"Es pensar en todo y romper a llorar"
Mis ojos comenzaron a cristalizarse y mis manos a temblar. Agaché la mirada, no podía verlo.
Realmente tenía razón, él jamás se fijaría en alguien como yo. Mucho menos toda marcada de cicatrices.
Yo ya lo tenía claro, solo que no podía aceptarlo aún.
Me levante de la banca sin aun mirar a Luciano y dije:
- No necesitas recordármelo.
Pasé por un lado de él. No quería verlo, me estaba acabando.
Me tomo del brazo para no dar un paso más.
- Mírame –Ordeno.
Negué levemente, no podía siquiera verlo.
- No quise... –Lo interrumpí.
- ¡Ya cállate! –Lo miré con los ojos llenos de lágrimas.
Me miro apenado, su mirada era de arrepentimiento.
- Lo siento –Musito.
Con la parte de atrás de mi mano limpie mi nariz.
- Solo que es tan molesto verte aun enamorada de él... Dime, ¿Qué es lo que realmente esperas?
Guarde silencio un momento.
- Una vida verdadera –Murmuré.
- ¿De él?
- Que se fije en mi –Conteste.
- Y, ¿que si nunca lo hace?
Narra Andy:
Regrese a clases, esta me tocaba con Juan. Me sentía tan mal, no tenia ánimos de hacer nada. Ni siquiera entrar a clases.
Lo divise en el fondo,me dirigí hasta allá con paso lento y me senté a su lado.
- Hey –pronuncie.
Juan me volteo a ver y sonrió. Levanto la cabeza en forma de saludo y continúe:
- ¿Te llevas muy bien con Camila?–Pregunte antes de que el profesor entrara.
- No tanto, pero posiblemente eso trato –contesto.
- ¿Sabes algo acerca de que tiene problemas? –Pregunte una vez más.
El frunció el ceño y negó.
- Buen día alumnos... –Saludo el profesor entrando.
Ya no dije más ya que las clases continuaron. Espere a que pasaran hasta terminar.
Solo pensaba en como poder ayudar a Camila y en la posibilidad de que alguien me ayudara a saber lo que sucedía con ella.
La única forma que me iba a quedar es siendo amable y establecer una conversación con ella. Más claro, ganar su confianza.
Narra Camila:
Después de haber terminado las clases salí inmediatamente de ahí para ir a casa.
Cuando estuve a metros de mi casa podía escuchar gritos provenientes de esta. Saque mi celular para mirar la hora, marcaba la 1:58 pm.
Era raro que mis papás estuvieran en casa. No quería entrar.
Me senté enfrente, en la pequeña banqueta. El sol estaba demasiado fuerte y no había sombra ahí.
Era preferible estar afuera quemándome por los rayos del sol que adentro, mirando como mi papá golpea a mi mamá.
- ¡Es que no entiendo como no te largas de acá! –Se escucho el gritó de mi mamá.
- ¡¿Para qué te quedes con él, no?! –Gritó mi papá.
Estaba más que segura que hasta los vecinos escuchaban.
Saque mi ipod de mi bolso y desenrolle los audífonos. Los acomode en mis oídos y di 'reproducir' para no escuchar más los gritos.
Sin darme cuenta ya me encontraba derramando lagrimas.
Narra Andy:
Salí del instituto y por alguna extraña razón quería pasar por la casa de Camila
La vi, ahí sentada enfrente de su casa. Sus muñecas cubiertas, su cabello sobre su rostro, sus audífonos en sus oídos, su atención en el suelo y sus ojos llenos de lágrimas.
Baje del auto y me senté junto a ella, quien aun no notaba mi presencia.
Al cabo de unos segundos giro temerosa y me miro con el ceño fruncido.
Quito sus audífonos sin dejar de mirarme y dijo:
- ¿Qué haces acá?
Su voz parecía una de esas melodías que eran realmente tristes. Tenía esa expresiva cara de miedo, aunque era de total tristeza.
- Pasaba por acá –conteste.
Limpio su rostro con la parte de atrás de su mano. Metió su ipod a su bolso y se dirigió de nuevo a mí.
- ¿Por qué estas afuera? –pregunte.
- Por nada –Soltó un suspiro. Pero de esos suspiros cuando estas cansado, de esos que realmente sueltas por tristeza.
- ¿Te sientes bien?
De sus ojos comenzaron a brotar más lágrimas.
Asintió.
- Mis padres han llegado antes del trabajo –Murmuró.
- Y, ¿eso es malo?
Se levanto y la imite.
- No te importa –respondió fría.
Corrió a la puerta de su casa antes de que pudiera decir algo y entró.
Me quede como tonto observando la puerta por donde había entrado. Ella estaba mal y algo le pasaba.
Estaba decidió a averiguar que ocurría con ella.
Narra Camila:
No entendía que hacia acá y porque de un momento a otro le importaba tanto saber cómo estaba cuando él jamás lo hacía.
Subí directo a mi habitación. Me encerré en ella y me dispuse a llorar todo lo que no podía hacer afuera por miedo.
Comencé a desvestirme y luego saque una cuchilla debajo de mi cama.
Voces en mi cabeza se comenzaron a escuchar y a recordarme lo tanto que me odiaba y la porquería de vida que tenia.
Observe mis piernas y estaban muy marcadas, me sentía enferma. Miré la mano con la que sostenía la cuchilla y arriba de ella, estaba igual. Temblaba y no de frió, sino de ansiedad.
Me di la vuelta para verme en el espejo.
"Nadie te podría querer así, das asco" "¿Como piensas que se fijaría en alguien como tú, estúpida?" "No vales nada" Escuchaba.
Hundí el filo en mi pierna derecha haciendo que esta sangrara de inmediato.
Mi vista se torno borrosa por el agua acumulada en mis ojos. Deje caer la cuchilla y me tire al suelo. Cerré los ojos e imagine una vida ideal, donde todo era perfecto.
{...}
Llegue al instituto apresurada, el timbre sonaba en anuncio de que recién comenzaban las clases.
Saque mi libro del casillero y seguido lo cerré para girarme y chocar con alguien haciendo que cayera al suelo.
- Mierda –Musito furioso.
Sí, furioso porque era una vos masculina.
Levanté mi vista y era Greg, quien estaba rojo de la furia.
- Fíjate idiota –Me gritó.
Me levante sosteniendo aun mi libro.
- Lo siento –Musite.
Gruño y se alejo de ahí.
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Tᴜ ʙʀᴏᴍᴀ ᴀᴜ́ɴ ᴇs ᴅɪᴠᴇʀᴛɪᴅᴀ?(Editando)
Teen Fiction¿Quieres llorar? Llora. ¿Quieres gritar? Grita. ¿Te cortaste? Bien, cada vez que mires tus marcas sabrás que fue una guerra perdida y no ganaste nada.