Capítulo 13

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Ya al alba me levanté de la cama y me fijé en que Mark no estaba en el suelo, sino en mi cama, bueno su cama. Le tiré un cojín y gruñó. Estaba muy feo por las mañanas... que digo... era muy mono. ¡No Ally, tu estás con Matt! ¡Matt! No le llamaba desde hace dos días. Luego le llamaría, aquí no había cobertura.

- ¡Deja que duerma! - me dijo con la baba callendo por su barbilla.

- ¡Has dormido en la cama!

- ¿Y? No te has enterado. ¿De verdad pensabas que iba a dormir en el suelo? Soy medio animal pero también medio humano.

- Me voy.

- ¿Qué?

- Si, tengo que decirle a mi padre lo de la cura, y tengo que llamar a Matt - entonces se levantó, y se acerco. ¡Oh! Estaba desnudo. Decidí no mirar para abajo, se acercó más y me abrazo. Yo le aparté con las manos. - ¡Estás loco! ¡vistete! Me repugnas. Ya me voy - ni se inmutó, se quedó allí sonriendo. Le miré fijamente a los ojos y salí de allí.

Para llegar más rápido, fui en forma de lobo. Era genial, me sentía ligera, libre. Era fugaz, rápida. Cuando vi el barrio me transformé y llamé a Matt.

- ¿Diga?

- Matt, soy Ally. Siento no haberte llamado, pero he estado enferma unos días, ya sabes... estos días te resfrias muy rápido - le mentí, odiaba mentirle pero no le iba a decir la verdad...

- ¡Ally! Me alegro de oírte. Yo también he estado algo ocupado. ¿Podemos vernos esta tarde? - me alegraba de que no se hubiera enfadado ni nada.

- ¡Claro! Nos vemos.

Llegué a mi casa y le dije a mi padre lo de la cura, él me dijo que esperaría tres días y sino le mataría. Me preparé para ir a casa de Matt, me puse algo sencillo, unos vaqueros y una camiseta de cuadros. Iba de camino a su casa y un niño de unos diez años me puso la zancadilla.

- ¡Eh niño que te pasa! - le dije cabreada. Me había tirado la libreta que llevaba en la mano.

- ¿Vas a coger el bus?

- No te importa.

- Pues lo has perdido, se acaba de ir. Por mi culpa, lo siento - y se rió a carcajada. Entonces le pegué una bofetada, vale, me había pasado pero... se lo merecía ¿no? - ¡Qué haces! Mi amigo está grabando allí. Se lo puedo enseñar a mi madre, y verá como me pegas - tierra trágame.

- ¡Oh! Yo...no quería pegarte...

- Dame diez pavos.

- ¡Diez! No llevo dinero ahora.

- ¿Ah no?

- Está bien, está bien - vaya niñito más toca pelotas. Le di los diez euros y me fui a la parada esperando al autobús.

El autobús no llegaba y empezó a llover. No tenía paraguas y me estaba helando. Estaba empapada cuando el autobús por fin llegó. Abrió su puerta y le di mi ticket arrugadillo y mojado por el agua.

- ¿Piensas entrar así en mi autobús? A demás, el ticket no funciona, ¿nadie te ha dicho que el agua rompe la electrónica?

- Por favor, llevo tres cuartos de hora esperado aquí. Si, estoy un poco mojada, pero... - ¿desde cuando no te dejan entrar en el autobús por qué estés un poco mojada? Bueno, yo estaba chorreando.

- Puedes ir en el maletero del autobús.

- ¡Oh muchas gracias! - al menos llegaría a casa de Matt, salvo que oliendo a mugre y un poco sucia. Me dispuse a bajar ya que al maletero se entraba por abajo y la conductora me agarró el brazo.

- Tienes que pagar, tu ticket no funciona.

- ¡Oh claro! Un segundo... tengo diez euros en el bolso... - la dije mientras buscaba lo diez euros. ¡No! ¡Mierda! Se los di a aquel niño. - ¡Qué sepas que te volveré a pegar!

- ¿Perdón? - Ups, lo había dicho en alto.

- Hablaba para mis adentros, perdón.

- ¿Me vas a pagar?

- Pues verás... yo tenía diez euros, pero se los di a un niño por darle una bofetada y que no se lo enseñara a su madre... o sea... quiero decir que, se los di para que se comprara un helado... soy maja ehh - la dije con una sonrisa.

- Baja, y te abro el maletero.

- Oh muchas gracias, señora - entonces bajé, ella me hizo una señal para que me alejara un poco, supongo para que la puerta del maletero no me diera. Pero arrancó y salió echando leches. - Pero será usted mezquina - y ahora, ¿como iba? Estaba claro que en forma de lobo no, porque la cosa de Matt estaba en plena ciudad. Pues nada, iría andando.

Después de dos horas, creo, porque no llevaba reloj, llegué a casa de Matt y había anochecido hace tiempo, así que suponía que eran las nueve o así. Llamé a la casa y tardó en abrirme. Pero cuando me abrieron la puerta salió su padre con el pijama puesto.

- Hola, ¿está Matt?

- ¿Quién eres? ¿sabes que hora es?

- Soy Ally, y no se que hora es.

- Bueno Ally, son las dos de la mañana - ¡Qué! Pero...pero...pero...

- Señor, lo siento muchísimo pero... no sabía la hora.

- ¿Qué está pasando papá? - dijo Matt saliendo fuera - ¡Ally! ¿qué haces aquí? - su padre se fue y me quedé sola con él.

- No sabía la hora que era. Lo siento. Pero...

- Ally, te tengo que decir algo.

- Claro, dime.

- Yo... he vuelto con mi exnovia...

- ¡Qué! ¡Estoy dos días mala y aprovechas para irte con otra! Yo no me lo esperaba de ti. Eres un cabrón. ¡Matt!

- Oye lo siento.

- ¡Solo era un juego! Para poner celosa a tu novia - me fui de allí, con las lágrimas cayendo por mis mejillas. ¿qué se cree? Qué puede jugar con el corazón de alguien tan fácilmente. Era de noche y no sabía que hacer. Mi casa estaba muy lejos, la cabaña de Mark también. Así que me senté en el suelo de un callejón a esperar que llegará un autobús, que sería dentro de cuatro horas. No tenía ni ganas de transformarme, me había dolido lo de Matt. Había pasado de todo para venir a su casa y me dejaba por otra. Cruel. Me estaba durmiendo cuando unos brazos me arroparon. Le olí, era Mark. Me reconfortaba estar con él. Siempre sabía donde estaba. Y como me sentía.

- Mark, Matt ha cortado conmigo.

- Losé, es un tonto por dejar a una preciosidad como tú.

- Gracias Mark, en verdad te quiero mucho aunque solo te diga que te odio.

- Yo también te quiero, no te quiero dejar - y me dormí.

Me levanté en la cabaña de Mark, debía ser que por la noche me había traído.

- ¿Quieres huevos?

- Claro, gracias - le dije cuando me puse en pie y fui junto a él. Me pasó un brazo por los hombros pero se lo quité. - Mejor haz que no se te queme la casita - le dije riéndome.

- ¡Mierda, lo dije!

- Eso es agua pasada, a demás estaba en una situación deprimente.

- ¡Ag! Eres... bipolar.

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Este capítulo lo dedico a FatimaZanabria por comentar, leer y votar en todos los capítulos. Pronto publicaré más 😘😘😘

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