Yo no soy el segundo.

Huida.

Bueno aquí vamos con el último capítulo de la maratón. Espero les guste.
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Lloré por dos horas sin parar, el dolor en mi corazón no disminuía ni un poco, tanto así que aún lágrimas caían por mis mejillas. Mi corazón y todo mi ser estaba totalmente destruido, y no tenía arreglo alguno; de seguro esos dos ya se irían a dormir, mientras yo me estaba muriendo de a poco.
Una hora más paso y al fin las lágrimas cesaron; me levante con cuidado y comencé a ordenar mi ropa en silencio, para luego comenzar algunas prendas en un bolso, principalmente las cosas de mi pequeña niña, para luego guardarlo. Estaba pensando sobre todo cuando vi la puerta abrirse y ver a Kris entrar, él que comenzó a reclamarme por no haber planchado su ropa.

-Tao, esta camina la usaré mañana y aún no la planchas, hazlo pronto
-No lo haré, que lo haga Lay
-Él esta ocupado, hazlo tú que no haces nada en casa
-Dormir no es no hacer nada ¿cómo que no hago nada? Yo hago todo en esta casa ¿acaso estas ciego? -Subí el tono de mi voz-
-No me obligues a castigarte Tao porque...
-¡Golpeame! ¡Hazlo! Si eso te hace sentir más hombre ¡hazlo! ¡Ya no te tengo miedo!
-Tao ¿qué te pasa? -Él intentó acercarse pero lo alejé, mientras me paraba firmemente-
-No me toques ¡te odio! Te odio con todo mi ser... Te detestó -comencé a llorar sin consuelo nuevamente, mientras mi voz de a poco temblaba-
-Tao... yo -su mano trato de tocarme-
-No te acerques... Haz arruinado mi vida ¡prefiriría estar muerto que vivir contigo! Me gustaría morir para no tenerte cerca... Prefiero morir... -comencé a temblar mientras le gritaba esto a Kris- yo quiero morir... así tú no me dañaras -seguí llorando, mientras miraba a Kris, él que me miraba sorprendido y con lágrimas en los ojos- quiero morir

La puerta se cerró y caí al suelo llorando, para luego levantarme com cuidado y agarrar todas mis cosas, doblandolas y guardandolas en la maleta rápidamente; esto me superaba y si no me iba de aquí todo se pondría feo, perdería a mi niña. Mi princesa era lo único que me quedaba en mi vida, y lucharía por ella, la sacaría adelante como fuera, aunque tuviera que sacrificarme para ello.
Espere a que todos se fueran a dormir para tomar mis cosas con cuidado y pensar donde iría ahora. Era la mitad de la noche y no era seguro quedarme en ningún lado pero si no me iba en estos instantes yo estaba casi seguro de que nunca en mi vida lo haría; finalmente tome una decisión y llame a la única persona en la que confiaba, Suho.
Baje a la habitación de mi pequeño y suspiré, esto si que me dolía. Me acerqué y moví a mi pequeño, él que abrió sus ojitos para mirarme.

-Tao omma -sonríe al escuchar eso, mi chiquitito aún era pequeño y poco hablaba pero aún así me nombraba-
-Mi pequeño... debere irme por un tiempo pero no olvides que te amo mi chiquitito -besé suavemente su cabeza- te extrañaré muchísimo... ahora ve a dormir -me limpie una lágrima que caía por mi mejilla al ver a mi bebé sonreír y luego acomodarse-

Subí a mi habitación con mucho cuidado, para bajar mi bolso cuando Suho me envió un mensaje. Antes de salir de la habitación, tome mi diario y escribí en mi diario por última vez.

"Y fueron felices para siempre, pero por caminos separados"

Luego de eso, baje y abrí la puerta de mi antiguo hogar, mirando todo antes de irme para siempre; sólo me llevaría los buenos momentos y olvidaría para siempre los malos. Hasta siempre mi amor.

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Bueno aquí termina la maratón ¿qué les pareció?
El próximo capítulo es especial porque ¡narrará Kris! Bueno trataré de actualizar el sábado y así contarles sobre mis dos primeros días de clases. Besitos a todos y los quiero.