Capítulo 32 "Zoológico"

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Maratón 2/3 💕

¡Disfruten!

—Hayley, deja de saltar en la cama por favor. Vas a lastimarte, cariño. —Había ordenado mi mamá.

Orden que no acaté.

—¡Es qué tan estoy emocionada, mamá! —chillé.

—Esa emoción hará que te rompas algún hueso —me dijo.

—¡Pero es Sábado!.

—Y dime, qué tiene de especial un Sábado por la tarde.

—¡Qué papá va a venir, y nos va a llevar de paseo! —volví a chillar, aún más emocionada que nunca.

—Ah, de eso quiero hablar contigo, jovencita —«Oh, oh»— ¿Qué fue todo eso en la comida que tuvimos con tu papá?.

¡Rayos y centellas!

—¿A qué te refieres mami? —Sabía perfectamente a qué se refería.

—Sabes bien a qué me refiero, Hay —me dijo. Y si que sabía muy bien de lo que me hablaba —.Qué fue todo eso de que Nathan te cayó muy bien y que quieres que nostros dos formemos una familia, y quién sabe que más.

Eso nisiquiera lo había dicho. Okay, lo admito..., lo primero si que lo dije, pero lo segundo eso si que no. Nathan cómo esposo de mi mamá... ¡Iugg! qué horror.

¡Parques, nunca en la vida será el novio de mi mamá!

Hice una mueca.

—Yo solo estaba diciendo la verdad —me justifiqué.

Mamá me observó por un momento algo confundida.

—Qué verdad, según tú.

—Ambas sabemos que a Nathan le gustas. —Mis palabras la incómodaron —. Perooo..., ambas también sabemos que el sentimiento no es reciproco. Y también sabemos que muy en el fondo de ti te sigue gustando mi papá, aunque sea un poquito. —Hice una seña con mis dedos. Uniendo mi índice y pulgar.

Mi mamá me dio una sonrisa algo nerviosa, que más que sonrisa parecía una mueca. ¡Ajá, lo sabía!.

Rápidamente cambio de tema.

Sonreí satisfecha y muy en el fondo de mí rodé los los ojos.

Los adultos siempre son, serán y seguirán siendo unos necios, qué nunca van a hablar de sus sentimientos mutuamente, mientras haya un presente incómodo entre ambos. Hombre y mujer. Suspiré internamente.

Un claro ejemplo de esto son mis papás.

A veces mis padres llegaban a tal punto de exasperarme por completo. Se peleaban por un momento, por otros simplemente se limitaban a hablar cómo gente civilizada, a veces bromeaban entre ellos y otras veces parecía que se odiaban por completo. Pero fuera de todo eso... Muy, pero muy en el fondo sabía perfectamente que se querían.

Los adultos a veces son tan, pero tan tontos que llegan a tal punto de no saber que sienten.

Papá llegaría a la casa a más tardar a las dos de la tarde. Y para ese entonces yo ya estaba bañada, vestida y cambiada con ropa limpia. Mamá me había peinado con dos trenzitas a los lados, y me había puesto mis moñitos a ambos lados de mis trenzitas. Éste peinado no se comparaba en lo absoluto a lo que solía hacerme Louis. No me mal entiendan, él peina lindo y todo, y hace peinados muy lindos. Pero, nada se comparaba con los que me hacía mi mamá.

Los peinados de ella era más lindos que los de cualquier otra persona.

Las manesillas del reloj se mueven a un ritmo demasiado lento para mi gusto. «Tic-tac. Tic-tac». Lo observó por milesima vez en está ahora. Justo cuando quiero que pase rápido el tiempo es cuando más lento se pone. Estoy impaciente. Estoy emocionada. Estoy eufórica.

Am I Dad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora