"No siempre se puede confiar en las personas"
-¿Qué dijiste? –Me jaloneo del cabello.
- ... No lo repetiré –susurre.
- ¡Hazlo idiota! –Me dio otro jalón.
Oh, mierda. Esto me gano por contestar.
Presione mis ojos fuerte dejando escapar un sollozo, me dolía.
Repetí: "Búrlate de aquel que se burla"
-¿Qué carajo haces Holly? –Gritó alguien que inmediatamente empujo a Holly y me tomo del brazo.
- Luciano–Dijo la chica.
- ¡¿Estás loca?! –Le gritó.
¡Vaya que me va bien! Justo viene el que me traiciona. Tome mi bolso rápido y salí corriendo de ahí, no soportaba mirarlos, no podía.
Corrí por los pasillos mientras mis lagrimas cesaban, justo antes de entrar al baño alguien me agarro rápido.
Era Luciano, por favor ya no más...
-¿Estás bien? –Pregunto.
¡Idiota, cínico de mierda!; gritaba pensando.
-Hey, ¿estás bien? –repitió.
- ... Eres un jodido –Susurre ahogada en llanto. Me solté de su agarre y me metí al baño cerrando la puerta en su cara. Le puse seguro y me tire al suelo a seguir llorando.
Saque de mi bolso el filo de mi sacapuntas. ¡Nada podía salirme bien! Todo lo hacía mal, era una estúpida por completo.
Mi vista estaba nublada por las lágrimas que se acumulaban en mis pequeños ojos, alcanzaba a ver la sangre que salía de mi muñeca.
Gritaban mi nombre del otro lado de la puerta, era Luciano... No quería verlo, era un imbécil.
-¡Abre la maldita puerta Camila! –Gritaba.- ¡Juro que si no lo haces llamare a alguien que venga a abrir! –Proseguía.
No quería que nadie llegara y viera como estoy.
Me levante de donde estaba, lave mi muñeca y mi cara. Acomode mi suéter y después mi bolso.
-¡Sal ya! –Dio un grito azotando la puerta de esta.
- ¡Espérate! –Ahogue un grito.
- Dios, hasta que dices algo –Dijo más calmado.
Cuando termine de hacer lo que estaba haciendo salí para encontrarme a Luciano que me miraba muy bien sin hacer algún gesto o algo.
-¿Qué te pasa? –Pregunto.
- ... Confié en ti... Juro que lo hice –Dije con mi cara agachada mientras una lagrima corría por mi mejilla.
- ¿De qué hablas? –Pregunto confundido.
- Mentiste... te querías acercar a mi solo para saber si me gustaba Andy–Solloce. Él me miraba con los ojos bien abiertos.
- Dejame... –Lo interrumpí.
- No, no quiero que me expliques nada. Te juro que... –Guarde silencio un momento.- Te juro Luciano que eso lo iba a dejar pasar, eso ya lo sabía antes de estar borracha-Camila... –Volví a interrumpirlo.
- ¡Déjame hablar, mierda! –Le grité.- Pero con lo que le dijiste a Holly no pude soportarlo, confié en ti, te dije lo de mis padres confiando en ti... Lo hiciste y fue lo peor de todo... –Le dije.
- Pero es que no entien...
- Aguarda que no termino –Interrumpí. No quería escucharlo, necesitaba decirle todo.- Y por si querías saber, si, si me gusta Andy. Siempre me ha gustado, solo te mentí para poder ser tu amiga, nunca fui la excepción,nunca –Termine de hablar. Ya me encontraba empapada de tanto llanto.
El no decía nada, se había quedado como paralizado y no hablaba, solo me miraba detenidamente.
-Mentiste –Susurro.- ¡Joder, mentiste! –Gritó.
- Tú también lo hiciste –Me defendí.
- ¡Es diferente! Realmente si quería tu amistad, pero siempre dije mentiras, si al principio fue por lo que dijiste. Pero luego no, me caíste bien, a la única que según yo pensaba que el imbécil ese no le gustaba... Y no le dije nada a Holly, tal vez ella me escucho hablando cuando estaba con mi mamá, pero solo quería que me aconsejara para ayudarte –Menciono.
- ¡Es que no entiendes! ¡No necesito ayuda de nadie! Joder, me estas jodiendo Luciano,, no te necesito, no necesito de nadie. He estado sola antes, puedo seguir haciéndolo. No te estoy pidiendo ayuda, solo... Solo déjame... –Le dije para luego salir de ahí.
Necesitaba salir de ahí, no quería verlo, ni a él, ni nadie.
*
Salí del instituto y camine a casa, el sol estaba escondido detrás de nubes negras que de seguro cargaban agua y por lo tanto no tardaría en llover.
Este día sin duda había sido una mierda como los anteriores. Y eso que aun no había terminado, faltaba llegar a casa y escuchar a mi papá.
-Psst –Dijo alguien. Me voltee a ver, era Lucas. Le sonreí a medias, no tenia animo.
-¿Un mal día? –Pregunto acercándose a mí.
Asentí.- Trate de hacer lo que dijiste, de defenderme y eso. Resulto peor de lo que pensé –Suspire.
Rió por lo bajo a lo que lo mire extrañada.
-¿Por qué piensas hacerlo todo a la vez? –Pregunto.- No vas a ir y hacerlo todo de golpe. Lleva tiempo nena, ¿recibiste una golpiza? –Pregunto.
- Bueno, más bien un jalón de cabello –respondí.- Y hice otras cosas –recordé a Luciano.
- No esperes un momento en el que todos te vean. Ahí es donde te intimidan –Dijo.- ¿Quieres ir a distraerte a algún lado? Porque lo necesitas, estoy seguro que si llegas a tu casa ahora mismo lo primero que harás es hacerte más daño en la piel
Y si, el rubio tenía razón. Eso haría.
-Aja... Creo que sí, quiero distraerme –Le dije no muy convencida.
- Ven, vamos.
*
Lucas me llevo al central park, era lo mejor para caminar.
Estuvimos caminando mientras le contaba todo lo que he pasado en resumen y por supuesto deje escapar algunas lágrimas.
Él me platico de su madre, de lo que ha sufrido gracias a su padre. Era realmente una pena y me recordaba a mi infancia.
Después de todo tocamos otro tema de conversación, me contaba chistes y reía. Era demasiado simpático y una persona con la que realmente me podría entender.
-... Gracias, después de todo el día no ha estado tan malo –Le sonreí.
- No agradezcas Camila, también la he pasado bien –Dijo.
- ¿Sabes? Siempre quise a alguien que me escuchara –Le dije.
- Siempre te escuchare –Se acerco.- Siempre, te lo prometo –Susurro cerca de mis labios.
Y me beso, él chico me beso. Fue un beso muy dulce y lindo. Una gota de agua cayó en mi mejilla y no estaba llorando.
Nos separamos poco a poco, mire al cielo y ya estaba goteando, lloviendo más bien por lo que no tardaríamos en empaparnos. Lo mire y tenía una hermosa sonrisa que me contagió y comencé a reír, lo abrase muy fuerte, estaba feliz. Realmente lo estaba.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Ficção Adolescente¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.