Carta 39 - Vive en tus recuerdos

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Harry abrió sus ojos y a su alrededor ya no había escombros ni polvo, solo una gran planicie verde completamente cubierto de flores. Se sentía extraño, no sentía miedo pero tampoco sentía seguridad, era como si una calma lo envolviera y no quisiera soltarlo.
Donde mirara había altos pinos moviendo sus hojas al compás del viento.

Sacudió los retos de pasto de su ropa y camino unos cuantos pasos mirando a su alrededor una vez más. Su cabeza daba vueltas, solo recuerda un dolor en su cabeza y su vista eclipsada por el mismo impacto. Acarició su cabello para ver si encontraba rasgos de sangre, sin embargo, solo sintió la suavidad de sus rizos, se hacía tantas preguntas, principalmente hacia dónde iría.

El menor escucho a lo lejos uña hojas crujir, ese tipo de sonido que hacen cuando son pisadas. Suspiro con los ojos cerrados tratando de contenerse para voltear, temía encontrarse con algún animal salvaje o peor. Camino a pasos anchos sin mirar atrás, aquellas pisadas detrás de él copiaron su movimiento.

Se quedó inmóvil, mordió su labio y contó hasta 10, su método para tratar de mantener la calma jamás le falla. Mentalmente maldijo ante la idea de sentirse vulnerable, era un styles con la valentía de su madre corriendo por sus venas, no se iba permitir sentir miedo.

— ¿Tu padre no te enseño a nunca darle la espalda a un príncipe? Me sorprende de ti, Maximilian.

Harry abrió los ojos de par en par, esa voz...conocía perfectamente ese tono y ese acento tan marcado. Una sonrisa se dibujó en su rostro y sin dudar dio la vuelta, se permitió derramar lágrimas y salió corriendo en dirección a la persona que estaba detrás de él.

— ¡Louis! — envolvió al mayor en un fuerte abrazo mientras hundía su cabeza en su cuello — ¡Estas aquí! ¡Sabía que te encontraría! — tomó su rostro en sus manos y le dio un ligero beso en los labios.

Se miraron uno al otro sin dejar de acariciar sus mejillas. Hacía mucho tiempo que no se habían visto que era como si Louis fuera un espejismo, alguna jugarreta que su mente le estaba haciendo en ese momento.

— Harry... — susurró el príncipe de Inglaterra — Tienes que irte...

El menor frunció el entrecejo y soltó una risa burlona.

— ¿De qué hablas? Acabo de encontrarte, no me iré de aquí solo, tú vienes conmigo — tomó su mano pero esta se desvaneció — ¿Qué es esto?

Una gran nube gris comenzó a cubrir el cielo, aquel viento agradable comenzó a agravarse y algunos Pinos comenzaron a caer. Harry volvió a intentar jalar a Louis pero sus manos se desvanecían como humo.

— ¡Louis, tenemos que irnos ya! — intentó jalarlo con todas sus fuerzas pero ninguna parte de su cuerpo era tangible — No te voy a dejar...no me puede dejar ¡Louis! — se sintió presa del pánico y comenzó a desesperarse al ver como un tronco cayó muy cerca de ellos.

— Harry, despierta... — Louis desapareció ante sus ojos y su ritmo cardiaco se aceleró, sentía su garganta un nudo. El viento era más fuerte y lo empujaba, sintió pesadas gotas de agua sobre él, la tormenta de aquella nube estaba comenzando a causar sus estragos.

—¡¡Louis!!

Grito su nombre tantas veces que sentía que su garganta terminaría sangrando. Los hombros de Harry eran sacudidos con brusquedad por el viento pero él no dejaba de gritar el nombre de aquel joven de ojos azules.

— ¡Harry!
— ¡Louis! ¡¿Dónde estas!?
— ¡Harry!

Escuchaba su voz entre el viento, volteaba a todos lados y no había nada más que ojos y basura volando a su alrededor. Sentía como todo giraba velozmente, su respiración estaba agitada y cayó al piso cuando algo golpeó en su cabeza. Su nombre se oía a lo lejos pero sus ojos estaban cubiertos de arena, el viento empeoraba en intento cubrirse el rostro con sus manos mientras que con sus dedos intentaba remover la arena y buscar a Louis.

Cuando abrió los ojos, un par de ojos azules estaba frente a él y antes de que Harry lo pudiera agarrar, Louis habló.

— Despierta, Harry.

Sobresaltado abrió los ojos, sin embargo, ahora todo lo que tenía a su alrededor eran los restos de lo que algunas vez fue el palacio de los Tomlinson, el hogar del que alguna vez fue su amante, el príncipe Louis.

Harry sentía la cabeza pesada, froto con la yema de sus dedos su cabello y una humedad caía de sus rizos y notó que era sangre. Rojiza y algo mugrosa por culpa del polvo de donde permanecía acostado, su vista aun no enfocaba por completo. Recordó que Louis estaba con él, se sentó de golpe y no vio a nadie con él. Se limitó a llorar mientras sujetaba su cabeza tratando de detener la hemorragia.

- ¿Cómo pudiste golpearlo? - el eco de una voz se escucho a lo lejos, harry sollozó y se colocó de pie a pesar de que aun sentía que su cabeza le daba vueltas

- ¡Estaba gritando! Ni siquiera había notado que era él hasta que cayó al piso - se acercó más al muro y recargo su espalda sobre ella para poder escuchar la conversación. Era la voz de una chica y de un chico del cual reconocía perfectamente.

- Za..Zayn.. - tembloroso en el marco de la puerta, Harry decidió mostrarse y confirmar si la voz que escuchaba pertenecía al joven vasallo de su amado.

Los dos jóvenes corrieron a auxiliar a Harry quien aún se tambaleaba por el golpe que el vasallo le propinó en la cabeza. El príncipe con la vista borrrosa y

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2017 ⏰

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The Royal letters || L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora