Am I Dad?

Capítulo Especial

-Define amor, Hay-pidió Camille.

Voltee a verla desde mi cama, con aire distraído. Mi pequeña hermana me miraba desde la silla de mi escritorio. Sus ojos expresaban curiosidad y algo de confusión.

Alzo una ceja en su dirección, al mismo tiempo que con mi brazo izquierdo apoyo mi cabeza, para poder verla mejor.

- ¿Para qué quieres saber, Cami?

Ella parece titubear por un momento antes de contestar. Y con la voz baja dice -: Solo tengo curiosidad, Hayley.

Escudriño por unos segundos más a la pequeña niña de cabellos oscuros, antes de responder -: ¿De verdad quieres saber, pequeña?

Camille me regala un pequeño asentimiento con la cabeza.

Resignada a tener que contestarle, palmeo un costado de mi cama justo a mi lado. Camille me hace caso y acto seguido camina hacia la cama y se recuesta a un lado de mí. La abrazo por lo hombros, haciendo que su cabeza quede recostada en mi pecho.

« ¿Cómo empezar a explicar un tema tan complicado como es el amor?»

- ¿Sabes lo que me decía mamá, cuando tenía tu edad?

La mirada verdosa de mi hermana se encuentra con la mía, al mismo tiempo que mueve su cabeza en forma de negación.

Suspiro de forma cansada, antes de volver a hablar -: Ella solía decirme que el amor era un lenguaje complicado y algo difícil de explicar. Decía que nadie podía llegar a comprenderlo completamente, porque era un sentimiento muy bipolar que exigía de tolerancia e inteligencia. La frase que siempre me decía era; "El amor suele hacer más tonto al ser humano, nos enseña cosas hermosas... y con eso viene una sola consecuencia: un corazón roto. Pero no por eso te vas a privar de amar y ser amado, pequeña. Aunque no quieras tarde o temprano vas a enamorarte, esa es una de las leyes de la vida; así como también lo son la muerte y la tristeza. Eso es lo que a todos nos corresponde vivir, y nadie está exento de eso."

Los ojos verdes de Camille me miran con más confusión que antes.

Hace un pequeño puchero mientras arruga el entrecejo.

La habitación se sume en un silencio confortable, haciendo que sea sumamente agradable el ambiente.

-Entonces... -La voz de Camille rompe el silencio-, ¿el amor es sinónimo de dolor?

Hice un mohín algo confundida por su pregunta.

Medite por unos segundos mi respuesta. Y cuando por fin estuve segura de que decir le respondí -: El amor es sinónimo de estupidez, Cami. Nos vuelve estúpidos sin saber cómo, hace que cometamos locuras y nos olvidemos de todo lo malo solo por unos minutos.

Su rostro se arrugó aún más en confusión. No entendía del todo lo que yo le decía.

- ¿El amor es malo? -El tono de inocencia con el que me hizo la pregunta, hizo que me saliera de balance.

¿El amor era realmente malo? No, como cualquier cosa el amor tenía cosas buenas y cosas malas.

-No, el amor no es malo, pulga. Es un sentimiento que nos hace vivir y sentir cosas preciosas, pero también es el único capaz de hacernos sentir tristes y de hacernos reaccionar.

Su mirada verdosa se encuentra con mi mirada pistache, justo al mismo tiempo en el que terminó de hablar. Ella hace un puchero en forma de irritación.

Una sonrisa suave tira desde comisuras de mis labios, al mismo tiempo que una sensación cálida se va asentando en mi pecho. A veces, cuando miro a Camille, no puedo evitar compararla conmigo cuando yo tenía exactamente su edad; la misma curiosidad por aquellas cosas desconocidas para mí, los mismos gestos, y el mismo sentido aventurero que tenía en esa edad.