- Gus, oye, para. No fue mi culpa que tu padre muriera. No tienes porque hacer esto. Solo te digo que...
- ¡Mira Allyson! Tu no entiendes nada de la vida. Tu vida ha ido muy bien, hasta que abes esto. Sin embargo, desde que tu padre mató a mi padre, tuve una vida mala, mi madre no tenía ni un duro. ¡Así que no me vas a decir tú lo que no o si debo hacer!
Entonces se oyó el clason del coche de mi padre. Casi me caí al suelo. Intenté tirar a Gus por las escaleras, pero no funcionó. La pegué una patada y ella me la devolvió mas fuerte. Mi padre se bajo del coche y se dirijo hacia nosotras.
- Chicas, ¿qué tal el día?
- Señor, le quiero decir algo - dijo Gus. Y apareció Mark corriendo por la carretera.
- ¡Para! ¡Gus! ¡te juro que como digas algo te mato! ¡te mato! ¡No mires al pasado! Eso ya pasó.
- Habrá pasado pero la venganza no ha cesado - dijo Gus.
- Chicos, calmados por favor - dijo mi padre. No pude contener las lágrimas y se me salieron. Yo era el enemigo de mi padre. Y si se lo decía, uno de los dos moriría.
- Mark es un... hombre lobo - dijo Gus. Entonces a mi padre se le pusieron los ojos de color negro, como si estuviera poseído y cogió el cuello de Mark para estrangularlo. Gus me dijo al oído, que que suerte había tenido al no decirle que yo también lo era pero no podía parar de llorar y me era difícil de entenderla.
- ¡No! ¡Para! - no tuve más remedio y empujé a mi padre por las escaleras y se cayó - ¡Mark corre!
- ¡No te dejaré Ally!
- ¡Imbécil corre! ¡ya! - y me hizo caso. Yo fui a coger a mi padre y lo arrastré hasta el sofá donde esperé a que se levantara. No podía pensar con claridad, todo esto... uno de los dos moriría, y yo no quería eso por mucho que odiara Mark...
- ¿Ally? - gritó mi padre - ¡¿qué está pasando?!
- Papá, ¿por qué no me dijiste antes lo que eras?
- ¿A qué te refieres?
- No soy tonta. Eres un cazador de lobos, y si no matas a Mark, tu morirás.
- Vete a la cama, esto es problema mío.
- Tiene que haber alguna solución. No puedes... él no puede... ¿cuanto tiempo tienes hasta que si no le matas mueras? - estaba asustada. No quería quieres ver la realidad. No estaba dispuesta, encontraría una solución.
- Como mucho... una semana.
- ¿Mamá sabe algo?
- No, ni tus hermanos, así que haz el favor de callartelo.
- ¿Vas a matar a Mark? - el corazón se me encogía.
- Si no tengo más remedio, sí.
- Papá deja que hable con él. Por favor.
- Te doy hasta mañana.
- Iré ahora a su casa.
- ¡Estás loca! Es de noche, y estos barrios son peligrosos.
- Adiós - cuando cerré la puerta, no intentó detenerme y me dirigí al bosque. Sabía que él no tenía casa y que estaría deambulando por el bosque. Pasé por un callejón que olía a pis, pero era el camino más corto.
- ¡Hey guapa! ¿qué hace una belleza por aquí sola? - dijo un tío de tez oscura y vestido de negro. Probablemente estaba embriagado. Seguí caminando rápidamente sin mirar atrás - Pero no te vayas guapa. Te puedo hacer compañía - dijo el tío de nuevo y me estaba asustando de verdad. Entonces sin darme cuenta me cogió el brazo.
- ¡¿Qué haces imbécil?! ¡Suéltame! - dije pegando patadas.
- Vaya... ¿estás asustada? No te voy a hacer nada - y me agarró por la cadera para que no me fuera. Le mordí y salí corriendo. Él me seguía pero procuraba no mirar para atrás. Entonces una mano me cogió y me metió detrás de un contenedor, pegué pero era incapaz de soltarme. El corazón me latía fuerte, y era lo único que conseguía escuchar. Empecé a gritar y la mano me dio en la boca evitando que pudiera respirar y entonces olí el aroma de Mark. Era Mark, pero ¿como era capaz de saber que era él por el olor? Le aparté la mano y el tío ya no me seguía así que le abracé agradeciéndole que me hubiera salvado.
- ¿Estás bien? - me puse en pie, pero me caí, tenía el tobillo derecho hinchado - parece que te lo has torcido, oye tengo una cabaña en el bosque, a un kilómetro. Iremos allí y te lo curaré.
- Mark, no puedo caminar un kilometro... - le dije poniendo los ojos en blanco. A veces me irritaba ese tío.
- ¿Quién ha dicho que vayas andando? - y sin darme cuenta, me cogió como a un bebé.
- ¡Suéltame!
- ¿entonces vas andando?
- Tu ganas... - le dije. No parecía cansado de llevarme, y haber, no peso como una pluma... Era reconfortante lo calentito que estaba, me hacía que no temblara.
- Ya veo la cabaña, no es genial pero... es algo.
- ¿Como sabías que estaba allí?
- Ally, ¿eres tonta? Estoy imprimado de ti.
- Es cierto... - odiaba eso. Lo odiaba. La cabaña era pequeña pero acogedora, tenía lo suficiente, una mesa, una cama, una silla, una pequeña estantería pegada a una neverita. Me tumbó en la cama y me levantó el pantalón para ver mejor mi tobillo. Y tenía una pinta horrorosa.
- Buff, no está muy bonito... te lo voy a vendar.
- Vale... bueno... ¿hay alguna salvación para que no tengáis que morir ni mi padre ni tú?
- Solo venías por eso. Qué tonto soy... bueno... hay una cura.
- ¡Enserio! ¡Esto es genial! ¡Vayamos a buscarla! - estaba súper feliz. Era genial, ¡había cura!
- Es una receta que tenemos que conseguir con productos naturales de este bosque. Por eso vine aquí, para buscar los ingredientes, pero es difícil buscarlos.
- ¡Vamos!
- Es tarde, duerme y mañana después del instituto buscamos.
- Mañana es sábado... - dije poniendo los ojos en blanco.
- Bueno pues por la mañana...
Pero había un problema, solo había una cama.
- Mark.
- ¿Si? - dijo mientras se comía una galleta.
- ¿Dónde vas a dormir?
- La pregunta es donde vas a dormir tú. Porque yo tengo mi cama.
- Soy tu invitada - le dije con cara de pena.
- Aggg, dormiré en el suelo...
- ¡Genial, buenas noches!
Me tumbé y esperé a que amaneciera.
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INCOMPATIBLES (completo)
Teen FictionLa vida de Allyson siempre ha sido normal, pero un día aparece un chico que cambia todos sus planes, debido a un secreto que se ha pasado de generación en generación. Un familiar no quiso contarle el secreto pero fue una mala idea no hacerlo. Su vid...