-Mary-
No paraba de pensar en Franco, estaba preocupada por el, sentía que haberlo dejado solo no es lo que una madre hace cuando su hijo está mal. Podía pasar cualquier cosa. Me daba cuenta de que nunca fui mala con él, siempre me preocupe por cómo se sentís, desde pequeño. Siempre estuve junto a él en todo momento.
Estoy arrepentida, por todo. Primero que nada por no haber hecho justicia por los golpes en su cara y su cuello en Quinto Grado, el es bueno y no quiere meter a nadie en problemas. Quiso proteger a sus amigos, a los que ahora lo son. Todavía sigo sin entender como le hicieron pasar un momento así, cuando lo criamos con Luis notamos que desde el primer día del Orfanato era un chico muy tranquilo, no hasta que empezó con las pesadillas. Eran gritos, faltas de respiración, taquicardia. Sabíamos perfectamente que eran sus recuerdos tratando de mantenerse vivos en su mente. Desde que tengo memora de esto, el siempre tuvo sueños locos pero no todos se los acuerda.
A mi lado estaba mi marido, cenando y hablando con los vecinos. Yo no podía ni sorber un trago de agua. Estaba pegada a la pantalla del celular, esperando un mensaje, un llamado. Una señal.
_ ¿Todo bien? _preocupado.
_Estoy preocupada_ dejando el celular a un lado.
_Llegamos hace veinte minutos_ comenta. _ ¿Queres llamarlo? Hacelo_.
_Está bien, ahora vuelvo_ con una sonrisa leve.
_ ¿Todo bien? _pregunta mi vecina, Celia.
_No te preocupes, voy a llamar a Franco, no se sentía bien_ levantándome. _Permiso_.
Cerca de los baños, saco el teléfono y marco el contacto. Espero y espero, nada pasa. Era rarp el siempre me atendía o recibía mis mensajes rápidos, todo porque nos habíamos puesto otro sonido para reconocerlo. Corto la llamada y lo vuelvo a intentar, pero nuevamente nada pasa. Empiezo a ponerme nerviosa. Entro al chat y le escribo, los mensajes no le llegaban. Apurada, asustada y preocupada camino hasta la mesa.
_Perdón_ interrumpiéndolos. _Luis, tenemos que irnos_.
Su cara se transforma, al igual que la del matrimonio amigo.
_ ¿Qué pasó Mary? _.
_Franco no me contesta_ suelto. _Lo llamé dos veces y no me responde_.
_Perdonen chicos_ se disculpa mi marido, tomando su billetera. _Les dejo nuestra parte_.
_No se preocupen, vamos con ustedes_ levantándose de la mesa.
Salimos del restaurante, pedimos nuestro auto y nos subimos en el. En el transcurso sigo intentando en llamarlo pero no contestaba y los mensajes seguían sin llegarle. ¿Por qué lo había dejado solo? ¿Qué clase de madre soy? Al parecer no me preocupaba demasiado por él. Tenía la culpa de todo, desde no contarle la verdad hasta ahora.
_Por favor Franco_ cortando otra de las tantas llamadas. _Contesta_.
_Tranquila_ besándome la mano. _Debe estar bien_.
Luis dobla a la esquina, algo me hace mal a la vista. Las sirenas de los policías coloreaban la cuadra, había muchas personas afuera de ella. Bajo del auto corriendo después de que mi marido logra estacionar.
_ ¿Qué está pasando? _pregunto.
_No sabemos lo que pasó_ me dice, mi otra vecina. _Escuche gritos y llamé a la policía_.
_Franco está adentro_ después me tapo la boca.
_ ¿Ustedes son los dueños de la casa? _nos pregunta un oficial.
_ ¿Pasó algo? _pregunta Luis.
_Necesitamos entrar_ afirma el policía.
_Enseguida los acompaño_ responde el, firme.
_Mary, quiero que re quedes_ mirándome a los ojos. _ ¿Me podes prometer eso? _.
_No, quiero entrar_ sacada. _Es mi hijo, no me voy a quedar acá_.
_Está bien, pero no te separes_.
_Nunca_ confiada.
Entramos a la casa, los dos juntos con tres policías que nos cubrían.
_ ¿Franco? _asomándome a la escalera. _ ¿Estás bien hijo? _.
Nadie respondía, todos juntos empezamos a subir las escaleras, ya gritar su nombre no hacía nada. Llegamos a su habitación y tratamos de abrir la puerta.
_No abre_ suelto. _Está trabada_.
_Déjenos señora_ se acerca un policía. _La vamos a tirar_.
Nos corremos hacia un costado, aquel policía, el más grande empieza a golpear su espalda hasta tirarla abajo, el estruendo se escucha y la puerta cae al suelo.
_Pasen_ dándome la mano.
_ ¿Franco? _asustada. _ ¿Hijo? _.
Avanzamos hasta encontrarnos con su habitación destruida, su biblioteca destruida, todas las cosas en el piso, los álbumes de fotos sobre la cama. Noto como el suelo está pintado de rojo, manchas de sangre en el, me adelanto y noto que la ventana estaba levantada. En el balcón logro ver el cuerpo de mi hijo sobre una capa de sangre.
_ ¡NO FRANCO!_ grito, corriendo hacia él. _ ¿Qué hiciste hijo? _.
Se había cortado la muñeca derecha, había perdido sangre. Acerco mi oído a su boca y puedo escuchar pequeñas respiraciones que lograba contener. Todavía estabas consiente.
_No te preocupes hijo, vas a estar bien_ acariciándole el pelo. _Vas a estar bien_.
Luis no lo podía creer, al igual que los policías. Segundos después los médicos llegan y me ayudan. Uno de ellos siente lo mismo que yo sus respiraciones cortas que estaban por terminarse y los leves latidos de su corazón.
_Todavía sigue con vida_ afirma el médico. _Necesito llevarlo urgente al hospital_.
_ ¿Va a estar bien? _con manchas de sangre en la ropa.
_No puedo confirman nada señora_ tenso. _Lo lamento_.
Se habían llevado a Franco al hospital más cercano. Luis y yo nos quedamos acomodando toda su habitación mientras dos médicos más limpiaban el piso y forenses sacaban fotos, las manchas en el piso, también en el del balcón, una mancha extraña en las barandas que al parecer provenían de su cabeza. Incluso la mancha que había en la pared, movieron la cama y encontraron la tijera ensangrentada, con la que él se cortó y revoleó.
_ ¿Es necesario? _pregunto, de brazos cruzados.
_Cualquier prueba en necesaria_ responde aquella mujer rubia con su cámara encima.
Junto algunas cosas que se habían caído se du escritorio y encuentro una hoja pegada al monitor "Reproducir" Prendo la pantalla y veo una canción, le pongo play. Una melodía empieza a escucharse hasta que la letra llega a mis oídos.
Once I was seven years old my momma told me
Go make yourself some friends or you'll be lonely
Once I was seven years old...
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SIN SALIDA 3
Teen FictionNo hay secreto que el tiempo no revele. En esta nueva etapa de su vida Franco Rodríguez se sumerge en las profundidades de su pasado, descubriendo todas y cada una de las verdades ocultas por años. Aquellos días que vivió formarán parte de él por si...