Capítulo 36

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Diecisiete minutos condujo Leah mientras seguiamos a las tres motos, todos estabamos tan asustados que ninguno habló durante el trayecto.  
—¿Donde mierda estamos?—exclamó  Daniel mirando por la ventana.
—Creo que estamos en el muelle.— respondió Leah achinando sus ojos como si eso le ayudara a ver mejor en la oscuridad.
Chris había demostrado estar totalmente fuera de sus casillas esta noche. Aunque yo actue mal olvidandome de el, Mi error no le daba derecho a insultarme, y por lo visto a Ares tampoco le agrado que el sobrepasara la raya.
Las motocicletas pararon y Leah estacionó el auto tras ellas.
—La policia nunca busca aqui.—habló uno de los amigos de Ares quien era moreno, su contextura de nadador delataba que hacia deportes o tal vez también se dedicaba a pelear. Su pelo en forma de pequeñas ondulaciones estaban controladas en un corte de pelo que le sentaba muy bien, los faroles del muelle no brindaban la mejor iluminación pero alcance a notar sus ojos claros.
—Tengo cerveza.—habló el restante de los compañeros de Ares. Resaltaba a simple vista por su cabello platinado. Tenia facciones muy delicadas que lo hacian lucir menos de la edad que seguramente tenía. Dirigió su mirada a nosotros y nos observó de arriba hacia abajo, varias veces.
—Disculpen a mi amigo, es un grosero.—volvió a hablar el moreno señalando al rubio.—Soy Marlon y el es Jaden.
—Yo Kara y ellos son Leah y Daniel.—nos presente con una sonrisa para disipar la tension que habia.
—Vamos, caminen.— hablo Ares por primera vez mientras se volteaba y se sumergia en la oscuridad del muelle.

Todos caminamos detras de el hasta un pequeño círculo de sillas que allí habia, parece que vienen seguido. Todos nos posicionamos en una silla y Jaden nos dio una cerveza a cada uno. Ares no paraba de evitar mi mirada, como si conectar nuestros ojos le quemara. Yo queria hablar con el pero no iba pedírselo frente a todos, me avergonzaba la idea de que me rechazara allí.
Poco a poco las cervezas nos hicieron relajarnos y de repente Marlon estaba sacandose la camiseta para entrar al lago, porque según el tenia calor. El era el tipo de chico gracioso que no intenta demostrar nada, no como Ares que tiene que mantenerse fuerte y no como Jaden quien se mantiene callado solo observando.
Escuche gritar a Leah que ella tambien se sumergiria un rato y al instante ya estaba en ropa interior. Todos menos Ares voltearon a observarla porque vamos Leah era lo que todos deseaban en una chica delgada pero con curvas, digamos que sus atributos eran bastante grandes.
Lobo en cambio fijo su mirada en mi y ya no lo soporte, me levante y comencé a caminar si el tambien queria hablar me seguiria y si no, por lo menos tendria su mirada intimidante solo en mi mente.

Unos minutos después escuche unos pasos detras de mi, y me alegro que haya decidido seguirme. Sentí como me tomó una mano y tiro levemente de mi para que volteara.
—¿Porque coqueteabas con aquel chico frente a mi?— dijo Ares a escasos centímetros de mi cara y me noqueo con su pregunta porque yo ni siquiera pensaba en el cuando conoci a Daniel.
—No, Ares. No es lo que crees.— dije mirando su boca porque las ganas de unir nuestros labios inmensas.
—Entonces explicame.—dijo Ares y esta vez el tambien miraba mis labios, los relami como señal.— O no expliques nada.
  Se acercó a mí, rozando con sus dedos las comisuras de mis labios, retirando con sus manos mi cabello, y yo rodee su cuello con mis brazos. Una extraña sensación recorrió mis extremidades, sus pupilas clavándose en el fondo de mi alma, como si quisiera traspasarme, como si se detuviera el tiempo. Tímidamente sus labios se posaron en los míos, sentir el roce de su aliento, el perfume embriagador de su cuerpo, me enturbiaba los sentidos, dejándome llevar. Suaves roces en mi cintura por parte de sus manos me otorgaron una sensación de paz. Yo en cambio tomé su cara con ambas manos y de vez en cuando pasaba mi dedo pulgar por sus labios sintiendolos húmedos.
El beso se profundizó y el movió mi cuerpo y lo apoyo contra un poste de luz, todo mi cuerpo tocaba el suyo. Me sentia en las nubes, cuando escuchamos gritos y ambos nos separamos uno del otro, aunque esa separación se sintio como un pecado.

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