The Royal letters || L.S.

Carta 6 - ¿Real o no?

20 de Enero, 1914

Sin Destino

No he podido tomarme el tiempo suficiente para un respiro o para maldecir a la monarquía inglesa en voz alta, porque mentalmente lo he hecho infinidad de veces. He tenido más deberes de lo normal, como aprender todos los protocolos adecuados para cada evento. De niño aprendí sobre ellos así que no tenía sentido verlos de nuevo.

— ¿Supiste que la señorita Briana ha asistido a clases de etiqueta? — Liam me informó hace unos días de manera burlona sobre la educación (que falta le hace) de Briana en el castillo.

No me cabía la menor duda que mi padre tenía que estar detrás de todo esto.

Odio la idea de que ella me tenga que acompañar a todos los lugares a los que asisto. Cuando trato de pasar desapercibido, ella aparece posando junto a mí mientras me jala para ser el centro de atención.

Observe como Liam terminaba de firmar los papeles que tenía en ese momento y levantó la mirada hacia mí.

"Solo es tu compañera de eventos, no de vida. Deja a la plebeya tener un poco de fama"

Fue todo lo que el buen Liam me dijo antes de que partieramos al pueblo para organizar unas cuantas obras caritativas. Era parte de las labores sociales de un príncipe y un protocolo más que aprender.

En carroza recorrimos parte del pueblo hasta llegar al orfanato, donde escucharíamos las peticiones de los encargados y haríamos todo lo posible por ellos. Ayudábamos a gente que pedía ropa, comida o cobijas para pasar las duras noches invierno de Inglaterra. Ese día, un niño llamó mi atención.

Un pequeño como de unos 5 años, de rizos color chocolate y ojos azules, incluso más azules que los míos. Unos hoyuelos se marcaban cuando sonreía y su ropa vieja color gris, le hacía lucir la piel aún más blanca, a pesar de la mugre de sus rosadas mejillas.

- ¿Usted es el príncipe Louis Tom...Tomlainson?

La monja a cargo de ellas se cubrió la boca de asombro al ver la "ofensa" con la que el niño había mencionado el apellido real pero, le respondí que no tenía problema alguno con eso ya que son solo niños.

— En realidad, es Tomlinson. De cierto modo, estás en lo correcto, caballero.

El niño se sorprendió al escucharme decir eso, dijo que no debería llamarle así, que él era solo un plebeyo y que el caballero era yo.

— Soy el príncipe de Cambridge y si quiero llamarte "caballero" estoy en mi derecho. Es decir a los príncipes nos educan para referirnos a otro príncipe de esa manera.

Le sonreí al niño y quedo encantado con la idea de que lo veía como un príncipe y no como un plebeyo. Un gesto que a las monjas y al mismo Liam dejaron boquiabiertos porque estaba prohibida la igualdad entre ambos, pero para mí, no lo era y como dije...era solo un niño.

Ha pasado un tiempo desde el "encuentro" con el príncipe (si es que lo era) al que vi salir del baño, aquel joven estuvo rondando un par de días en mi cabeza.

Zayn preguntó por el joven a los sirvientes que estuvieron atendiendo en el gran salón. Pero, ninguno recordaba haberlo visto o haber servido algo para él.

Por mi parte acudí a mi madre y padre pero tampoco obtuve respuesta. Era como si el muchacho de larga cabellera en saco negro jamás hubiera existido y solo lo hubiera imaginado.

¿Acaso mi imaginación era capaz de traer a la vida un joven tan elegante y de buen porte? O ¿Existe en la vida real pero solamente era visible ante mis ojos?

Eran incógnitas que deje pasar. Me di cuenta que nadie sabía quién era y no quería quedar como un completo lunático preguntándole a todo el mundo (incluso al portero) por un chico "fantasma".

Tengo cosas que pensar y trabajos que realizar antes de enfocarme en algo irreal.

Porque al parecer eso es, es algo irreal ¿Verdad?

L.W.TOMLINSON