Todos me dijeron una y otra vez que si jugaba con fuego, acabaría quemándome. Pero lo que nunca nadie me pregunto fue si lo que andaba buscando era algo de calor.
Él, era fuego.
Yo, tenía frio.
Es mi primera novela y es el borrador, por lo tant...
El pasó su brazo por mis hombros y me atrajo hacia su cuerpo. Era increíble como me hacia sentir, segura y a la vez vulnerable, como si estuviera en las nubes y a la vez cayendo de un precipicio. En ese momento todos los poemas de amor que se han escrito alguna vez, tuvieron sentido. Con otras personas no era suficiente el contacto pero con Ares, hasta un pequeño roce de nuestras manos provocaba que un escalofrio recorriera toda mi espina dorsal. Me bastaba, aunque prefería mucho, mucho más. Y como ya saben, la entidad que maneja nuestras vidas, pueden llamarlo Dios o destino, no soporta contemplar un momento así de fascinante asique rompió el extasis.
-Tengo que irme, trabajo esta noche. Y tengo que prepararle la cena a Irene.- habló Ares apartandome e incorporandose.
-Claro, adiós.-
No tuve tiempo para lamentarme aquel hecho, ya que Leah llamó para invitarme a una fiesta. Y yo estaba dispuesta a ir. Tuve una época fiestera a decir verdad, a los 15 años pero luego esas cosas ya no me llamaron la atención y deje de ir. Aunque he de aceptar que estoy entusiasmada de ir a esta, según Leah será "legendaria".
♫She say, "Do you love me?" I tell her, "Only partly" I only love my bed and my momma, I'm sorry♫
"God's Plan" de Drake acompaño nuestra entrada triunfal a la fiesta, claro, con triunfal me refiero a que tropecé y todos se rieron. Gran manera de empezar la noche. Esta fiesta era diferente, no era una de preparatoria. Aqui habian personas de 30 años, tal vez más.
—Vamos por algunas bebidas— dijo Leah gritando en mi oido y mientras caminabamos ella movia las caderas al compás de la música.
Ella y yo siempre hemos sido opuestos, pero nos complementamos. Yo siempre la he admirado, su vida no ha sido por nada mas fácil que la mia pero ella siempre ha tenido una sonrisa en su rostro. Y en mis peores momentos, en los mas oscuros, ella se mantuvo ahí, firme. Asi como yo estuve en los de ella, somos afortunadas de tener esta amistad. Mas bien hermandad.
—¿Tequila?— me pregunto Leah.
—2 shots, por favor— respondí con una mueca de desafio.
Para las 2 am estabamos lo bastante borrachas como para bailar "Bang Bang" sobre una mesa.
—Por los viejos tiempos— grito Leah levantando su vaso y chocandolo contra el mio haciendo que un poco de licor se derramara.
La idea de que para ese entonces ya nada podía arruinar la noche fue tan erronea como mi eleccion de ropa, claro pero yo aún no lo sabia.
