SIN SALIDA 3

-Capitulo 25-

La gente se alteraba cada vez más, aquel joven había caído desde el edifico de 30 metros de alto y ahora se hallaba sin vida.

_ ¿Estás bien? _me pregunta Palo, después de levantarnos.

_Está muerto_ desesperado, temblando, llorando. _Está muerto_.

Palo me abraza, más fuerte que nunca y esta vez estábamos juntos para contenernos el uno al otro.

_Dejame verlo_ mirándola a los ojos. _Tengo que hacerlo_.

_Perdonen chicos, no pueden pasar_ nos repite aquel policía.

Me lo quedo mirando por unos segundos, pero no logro hacer nada. En ese momento para a pocos pasos la ambulancia. Bajan médicos de ella y suben el cuerpo a la camilla. Sin dudarlo me dirijo a ellos sin llamar la atención de aquel policía.

_Disculpen_ los interrumpo. _ ¿Podemos verlo? _.

_No creo_ responde uno de ellos. _Tenemos que llevarlo a la morgue_.

_Es nuestro amigo_ añade Palo. _ ¿Podemos verlo una última vez? _.

_Está bien_ suspira. _Dos minutos chicos_.

Los médicos suben la camilla, con el cuerpo a la ambulancia, nos ayudan a subir y cierran la puerta, dándonos privacidad. Era todo muy extraño, tres personas dentro de una ambulancia y una de ellas estaba sin vida. Palo se tapa la boca y deja liberar sus lágrimas.

_Tranquila_ dándole un beso en la frente.

Después me acerco al cuerpo, tapado con una funda negra, la funda para cadáveres.

_No lo puedo creer amigo_ tan cerca. _ ¿Por qué? _.

_ ¿Por qué lo hiciste Eze? _pregunta Palo, liberándose.

_Me acuerdo de la primera vez que me empujaste, me tiraste al piso y te reíste de mí. Ese es el primer recuerdo que tengo_ me explico. _Después fue el campo de deportes y de ahí en adelante y acá estamos. No te puedo despedir, no ahora_.

Me agacho y apoyo mi mano en su pecho.

_Siempre pensé que éramos como el agua y el aceite_ dejando caer mis lágrimas. _Pero después logré darme cuenta que no, porque empezamos a hablar, a entendernos. Tenemos nuestras diferencias, no compartimos los mismos gustos, pero somos amigos. Hermanos_.

_Me hiciste enojar y reír al mismo tiempo_ aporta Palo. _Nunca te voy a olvidar_.

_Nunca_ repito. _Gracias por marcar mi vida_.

_Y la mía_ añade Palo.

Los médicos nos abres las puertas y bajamos.

_Lamentamos su pérdida chicos_ dice uno de ellos.

_Gracias por dejarnos entrar_ suelto, con una leve sonrisa.

_Cuídense_ comenta su compañero.

Se suben al vehículo y arrancan hacia la morgue. No me quiero imaginar cómo van a reaccionar todos. Su papá, sus amigos. Todos.

_Todavía no puedo entenderlo_ comenta Palo, rara. _Volvió a Buenos Aires para tirarse de un edificio y terminar con su vida. No es razonable_.

No logro encontrar las palabras para responder, no hasta que mi teléfono vibra, una notificación de la publicación del amigo de Ezequiel, Lautaro. Habían comentado en aquella foto: "Gracias amigo" era él, hace unos minutos.

_Palo..._ con el cuerpo paralizado.

_No lo entiendo amigo_.

_No vimos el cuerpo en la ambulancia_ suelto. _No sabemos si es el_.