"Yo lo odio y a la vez lo amo"
-¿Alguien está ahí? –Preguntaba una voz femenina del otro lado de la puerta. Era de esperarse, sigo en el baño del instituto.
- Mierda –susurre.
- ¿Qué pasa? –Se escucho otra voz, esta vez masculina.
- No sé, creo que hay alguien ahí. La puerta está cerrada con seguro y nadie responde –Dijo la chica.
- Espera, llamare al conserje –Menciono el chico.
En cuanto escuche eso me lave rápido. Lave mi cara, acomode mi cabello y mi uniforme. Enrolle el filo en una hoja de libreta que arranque y la metí a mi bolso.
-¿Qué pasa señorita? –Menciono una voz gruesa, seria del conserje.
- No se abre, esta con seguro y nadie contesta –Contesto la chica.
- ¿Cree que haya alguien? –Pregunto el chico.
- Sí, más seguro. Iré por las llaves –Dijo el señor.
Escuche como unos pasos se alejaban de ahí. Rápidamente abrí encontrándome con una chica y un chico que ya conocía.
La chica me miraba raro a lo igual que el chico.
-¿Por qué no abrías? –Pregunto la chica.
No respondí, pase por un lado de estos y salí corriendo de ahí antes de que llegara el conserje y me viera.
Sentí como choque con alguien, pero este si había sigo un fuerte golpe en la frente haciéndome caer al suelo.
-Joder, ¡no puedes fijarte por dónde vas! –Gritó Andy mientras llevaba una de sus manos a su frente.
Solo lo observaba apenada, aun estaba tirada en el suelo, no me importaba el dolor que ahora sentía en la frente. Me gritaba y maldecía por no haberme fijado.
No quería escuchar lo que decía, así que me concentre en sus labios. Solo en ellos para ver como se movían al mismo tiempo que me decía feas palabras, porque era lo más seguro.
Pero era imposible no escucharlo por más que quisiera evitarlo.
-Oye, basta –Dijo alguien.
Voltee mi vista a quien había detenido a Andy de seguir hablando, gritándome más bien.
Él chico me estiro su mano para que la tomara y me levantara. La tome y me levante en un impulso rápido.
-¿Estás bien Camila? –Pregunto.
Asentí mientras acomodaba mi bolso en mi hombro izquierdo.
-Deberías pedirle disculpas a la chica –Dijo Luciano mirando a Andy.
- Es una idiota por no fijarse por donde va –Contesto Andy.- Mira lo que hizo –Señalo su frente. Estaba sangrando, nada grave.
- Pero no es la única que iba distraída –Dijo Luciano.
- No tengo que pedirle disculpas –Menciono mientras pasaba a un lado de mi chocando su hombro con el mío.
- ¿Estás bien? ¿Quieres ir a la enfermería? –Preguntaba Luciano.
- Estoy bien –Dije con mi voz apagada.- Gracias –Trate de sonreír pero me fue imposible.
Mis ojos se comenzaron a cristalizar.
- ¿Quieres ir a tu casa?
- Sí –Apenas pude articular mientras una lagrima corría por una de mis mejillas.
tomo mi mano y me hizo caminar junto con él.
Salimos al estacionamiento, una vez que llegamos a su auto me abrió la puerta para que me subiera, así mismo la cerro para luego ir del lado del piloto y subirse.
El trayecto del camino fue realmente silencioso, yo solo iba cabizbaja. Solo hablo para preguntarme mi dirección y eso fue todo hasta sentir que aparco el auto enfrente de mi casa.
-Espera –Dijo mientras bajaba y rodeaba el auto.
Era muy caballeroso al abrirme la puerta del auto.
Le agradecí con una sonrisa sin ánimo. Camine hasta la puerta de mi casa.
-¿Estarás bien? –Pregunto.
¿Luciano se preocupaba?
-Si te quedas un rato, creo que lo estaré –respondí sin pensar.
Al chico se le formo una enorme sonrisa.
Abrí la puerta de mi casa, deje que el pasara primero pero se negó y me hizo pasar primero.
Caminos hasta mi habitación, tire mi bolso a mi cama y me senté en la orilla de esta.
-¿Te puedo hacer una pregunta? –Pregunto después de varios minutos que llevábamos en la habitación y nadie decía nada. Asentí.- ¿Qué hacías en el baño del instituto encerrada?
Debía venirme a esperar que hiciera esa pregunta. Y esta era la parte donde yo respondía con una mentira, pero justo no se me venían ideas porque estaba sin ánimo. Fue mala idea hacer que se quedara.
-Si no quieres contes... –Lo interrumpí.
- Si yo te contesto, ¿puedo hacerte una pregunta? –Pregunte.
- Seguro –Contesto.
- Erase una vez, me gustaba una persona. Pero a esa persona no le gustaba yo, sino mi ex mejor amiga. Trate de hacer un amigo, pero lo he hecho con mentiras –Dije con un nudo en mi garganta.
- ¿El chico aun te gusta, cierto? –Pregunto.
- Sí –suspire.- Pero bueno... Va mi pregunta. El día que me ayudaste con mis cosas en el campus ibas a decir algo, ¿Qué era? –Pregunte.
- ... Que podíamos ser amigos –respondió después de unos segundos.
- ¿Por qué no lo dijiste? –Pregunte.
- Van dos preguntas –rió por lo bajo.- Pero tal vez por pena –Dijo.
- Oh...
- Bueno... Me tengo que ir, tengo que regresar al instituto por unos papeles –sonrió.
- Sí... Este, gracias –sonreí a medias.- Te llevo a la puerta –Me pare.
- No, voy solo. Necesitas descansar –Se acerco para darme un beso en la mejilla.- Nos vemos luego, ¿sí? –Asentí.
Salió para luego cerrar la puerta de mi habitación. Suspire y me deje caer en la cama. Lagrimas comenzaron a salir y rodar por mis mejillas. Me hacía falta llorar.
Me levante y rápidamente busque debajo de mi cama mi caja, la abrí y saque una navaja.
Me introduje en el baño, me quite mi suéter, luego la playera del uniforme hasta quedar solo en sostén.
Antes de pasar la navaja por mi muñeca me mire al espejo, para despreciarme y así mismo pasar esa navaja.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Teen Fiction¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.