Capitulo 22

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"El suicidio es una manera fácil, pero es la opción incorrecta".

-¡¿Estas escuchando?! –Gritó.
Sus ojos cada vez se abrían más o al menos eso veía. Pensaría que en cualquier momento se saldrían. Estaba rojo de la furia.
-¡Responde! –Gritó más fuerte.
- No sé, no sé donde esta no lo sé desde que se fue –Lloraba desconsoladamente.
- Tienes que saber es tu madre –Decía sin dejar de alzar la voz.
- Pero no lo sé –Solloce.
- Juro que acabo de verla con su amante –Azoto la mesa.- ¡Es una puta! –Salió de la cocina maldiciendo.
Escuche como la puerta principal se abría y se cerraba con fuerza. Segundos después el motor de su auto.
Estaba tirada en el suelo llorando. De un impulso me levante y busque rápidamente en la alacena todos los cuchillos que estaban ahí, los comencé a pasar por mis manos y brazos, no me importaba el dolor, mis gritos se ahogaban en los sollozos y las lagrimas que no paraban.
Podía morir desangrándome pero era lo que menos me importaba en este momento, con una vida de mierda ¿a quién le dan ganas de vivir? A mí, no.
Mi vista yacía nublada por lágrimas que aun se seguían acumulando en mis ojos. Tire los cuchillos en el lavabo y me tire al suelo viendo como había quedado, estaba sangrando.
El timbre comenzó a sonar, ¿por qué justo en este momento? Acaso dios, ¿Aun no me quería tener con él?
El timbre sonaba una y otra vez, consecutivamente hasta que paro unos segundos y después se escucho la puerta abrirse. Intente levantarme rápido con un poco de dificultad, podía ser mi padre. Falle en el primer intento de levantarme, caí sujetándome de la silla y haciendo que esta se fuera conmigo al suelo.
¡Mierda! Volví levantarme y esta vez lo hice bien. Justo cuando iba a salir de la cocina para ir a mi habitación me encontré con una persona que no era mi padre pero que ya conocía.Luciano , que es el único que entra sin autorización cuando la puerta está sin seguro y nadie le abre.

-¡¿Qué mierda te paso?! –Pregunto sorprendido mirando como estaba manchada de sangre.
No respondí. El me tomo de los brazos y luego me cargo para llevarme a mi habitación. Entro conmigo al baño, me bajo quedando de nuevo de pie.
Comenzó a llenar la tina del baño.
-Tenemos que ir a un hospital –Dijo mientras llevaba sus manos a su cabello.
- No –Mencione en un hilo.
- ¡No se qué carajo pasa por tu cabeza! –Gritó.- ¡Solo mírate! –Me señalo.
- ... Estoy bien
- No, no lo estas. No sé qué te pasa y no lo sabré si nunca me dices –Hablo alterado.
Sus ojos comenzaron a aguadarse ¿Por qué hacia esto?
-No lo entenderías –le dije audible.
- Tal vez no pueda entenderte, pero si puedo ayudarte –susurro con su voz entre cortada.
- Entonces abrázame...
Y así fue que lo hizo, sin importar marcharlo de sangre el chico me abrazo.
No, aun no estaba por morir, de eso estaba segura. Fueron cicatrices que quedaran y cada vez que las vea dolerán.

[...]

-¿Necesitas ayuda con eso? –pregunto mirando los libros que cargaba.
- No, gracias Alejo–Le sonreí.
- ¿Segura? –pregunto.
Asentí.- Segura... ¿Conoces a Juan Pablo? –pregunte.
-¿El amigo de Andy?
- Sí –respondí.- ¿Lo has visto?
Negó.- Para nada
-Bueno, gracias. Tengo que ir a dejar esto –Dije alzando un poco los libros. Asintió.
Seguí mi camino por el pasillo que pasaba por la biblioteca. Justo cuando llegue entre y fui con la mujer del escritorio para entregárselos.

-Buenos días –salude.
- Buenos días –contesto amable.
- He traído estos libros de parte de la profesora Marie –Deje los libros sobre el escritorio.
- Oh, muchas gracias –sonrió.
Asentí y me di la vuelta para salir de ahí. Camine hacia el salón para ir por mi bolso que cargaba algunas libretas y lapiceros en ella.
Cuando llegue al salón no estaba mi bolso donde se suponía que lo había dejado. Esta era una mala broma.
Di un fuerte suspiro en forma de fastidio. Sabía que una de las chicas había sido. Para mi muy mala suerte ya nadie se encontraba en el salón más que una nota sobre la paleta de la silla.
Me acerque a ella y leí:
"No dejes tus cosas en cualquier lugar o algo malo podría pasarle..."
-Como ahora –Me giré a ver rápidamente. Ahí estaba ella sosteniendo mi bolso.
- Me tienes harta Holly –gruñí.
- ¿sabes lo mucho que me importa? –burlo.
- ¿sabes que lo que hagas ahora me vale mierda? –respondí con una pregunta.
- ¿quieres probarme? –reto.
- No. Pero necesito mis cosas
- Cobarde –rió.
- ¿Por qué? Me consideras una cobarde porque me niego a rebajarme –pregunte.
- Porque lo eres idiota –respondió.
- Al menos podrías darme eso –señale mi bolso.
- ¿Y, si no quiero? –Alzo una de sus cejas.
- Podrías humillarme y luego sentirte bien consigo misma para probarle a todos que te sientes grande humillándome aunque ambas sabemos que no lo eres –Me miro confundida. Me acerque a ella y le arrebate mi bolso.
- ¿Ahora quien es la cobarde? –pregunte y me retire de ahí.
Sabía que no iba a actuar ante la agresión, simplemente no por ahora.

Vi a lo lejos a Luciano hablando con Andy, esto era bueno porque me podría acercar para preguntar por Juan Pablo.

-Oye Andy, ¿podrías decirme donde esta Juan Pablo? –pregunte en cuanto llegue con ellos.
Frunció el seño.- ¿para qué?
-por favor –pedí.
- ¿Para qué quieres saber Camila? –pregunto ahora Luciano.
- No ha venido al instituto –respondió Andy de la mala gana.
- ¿Podrías decirme donde vive? –pregunte una vez más.
Me miro más extrañado que nunca y a Luciano lo había ignorado por un momento.
-Regent Street –respondió.
- Gracias –Me giré a ver a Luciano.- Luego hablamos de esto –Asintió.
Fui directo a prefectura, metería un permiso para saltarme los restante de las clases que solo serian como cuatro.

-¿Qué se lo óbrese señorita? –pregunto el prefecto.
- Un permiso –respondí.
El prefecto me entrego el permiso donde debía anotar la razón por la que me retiraría que obviamente mentiría y pondría "por problemas de salud" y pondría mi nombre completo y firma.
Una vez llenado la hoja se lo entregue y agradecí para luego retirarme del instituto.

*
Llegue a la calle indicada por Andy, solo eso me había dado "Regent Street"; repetí en mi cabeza.
Había varias casas, no sabría cual era de Juan Pablo. Decidí preguntarle a un muchacho que se encontraba en la esquina mirando su teléfono.

-Disculpa –hable tímida.
Me volteo a ver.- ¿Qué pasa?
-¿Vives por acá? –pregunte.
Asintió.- Sí, ¿por qué?
-¿Conoces a alguien llamado Juan Pablo? –pregunte pensando en lo torpe que me estaba escuchando.
- Ah sí, claro. ¿De los Jaramillos? –pregunto.
- No se su apellido –conteste. Rogaba porque fuera el mismo Juan Pablo.
- Pues es el único que conozco y vive en la casa de allá –Señalo.
- Espero que sea el mismo. Muchas gracias
- De nada
Camine hacia donde el muchacho había señalado. Una vez llegado a la casa pensé dos veces antes de tocar esa puerta que estaba a centímetros de mí.
Suspire y toque un par de veces. Miré a mí alrededor inspeccionando lo que había. No me había dado cuenta que al lado estaba el timbre.
Estúpida; me dije a mi misma. Toque el timbre y segundos después se escucho un "Ahora salen" de la parte de adentro.
La puerta se abrió dejando ver a un Juan Pablo despeinado y con una cara de deprimido. Se miraba muy mal.
Trate de sonreír lo que fue una mueca.
-Hola –pronuncie.
- ¿Qué haces acá? –pregunto.
- Bueno... No creo que venga a desearte un buen día –conteste.
- ¿Qué quieres?
- Deberías de dejar de hacer preguntas –Me enfade.- Te dije que no era como ellos. No vengo a tratarte mal, mucho menos a tirarte mierda en tu cara. Quería saber cómo estaba tu hermana –respondí.
- Mal –Dijo cabizbaja.- De hecho acaba de levantarme para ir a verla al hospital
- ¿podrías ir contigo? –pregunte esperando un "si" por respuesta.
Me miro extrañado.- Seguro –respondió.
-Pasa –Se hizo a un lado para que pasara.- Solo voy a ducharme y vestirme, no demorare –Asentí y me adentre a su casa.
Me dijo que fuera al living y me sentara mientras él iba a ducharse.
Espere alrededor de 15 minutos, no más para después verlo muy bien vestido y oliendo muy rico, no es que oliera mal hace unos minutos.
-Vamos –me dijo.

Salimos de su casa para luego montarnos en su auto; me imagino.
El trayecto del camino realmente fue incomodo. Pues era raro, estaba con uno de los chicos que me hacía pasar malos ratos.
En cuanto llegamos al hospital Juan Pablo fue a recepción y yo solo lo seguí.

-Pueden pasar –dijo.
Seguí a Juan durante todo el camino hasta el tercer piso donde se encontraba su hermana.
Era una niña, si eso era. Su cabello se lograba ver ondulado y era castaño. Sus ojos estaban cerrados y estaba conectada a algunos cables. Se miraba como de 7 u 8 años.
-Gracias por venir conmigo –dijo después de no cruzar palabras en un buen rato.
- Lo he hecho por tu hermana –Le dije.
- Lo sé, y por eso te lo agradezco. Ella sufre de asma y ahora se ha puesto muy mal después de que mi mama se fue de viaje –explico.
- ¿Tu padre? –pregunte.
- Vive en otro país, mis padres son divorciados –contesto.
- ¿Ellos lo saben?
Negó.- No quiero preocupar a mi mamá ¿sabes?, no he tenido ningún contacto con mi padre desde hace 7 años, no lo conoce. Mi mamá tiene un trabajo donde todo el tiempo tiene que viajar y sé que es estresante para ella porque me lo ha dicho, y me ha dicho que nos extraña... Todo el tiempo nos pide perdón –respondió.
Carolina al parecer era su hermana. Era extraño realmente, pues puede ser que conmigo se desquite al no tener cerca a ambos padres y tenga que cuidar de una pequeña asmática. Sigo sin entender.
-... Puedo preguntar algo –Asintió.- ¿Podría saber la razón por la cual soy tratada así? –pregunte dudando de mi propia pregunta.
Rió sin ánimo.- Sonara ridículo, te lo aseguro; pero esa es una de las razones, he encontrado con quien desquitarme.
-¿Y, por que yo?
- Porque te vez muy débil –contesto.
No respondí y guarde silencio, había acertado con eso.
-Lo siento
- No te preocupes, puedo ver más no sentir –sonreí ante lo que había dicho.
El doctor entro justo antes de que Louis hablara.
-Todo está bien muchacho –dijo el doctor.
- ¿enserio? –pregunto con un brillo en sus ojos. Podía notar algo de felicidad en ellos.
- Así es, solo esta anestesiada. No te preocupes que en unas horas despertara, le haremos un chequeo para ver cuando la puedo dar de alta –sonrió.
- Muchas gracias doctor
- No hay problema –contesto y volvió a salir.
Me dirigí a la puerta, pues no tenía más que hacer aquí.
-Puedo ir a dejarte, si quieres –dijo antes de que saliera.
Voltee a verlo.- No, gracias.  Espero recibir noticias de tu hermana cuando le den de alta –Asintió.

-Gracias...

Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora