Capítulo 9

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Me quede helada, Lobo estaba destrozando al tipo. ¿que se supone que debía hacer? No podía abalanzarme y tratar de sacarlo, seria Lobo el que me mataría.

Atinaba a moverme y volvía a quedarme en mí lugar, no estaba muy segura de como actuar.  Mi cabeza seguía llenándose de dudas pero la mirada que me dio Lobo en ese momento en el que volteo su cabeza resolvió cualquier pregunta que hubiera en mi mente en ese momento. 

vete

Tomé las llaves que estaban en el suelo y subí a mi auto, le encendí y salí del estacionamiento mirando por el espejo retrovisor a Lobo. Mi cabeza aun dolia y mi garganta ardia cuando tragaba saliva. Comenzaba a amanecer y yo seguia conduciendo, pero no estaba en mi. Estaba pensando en que hace casi una hora casi muero, que Lobo me ayudó, que no estaba muy segura de si realmente estaba conduciedo hacia mi casa.

El sonido de mi móvil me trajo de nuevo a la realidad, era una llamada.

Desconocido

Tarde en contestar

-¿Hola? - pregunté

-No lo digas ni una palabra a la policía de nada de lo que has visto o te mató yo mismo. Y me va a valer una mierda haberte ayudado antes.

Y cortó la llamada. 

Todo mi cuerpo se tenso y perdí el control del volante. Por suerte la carretera estaba totalmente vacia y pude recuperar el auto sin accidentes. Desde lo de mi madre tengo mucho miedo de los accidentes, algo asi como un trauma.

Mamá, ayudame a salir de esta.

No puedo creer en la mierda en la que me he metido, tengo mucho miedo.  Segui conduciendo a casa con mi cd de rap al todo, me dolian los oidos pero me ayudaba a no pensar. 

[...]

Pase toda la semana encerrada en mi habitación hasta que algo extremadamente inusual pasó.

-Kara, hija. ¿Puedes bajar un minuto? - grito mi padre desde abajo pero no fue con un mal todo, sorprendente mente. 

Baje rápidamente y vi a una mujer cerca de la puerta de entrada, me sorprendí al ver lo hermosa que era. 

-Ella es Karen, cenara con nosotros - estrechamos nuestras manos-

-Hola Kara,mucho gusto. Tu padre me ha hablado mucho de ti - esbozo una sonrisa - Espero que nos llevemos bien

-Difícil de creer, la verdad - dije entre risas. 

Ella rió conmigo y mi padre me frunció el ceño.  Ellos se dirigieron a la cocina, me quede cerca de allí y mi corazón se aceleró cuando los escuche reír. Y no una risa fingida, eran carcajadas. Hace años no escuchaba reír a mi padre así, de repente no creí que mis problemas fueran realmente grave si esa risa siguiera sonando en mis oídos. 

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