Yo no soy el segundo.

Amor, no me invadas.

Hola chicos he vuelto y sé que muy tarde. Primero que nada, felices fiestas a todos, espero lo disfruten y la pasen bonito con su familia, amigos y si la pasan solitos, aún más. Por cierto, al final del capítulo habrá una nota sobre un nuevo fanfic, así que por favor leanla.
La causa de mi demora fue la prueba de selección universitaria(psu) en parte, una caída muy fuerte en mi segundo día de trabajo (soy muy especial ;-;), mi cumpleaños número 18 (que pasé casi sin pena ni gloria) y finalmente mi gira de estudio en la que conocí el sur de Chile (es hermoso, vayan a recorrerlo.)
Gracias por quienes se han preocupado por mí y un saludo especial para Zula y Cielo, que son dos de ustedes que me hablan. De igual manera saludos a aquellas personas que han comentado y también a las que solo me reclaman.

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Su nombre era Kevin y solo tenía 30 años. Se veía muy joven para la edad que tenía, además de que le favorecía aquella altura que poseía, su bello rostro y ese cabello rubio con sus ojos de color que llamaban la atención de sobremanera. Frecuentaba lugares como el bar con la intención de alejarse de su ajetreada vida de abogado, llena de preocupaciones y de problemas realmente grandes. Era una persona alegre, demasiado para mí gusto pero por increíble que sonara me fascinaba.
Me venía a visitar a menudo. Dijo que al inicio solo venía con la intención de beber algo pero que luego me había visto y que le había parecido muy atractivo. Sus palabras me sonrojaron mas no le presté mucha atención, ya que solo eran palabras nada más. Hoy como cualquier otro miércoles se encontraba aquí, mirando desde su habitual lugar en el bar mientras me sonreía. Para ser realmente sincero, sus sonrisas me hacían tener pequeños escalofríos en todo el cuerpo e incluso, me hacían sentir aquellas locas mariposas volar en mi estómago. Que idiota ¿no?