"¿Quien amaría a una chica con cicatrices? nadie."
Narra Andy:
Era realmente increíble como podías autodestruir a alguien que ni siquiera en tu vida pensabas conocerla mejor o no conoces, más bien.
Ella para mi es solo un juego, solo es una broma, una niña frágil a la que puedo molestar las veces que quiera sin que ella diga algo. Alguien con la que puedo distraerme y reír las veces que quiera cuando realmente me encuentro aburrido, oh si solo es una pequeña broma ¿nada grave, cierto?
Se perfectamente que a esa chica le gusto, pero ella a mí no. En lo absoluto, jamás podría gustarme.
Luciano había mencionado algo llamado "rota de amor" ¿ella? Me imagino que ha de estar un tanto loca, por mi o eso. Solo es una exageración.
Oh, vamos yo no puedo sentirme mal por alguien que ni siquiera me importa.
-Andy–Hablo Ash.- Andy–repitió.
- Andy te estoy hablando –Agito ambas manos enfrente de mi cara sacándome de mi transe.
- ¿Qué? –Pregunte.
- ¿Qué te pasa? –Pregunto.
- Nada, solo... Olvídalo –Suspire.
- Okey
- Ya es tarde, tengo que ir a casa –Me levante de la banca.
Aun seguía en el instituto ya que siempre somos unos de los últimos al quedarnos.
-Al menos ¿podrías llevarme a casa? –pregunto.
- Ash, tengo que pasar por mi mamá al trabajo –respondí.
- Como sea –Dijo sin importancia y salió del pasillo sin despedirse.
Ashley podría hacerse mil imaginaciones pensando en que podría estar saliendo con alguien más, pero realmente no porque no soy un mujeriego, yo la respeto como mi novia que es.
Después de unos minutos de ver como esa chica se iba enojada.
Suspire y camine en dirección a donde ella había ido para luego ir al estacionamiento y subir a mi auto.
*
Llevaba a mi madre al lado, solo a veces pasaba por ella a la oficina donde ella trabajaba ya que solo "a veces" salía temprano como hoy.
-¿Cómo te fue hoy? –pregunto.
- Igual –respondí.- Ashley se enojo de nuevo –Bufo.
A mi madre no le gustaba la idea de que anduviera con Ashley, se ha hecho una idea de que ella es muy... No sé cómo podría explicarlo pero no le agrada.
-Esa chica por todo se enfada –Dijo.
- Sus razones tendrá –Dije mientras aparcaba el auto enfrente de mi casa.
- No Andy, ella no te tiene la suficiente confianza –Dijo mientras bajaba del auto.
- Ya mamá –La imite bajando igual.
Rodee el auto, la alcance mientras ella abría la casa.
-No digo más –Entro a la casa.
Que va, Ashley enojada y ahora ella ¿aun más? Si, esperen tengo aun lo que me dijo Luciano sobre Camila.
Subí a mi habitación y al llegar cerré la puerta para tirarme en la cama.
Narra Camila:
-Sabes que si mirabas a ese hombre –Insistía mi papá.
- Esto es realmente patético –Me levante de la mesa.
- Siéntate –Ordeno mi papá.
- Iré a comprar unas cosas para el instituto –Mentí.- Los veo en casa
Salí del restaurante con unas ganas inmensas de llorar, esto lo arruinaba aun más.
No tenía dinero para agarrar un taxi que me llevara casa lo que me quedaba solo caminar unos kilómetros.
Saque mi celular y mire la hora, aun era temprano; 3:59 p.m. Lo que daba ya las 4:00 p.m.
Mire a mi alrededor, por aquí quedaba la casa de Juan. Bueno, algo cerca.
Camine alrededor de 30 minutos hasta llegar a la casa de Juan.
Toque el timbre solo una vez, después de unos minutos fui recibida por alguien de estatura pequeña quien esbozaba una hermosa sonrisa en su cara.
-Carolina te he dicho muchas veces que no abras la puerta –Regaño Juan detrás de ella.
- Camila–Ignoro a su hermano.
- Hola –Salude.
- Camila–Sonrió Juan.
- Hola Juan–Le dije.
- Pasa –Cargo a la niña en brazos y se hizo a un lado para que pasara.
Me adentre a la casa esperando que ellos tomaran la delantera y así guiarme.
Estuve pasando un buen rato con ambos chicos,Carolina tenía un sentido del humor agradable, por todo reía, era una niña simplemente hermosa.
Me había platicado todo lo que hacía cuando su madre llegaba a casa después de tanto viaje, tal vez no conocía a la señora pero por lo que la pequeña y Juan contaban podría describirla como una buena madre que aprovecha el tiempo cuando esta con sus hijos.
Narra Andy:
Me levante de golpe sintiéndome todo sudoroso, había tenido una pesadilla. No me había dado cuenta en el momento en el que me había quedado dormido.
No recordaba exactamente qué era lo que había soñado, pero si estaba seguro que había sido un suicidio.
Justo cuando me estaba levantando de mi cama mi madre entro a mi habitación.
-¿Comerás algo? –pregunto.
- No tengo hambre, iré a ver a Ashley –respondí.
- Ay Andy–Dio un suspiro y salió por donde entro.
Narra Camila:
-Tengo que irme –Me levante del sofá.- Es tarde
- Podemos ir a dejarte –Dijo Juan.
Estaba vez no me podía negar, antes estaba segura que si me ofrecía esto aceptaría por el hecho de no traer dinero. Pero ahora de haber pasado algunas horas no es exactamente solo eso.
-Esta vez no podre negarme –Le sonreí.
- Bien, vamos –Se levanto de un impulso Carolina.
*
El trayecto del camino fue totalmente diferente a lo que había pensado, yo en lo personal soy una persona demasiado tímida pero ellos realmente hablan y hablan sin parar y es imposible no decir algo.
-¿Acá es, cierto? –pregunto Juan.
Asentí.- Si te acuerdas entonces –respondí.
-Nos vemos mañana Camila–Dijo Juan.
- Seguro, adiós Caro –Me despedí y baje del auto para aproximarme a mi casa.
Seguro al entrar iba a recibir un sermón de parte de mis padres.
Narra Andy:
Estando ya en casa de Ashley; toque el timbre dos veces hasta esperar que ella me abriera.
-¿Qué se le ofrece joven? –Abrió su padre, al aparecer.
- ¿Se encuentra Ashley? –pregunte.
- Ella se encuentra en la casa de Camila–respondió.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Teen Fiction¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.