"De hecho, es posible imaginar a un depresivo enamorado, pero un depresivo patriota resulta inconcebible."
¿En casa de Camila¿Qué? Se suponía que ellas ya no eran amigas, por lo que me había contado Ash.
-Oh, muchas gracias señor –Asintió.
Me di la vuelta para regresar a mi auto y subirme.
Me recargue hacia atrás pensando si en realidad ella estaría ahí.
Después de pensar unos minutos encendí el motor del auto decidido en ir a casa de Camila.
Narra Camila:
-¿No que solo a comprar unas cosas? –Pregunto mi mamá.- Haber muéstralas –pidió.
- Se me olvido pedirles dinero, vine caminando –Me defendí.
- Pudiste haber regresado –Dijo.
- Pero no lo hice –Iba a subir hacia mi habitación pero me lo impidió sosteniendo mi brazo.
- No me vas a dejar hablando sola, no harás lo que tú quieras mientras vivas en mi casa
- Créeme que si por mi fuera no viviera acá –Dije entre dientes.
En unos segundos obtuve un manotazo en la boca de parte de ella. Me solté bruscamente y subí a mi habitación impidiendo romper en llanto.
Justo cuando entre azote la puerta y me solté a llorar.
Narra Andy:
Me estacione enfrente de su casa, apague el motor y baje indeciso.
Toque el timbre y después de unos segundos una señora de unos 40 años abrió la puerta.
-Buenas noches –Salude.
- Buenas noches, ¿Qué se te ofrece? –pregunto amable.
No sabía si preguntar "¿Se encuentra Ashley?" Seguro contestaría con un "Ella no vive acá" probablemente, o podría decir "Ando en busca de mi novia que está enojada conmigo y su padre me ha dicho que está aquí" Oh, vamos Andy eso es patético.
-¿Se encuentra Camila?–pregunte torpemente.
¡Diablos! ¿Fue lo mejor que se me pudo ocurrir?
-Sí, ahora le hablo –Dijo mientras entraba de nuevo a la casa dejando la puerta entre abierta.
Después de unos minutos se abrió de nuevo dejando ver a una chica con los ojos rojos, pareciendo que había estado llorando, por un momento me concentre mirándola inspeccionando y pensando la razón por la que pudo haber estado llorando. Pudo haberse golpeado, si eso.
-¿Qué se te ofrece? –Pregunto con una voz ronca.
No respondí y seguía mirándola ignorando por completo lo que había preguntado. Creo que si yo estuviera en su lugar; me refiero a que soy un chico que se la ha pasado molestándola durante mucho tiempo, probablemente ya me hubiera pateado el trasero.
Deberías tener vergüenza Andy; dijo mi subconsciente.
-Hola –Le dije.
Ella frunció el seño. Claro, debía hacerlo acabo de decir un "Hola" cuando ella pregunta "¿Qué se te ofrece?". ¡Al grano, carajo! No vine a saludarla, mucho menos a saber sus problemas.
-Perdón, quise decir, ¿está Ashley contigo? –pregunte.
- Deberías de estar enterado que ella y yo ya no nos hablamos –Contesto.
- Pero su padre me ha dicho que esta acá –Contradije.
- Pues ella no ha venido acá –respondió.
- ¡Maldita sea! –Gruñí.- ¿Sabes dónde podría estar? –Negó.
- No sé y no me importa, adiós –Cerró la puerta en mi cara.
- Estúpida –Susurré y me di la vuelta para regresar a mi auto.
Me monte en este para luego arrancar y no recibir respuesta del maldito auto. No encendía, mire la manija la cual indicaba la gasolina, y no tenía nada.
-Perfecto –Dije sarcástico para mí mismo.
Narra Camila:
Era extraño que mi madre llegara con un "Te buscan" ¿Quién carajo podría venir a buscarme a estas horas? Y vaya que cuando me di cuenta de quién era me lleve una sorpresa, pero no tenia ánimo.
Claro, ¿a que mas podía venir Andy? Sino a preguntar por su NOVIA.
Justo cuando cerré la puerta en su cara me recargue en ella y escuche un "estúpida" obviamente eso iba para mí.
No pude evitar sentirme más mal de lo que ya estaba.
Subí a mi habitación y me encerré en ella.
Busque debajo de mi cama mi caja, con mis cosas favoritas.
Entré al baño y comencé a desvestirme, prendí el grifo y deje que cayera agua.
Me mire al espejo, y tome la navaja que tenía en la mano, la alcé y deje que atravesará mi piel.
Después de dejar recorrer la sangre entre al agua, estaba fría.
Salí del baño en vuelta en una toalla, busque una mudada en una de mis gavetas y comencé a vestirme, me puse encima un suéter delgado.
Miré la hora en mi teléfono y marcaban la 01:03 a.m. Debía dormir ya, era tarde.
Me recosté en mi cama intentando poder dormir. Me movía de un lado para otro, no podía.
Baje a la cocina por un poco de agua y en busca de alguna pastilla para dormir.
Justo cuando estaba por tomar la pastilla escuche ruidos provenientes de afuera, me asome a la ventana y pude divisar el auto de Andy aun ahí, ¿Qué mierda hacia aun aqui?
Tome la llave para abrir la puerta y salir haber que pasaba. Me sentía estúpida por preocuparme por él.
Me asome a la ventana y no había nadie, sentí como una mano se posaba en mi hombro derecho haciéndome correr un escalofrió en todo mi cuerpo.
Me giré lentamente y era Andy, hijo de puta me había dado un susto.
-¿Qué haces afuera? –pregunto.
- Mierda, me has dado un susto –Dije poniendo una de mis manos sobre mi pecho, exagerando un poco.
Rió.- Lo siento
-¿Por qué sigues acá? –pregunte.
- Bueno, creo que eso a ti no debe de importarte –contesto encogiéndose de hombros.
Vez, eso ganas por preocuparte por un imbécil sin sentimientos hacia a ti; dijo mi subconsciente.
Iba a decir algo, pero si abría mi bocota era seguro que diría algo completamente estúpido.
Camine hacia mi casa sin mirarlo, pero antes de que pudiera dar otro paso me sostuvo del brazo haciéndome girar para verlo.
-Solo fue una broma, se me ha quedado el auto sin gasolina –Dijo.
- Ya puedes soltarme –Dije después de unos segundos.
Rápidamente me soltó.
-Bueno, no tengo dinero para pagar un taxi, se me ha olvidado sacar mi billetera. ¿Podrías prestarme algo de dinero? –pregunto.
- Cla-ro –Tartamudee.
Entre a mi casa de nuevo por algo de dinero, yo no tenía por lo que registraría en la billetera de mi padre.
Saque un par de billetes de su cartera y regrese afuera. El chico se encontraba recargado en su auto fumando un cigarrillo.
-Aquí esta –Entregue el dinero.
- Muchas, gracias. Prometo pagarte en el instituto –Tiro la colilla del cigarro y tomo el dinero de mis manos.
Asentí y regrese de nuevo a mi casa. Me sentía patéticamente idiota, estaba haciendo un favor al que me hace sentir una mierda.
No me arrepentía, sonara algo ridículo pero haría cualquier cosa por el.
*
La alarma comenzó a sonar, quería seguir durmiendo pues me había desvelado.
Me vestí y después de acomodar mis cosas en mi bolso baje a la cocina por algo de jugo.
Mi madre se encontraba cocinando, no le preste atención pues estaba enojada con ella.
-Sí, buenos días hija –Dijo sarcástica.
No conteste, eso hacía que me enojara más.
Tome el jugo y salí de la casa sin pedir mi gasto.
*
Llegue al instituto 5 minutos retrasada. Fui casi corriendo a mi casillero ya que me tocaba con una profesora estricta y no dejaba entrar después de 15 minutos.
Saque mis libros que necesitaría, por sacar todo rápido deje caer dos libros al suelo; maldije por eso.
Me agache y los recogí rápido, acomode mi bolso en mi hombro y cerré el casillero.
Salí corriendo del pasillo para ir a mi salón correspondiente.
Pase dos pasillos y aun me faltan tres por recorrer, en el tercer pasillo me resbalé trayendo conmigo todas mis cosas al suelo, ¡Vaya golpe que había recibido mi pequeño trasero!
No me había dado cuenta que había alumnos en el pasillo que inmediatamente me di cuenta de su presencia al oír sus risas.
Me levante sin recibir ayuda, mi mal día había comenzado. De un momento a otro mis ojos comenzaron empañarse de lágrimas que querían recorrer mis mejillas pero impedía hacerlo.
Acomode mis cosas aun recibiendo burlas, y seguí, esta vez caminando.
Mire la hora y faltaban exactamente 2 minutos para que pasaran los 15 minutos. Aun faltaban dos pasillos y al paso que iba ahora seguro no llegaba a tiempo.
Paré en seco al ver a Andy junto a Ashley caminando tomados de la mano. Ashley me miro pero él ni siquiera volteo a verme.
Con una mano agarre fuerte mi bolso y me dispuse a correr de nuevo, he leído una frase que dice "Si me caigo será por pendeja, si me levanto es por chingona" O algo así, bueno, soy pendeja de ambas formas.
Corrí de nuevo agotando la poca respiración de cansancio que me quedaba, llegue al salón con mi respiración agitada recibiendo la atención de TODOS en el salón, y cuando me refiero a todos también a la profesora.
La profesora miro su reloj y asintió.
-Adelante –Dijo.
Di un fuerte suspiro, ¡Lo había logrado!
Su clase paso algo lenta para mí. Se escuchaban murmuros hacia mis lados, seguro ya había corrido el chisme de mi caída épica.
El timbre sonó en anuncio a la siguiente clase. Salí fugazmente de ahí. No quería escuchar a esa bola de estúpidos riéndose de mí.
-Hey Camila–Me hablaron. Me giré a ver quién me había hablado.
Era Andy... ¿Andy? Pero esta vez estaba solo, sin ella... Su novia. Vaya que duele cada vez que pienso o digo eso: "Su novia" "Novia de Andy" "Andy y su novia" Hasta sueno patéticamente pensando eso, que masoquista, enserio.
-¿Sí?
- Aquí está el dinero que me prestaste –Me entrego el dinero.
- Ah sí, gracias –Asintió y se retiro de ahí sin decir más.
*
La hora del almuerzo llego, me dirigí a la cafetería sin prestar a la mayoría que me miraba y se reía.
Me senté en una mesa vacía después de haber comprado lo que comería.
Sentí como alguien se sentaba en la misma mesa en la que me encontraba, subí mi vista y era Juan...
Seguro vendría a preguntar por el gato.
-¿No te molesta que me siente, verdad? –pregunto.
Negué.- Para nada
-Bueno, espero estés disfrutando eso –Apunto a lo que comía.
- Gracias –Le dije incomoda.
- ¿Podría ir a ver a tu gato hoy? –pregunto la pregunta que estaba esperando a que preguntara.
- Bueno este... –Me puse nerviosa.- Seguro tienes mejores cosas por hacer que ir a ver a un gato –conteste.
- No, de hecho quiero ver a tu gato –Insistió.
- Es un simple gato
- ¿Y qué? –Dijo tranquilo.
- Bien, está bien, hoy está bien –Titubee.
Sonrió satisfecho ante su victoria de haber ganado este asunto.
Llegó Luciano con una cara para nada agradable.
-Hola Camila–Se sentó.
- Hola –Dije.
- Bueno, me voy –Se levanto Juan.- Te veo más tarde –Asentí.
Me hundí en mis pensamientos olvidando un rato a Luciano; pensando en qué carajo haría ahora con Juan. No tengo dinero para comprar un gato y mi madre me mataría si llevo alguna a casa ya que no le gustan los gatos.
-¿Qué pasa? –pregunto Luciano.
- No, nada –conteste rápidamente.
- ¿Qué te traes con Juan? –pregunto nuevamente. ¿Qué? ¿Qué insinuaba?
- ¿Traerme de qué? –pregunte confundida.
- Sí, ¿es algo de ti?
- No, nada –Respondí segura.
- ¿Lo verás hoy?
- ... Sí –respondí indecisa.
- ¿Para qué?
Y en ese momento el timbre sonó para continuar las clases ¡Genial!
-Tengo que irme, adiós –Me puse de pie inmediatamente sin esperar respuesta de Luciano.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Teen Fiction¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.