El edificio era viejo y el techo goteaba. Todos los neoyorkinos sabemos que Harlem no es una de las mejores zonas en cuanto a hospedaje. Hay muchas bandas y la movida de aquí siempre es el narcotrafico. El primo de Leah no le dio tanta información como el numero de apartamento pero el portero si, por par de billetes de 10.
Toque con mis nudillos dos veces, aunque tenía ganas de salir corriendo de allí.
-¿Kara?- el tono seco y tajante de su voz me hizo reconocerlo.
-Ares - y en cuanto lo miré directamente a los ojos, enfurecí como nunca en mi vida - Eres un maldito bastardo, me dejaste allí, dejaste que la policía me encontrara -
-Maldición, Cálmate - me dijo en cuanto subí demasiado el tono de voz - Lo siento, si? Pero yo no te debo nada, no tengo que salvarte el culo cada vez que te metes intencionalmente en problemas. ¿Ademas, como supiste donde estaba?
Gruñí interiormente e ignore su pregunta.
-Va a matarme - el frunció su ceño - Me queda solo una semana.
El me tomó del brazo y me guió dentro, cerró la puerta y habló.
-Kara, ya le pagué a Milos- suspiró- En cuanto te vi en la pelea supé que era por el, ya le pague. Ahora puedes dejar de intentar contactarme por todos los medios posibles.
Yo reí, y no solo porque el comentario me hizo gracia, si no porque estaba a salvo. Finalmente estaba a salvo.
-Gracias - dije mientras sentía como un peso enorme se me quitaba de encima.
Ya no tenía ninguna razón por la cual seguir hablando con Ares...
¿O si?
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ARES
JugendliteraturTodos me dijeron una y otra vez que si jugaba con fuego, acabaría quemándome. Pero lo que nunca nadie me pregunto fue si lo que andaba buscando era algo de calor. Él, era fuego. Yo, tenía frio. Es mi primera novela y es el borrador, por lo tant...