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Después de hablar un rato largo con aquellas chicas, de la nada las luces de la habitación se apagaron.

-Las luces se apagan a las diez- Me recordó 15- Tenemos que acostarnos, mañana hay análisis médico.

Nos acostamos, cerré los ojos y procuré dormir un poco.

Había un chico con el pelo rizado, llorando con los brazos llenos de sangre proveniente de sus cortadas. Se encontraba en el medio de la calle, solo y hacía frío. Luego su rostro se bañó de luces rojas y azules, que llegaban  de el coche de la policía que acababa de estacionar. Lo subieron a aquella patrulla y se lo llevaron. El no lo sabía, pero jamás volvería a ser libre.

Sonó una campana y me desperté completamente sobresaltada, al igual que las chicas. Ellas vieron mi cara de confusión.

-Tranquila, es solo nuestra alarma- Dijo muy tranquilamente 16. ¿Esa era su alarma? No me puedo imaginar aguantarme eso todos los días, aunque no estaba alterada solo por la alarma, sino que también por el sueño- Ya son las siete de la mañana, y debemos levantarnos para darnos una ducha, luego la revisión médica y luego el desayuno.

Nos levantamos todas de la cama, 14 abrió la puerta y caminó seguida por mí, 16 y 15, que cerró la puerta. Yo no sabía cual era el camino que tomar, así que me limitaba a seguir a 14. Cuando al fin llegamos al baño quedé sumamente asombrada, y no para bien. Era pequeño, con unas pocas duchas y algunos inodoros.

Las cortinas de las duchas estaban llenas de moho y no esperaba que hubiese agua caliente. Cuando me desvestí y entre en la ducha me di cuenta de que tenía razón, el agua solo salía fría, y ni siquiera había jabón o shampoo. No me quedé más de lo necesario en el agua fría, tomé una toalla, que ya estaba descolorida pero limpia y me cubrí con ella. Las chicas también hicieron lo mismo, nos secamos y nos volvimos a vestir solo que esta vez con ropa limpia, que era gris. ¡Y asombrosamente nos lavamos los dientes!

Cuando terminamos de vestirnos y lavarnos los dientes depositamos nuestra ropa sucia en una cesta que había en un rincón de la habitación. Había un solo cepillo para el cabello por lo que debimos esperar a que la otra terminara de desenredarse su cabello y atarlo para que pueda continuar otra.

Cuando todas estábamos listas seguimos caminando hasta lo que yo conocería como la Sala de Pruebas, se deben de estar preguntando ¿Pruebas de qué?, pero si lo digo ahora les adelantaría un punto clave de mi historia.

Las cuatro atravesamos la puerta color roble oscuro y dentro habían muchas personas con batas blancas sentadas detrás de computadoras, que se pararon en cuanto nos vieron entrar.

Cuatro de esas personas se dirigieron hacia nosotras y nos encaminaron hacia cuatro sillones a mitad reclinar, apartados los unos de los otros, rodeados de cables y pantallas.

Cuando me sentaron me conectaron dos de esos cables a mis cienes y vi que uno de los monitores se prendió, mostrando algo que parecía ser mi actividad cerebral, luego me conectaron otro cable al pecho, por encima del corazón, y una máquina emitió un pitido y un gráfico, mi frecuencia cardíaca. Extendieron mi brazo y lo rodearon con una banda, a lo que luego me di cuenta que era un tensiómetro.

Una mujer con una carpeta de hojas en la mano comenzó a hablarme

-Te vamos a hacer unas pruebas para ver como respondes, y si todo en tu organismo es correcto-Luego un hombre me introdujo una jeringa en el brazo y me sacó sangre. Cabe aclarar que tengo un odio mortal hacia las agujas y que casi me desmayo.

Un monitor en frente mío comenzó a mostrar imágenes de cosas que se movían solas, una persona que desaparecía, fuego saliendo de las manos de alguien, y más cosas que yo no entendía. Mientras que la mujer estaba mirando muy atentamente el monitor con mi actividad cerebral. Luego de casi una hora y muchas más imágenes raras se terminó el análisis y nos dijeron que podíamos irnos al comedor.

Apenas puse un pie fuera de esa habitación hablé:

-¿Para que se supone que son todas esas imágenes? Digo, ¿A ustedes también se las muestran?.

-Vemos las mismas imágenes una y otra vez, en cada análisis- Acotó 16

-Y siempre están al tanto de nuestra...¿Como se dice? Ah sí: actividad cerebral-Comentó 15

Llegamos a una sala vacía con muchas mesas y sillas, y con una persona sentada allí. Tenía los brazos vendados.

El accidente, las luces rojas y azules, los brazos sangrando. El chico de mi sueño. 12.

PrisioneraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora