"Es hermosa e inalcanzable para mí".
– ¿Es algún tipo de parque? –Le pregunto al chico, mientras observaba a su alrededor.
Árboles grandes, pasto, flores y un pequeño arrollo.
«Lindo» pensó.
– ¿Te gusta?
– ¡Me encanta! –exclamo la chica feliz.
Oh, claro que lo estaba. Ese lugar era hermoso, era tan tranquilo.
A ella le encantaba sin duda alguna.
Su sonrisa era tan grande, eso era lo que más le daba gusto a Andy porque, esperen... ¿Cuándo la ha visto sonreír así?
–Ven aquí –Palmeo a su lado, ya que ahora se encontraba sentado. –Quiero darte un abrazo.
– ¿Por qué?
–He visto tu linda sonrisa –contesto.
Ella llevo ambas manos a su boca. – ¿Linda? –Habló quitando poco a poco sus manos para poder hablar claro. –Eso ni en broma me lo creo.
–Siéntate –Ordeno Andy rodando los ojos.
Vaya que sería difícil hacerle un alago a la chica.
Ella obedeció y se sentó a su lado.
– ¿Sabes? Yo le platique a una buena amiga sobre ti –contó.
– ¿De mi? –Le pregunto extrañada.
– ¿Recuerdas cuando te vi en el baño y luego fui a dejarte a tu casa?
Asintió. –Sí, lo recuerdo.
–Pues estaba muy desesperado, jamás en mi vida había visto algo así. No sabía qué hacer, así que acudí a ella –Explicó.
Ella bajo la vista apenada.
–Su nombre es Jazmín...
¿Jazmín? ¿La misma Jazmín que había sido su psicóloga? Bueno, no es la única llamada Jazmín.
–Jazmín–repitió ella. –Jazmin se llamaba mi psicóloga –Lo miró.
– ¿Enserio? –dijo asombrado. –Ella es... –Guardó silencio.
No le diría, no ahora.
En realidad era un buen momento para que recordara el pasado[...]
Andy miró una flor amarilla a unos cuantos metros, era hermosa y quería dársela a ella.
Se levanto y camino hacia la flor, con cuidado corto la flor y regreso a su lugar.
La chica lo miraba con el seño fruncido.
Andy le puso la flor enfrente y le sonrió. –Para ti, de mí.
Ella cobro un tono rojizo en sus mejillas y soltó una risita tonta. –Me gusta –le dijo ella.
–Por eso la corté –Admitió. –Me gusto para ti –Le sonrió.
Tomo la flor en sus manos y la observo como la cosa más hermosa que jamás haya visto.
De verdad que lo era, nunca le habían dado una flor, y esta era la primera... Sí que era hermosa «Todo lo contrario a mí» pensó.
Se miraron directo a los ojos y después de unos segundos Andy bajo la vista a sus labios.
«Cielos» No creería que la idea más loca se le estuviera cruzando por la cabeza. Quería besar a la chica.
Camila solo se limitaba a mirarlo, quería tratar de descifrar que era lo que pensaba, pero claro no pensaría que él chico quería besarla.
– ¿Besarías a alguien que odias? –Le pregunto volviendo la vista a sus ojos.
La chica más confundida que nunca lo miró con cara de no entender en lo absoluto lo que había dicho y de sus labios salió un enorme: – ¿Qué?
– ¿Me besarías?
Su corazón comenzó a latir muy rápido como si de alguna forma fuera a explotar. Sus manos comenzaron a sudar, estaba temblando.
No se arrepentía de lo que había dicho, pero no era fácil después de haberlo dicho y que la chica no respondiera aun. Pues una vez dado el primer paso te invade el miedo y sabes que ya nada volverá a ser como antes, así que esperaba a que fuera mejor. Aunque solo habían pasado unos segundos.
– ¿Por qué? –pregunto ella.
Y en ese momento su cabeza la llevo a las semanas anteriores, donde él la trataba como la peor mierda.
Le tenía miedo ahora, porque su mirada fría no la tenía, no atacaría esta vez y eso le aterraba, de alguna manera se había acostumbrado a él, pero de una forma rara... Porque la humillaba sin importarle lo que sintiera.
¿Ahora qué? ¿Le importaba? ¿Ella le importaba?
Estaba muriendo por dentro, porque ciertamente nunca le había importado, ¿Por qué habría de importarle ahora?
Quería llorar.
Quería salir corriendo para no verlo.
Quería irse lejos.
Se levantó de donde se encontraba sentada, cuidando de la flor que no fuera a pasarle algo. Miró a Andy y presiono los ojos para no ver sus hermosos ojos que amaba.
–Te odio. Me odias –Abrió los ojos. –Nos odiamos, ¿entiendes?
Se dio la vuelta sin esperar respuesta alguna y camino lejos de ahí.
Apresuró el paso.
Segundos después se encontraba corriendo con lágrimas recorriendo sus mejillas.
Absurdo para ser cierto, patético para ser ella.
No simplemente se encontraba llorando por haberle preguntado eso. Sino que le había hecho desatar una vez más todos sus sentimientos, porque aun los sentía.
Pero no quitaría como había sido tratada por él.
La había hecho sentirse la peor basura.
Todas esas humillaciones... Cada una estaba marcada. Y no solo en su piel, también en su corazón, su alma[...]
El taxi paro enfrente de su casa. Sacó un par de billetes de su bolsillo y se los entrego al taxista.
Bajó y camino a la puerta de su casa aun con lagrimas en su cara.
En cuanto entró se encontró con su padre, quien la miraba confundido por verla entrar de manera brusca.
Recorrió la mirada hacia sus manos, traía la flor.
– ¿Y, esa flor? –Le preguntó.
La chica sonrió al recordar el motivo.
"Para ti, de mí".
–Me la regalaron... –Musito.
– ¿Quién? –Preguntó como todo padre celoso. Ella al verlo preguntar de esa manera sonrió melancólicamente.
Negó, pues no le diría a su padre que un chico –Andy– se la había dado.
–Mi pequeña tiene a un chico detrás de ella –Molestó el padre.
No pudo evitar soltar más lágrimas y rió por lo bajo. Esta vez de alegría, su padre se estaba comportando como lo hacía años atrás.
«Idiota, papá. Un chico idiota» Se dijo para sí misma.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Ficção Adolescente¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.