando dejo el celular sobre el mesón de la cocina, me doy cuenta de que me estoy rascando el brazo. Dejo de hacerlo. Es un tic de cuando estoy nervioso.

 Paso mis dos manos por la cara mientras suspiro. Realmente nunca pensé que estaría tan nervioso por invitar a una chica a salir. Puedo sentir como los latidos de mi corazón van disminuyendo mientras camino hasta mi habitación y me tiro en la cama.

June

 Me muerdo el labio y miro directamente a Phoenix, que se remueve en sus sueños y en la cuna. Apoyo mis manos en la barandilla de la cuna y la aprieto hasta que los nudillos se me ponen blancos. Michael me invitó a salir.

Cuando nievan corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora