SIN SALIDA 3

-Capitulo 40-

-Domingo, Mayo-

-Ezequiel-

La cara destruida, los ojos hinchados de tanto llorar me delataban, logo divisar a Palo, en el mismo asiento que ayer, estaba con su teléfono, tratando de comunicarse con alguien, cuando me ve se aferra a mí, sin soltarme.

_ ¿Dónde estabas? _preocupada. _Me estuve comunicando con vos toda la noche_.

_Perdón amiga_ con la mirada perdida. _Tengo que hablas con los papás de Franco_.

_ ¿Qué pasó amigo? _.

_No pude convencer a la hermana de Franco_ confieso. _No lo pude hacer y ahora él se va a morir_.

_ ¿De qué estás hablando amigo? _ sin entenderme. _Franco recibió la transfusión de sangre_.

_ ¿Enserio? _dibujando una sonrisa. _ ¿Quién? _.

_Marisol, su hermana_.

_Imposible_ impresionado.

Alguien sale de una habitación y me ve, era ella. La hermana de Franco y estaba feliz de verme.

_Mejor los dejo_ suelta Palo. _Tienen mucho de qué hablar_.

_Hola_ sentándose a mi lado.

_ ¿Por qué viniste? _sin poder creerlo. _ ¿Te convencí? _.

_Me dejaste pensando en algo_ sincera. _Después de que te fuiste, me fui a la casa de mis papás. Mi papá me escondió una carta de mi madre biológica_.

_Lo lamento_ apoyando mi mano en su pierna.

_Esto es muy loco_ curiosa. _Casi mato a mi propio hermano_.

_Va a estar bien_ sonriente. _Gracias_.

_Ahora está descansando_ me cuenta. _Sus signos vitales empiezan a mejorar_.

_Es un buen comienzo_ respirando hondo.

_Me tengo que ir_ viendo su teléfono. _Peo voy a volver, lo prometo_.

_Marisol_ antes de que se fuera. _No lo dejes solo, nunca_.

_Voy a volver por el_ sonriente.

No podía estar más feliz, tranquilo. Franco se estaba recuperando de apoco, que loco era todo esto. Ayer pensé que lo había perdido. Desde que Palo me contó que se había cortado me imaginé lo peor, su cuarto lleno de sangre, el piso, las paredes. Es mejor no hacerse una imagen mental de esa situación.

_ ¿Qué te dijo? _se acerca Palo.

_Franco está estable_ le comento. _Está descansando_.

La mamá de Franco sale de la habitación y se sorprende al verme. Como una madre cuando vuelve a ver a su hijo después de muchos años. Y ella lo era, mi segunda mamá.

_Ezequiel_ contenta. _ ¿Dónde estabas? _.

_Perdón por no llamarlos_.

_Nos preocupaste_ sincera. _Lo que hiciste fue muy valiente_.

_No hay persona más valiente que Franco_ afirmo. _ ¿Cómo está el? _.

_Mejorando_.

_Chicos_ sale el papá de Franco de la habitación. _Está despertando_.

Todos entramos, sin llamar a ningún médico. Me quedo paralizado al verlo. Tan delgado, pálido. Llego a ver la venda en su muñeca, seguía un poco manchada de sangre. Sus labios secos, sus ojos pegados. Empieza a moverse lentamente y su respiración se agita. Abre los ojos de apoco, el brillo de la luz parecía molestarle.

_ ¿Mamá?_ con la garganta seca. _ ¿Papá? _.

_Hijo_ se acerca su madre. _ ¿Cómo estás? _.

_ ¿Qué me pasó? _.

Sus padres se miran, extraños, preocupados.

_ ¿No te acordas? _le pregunta su papá.

_Franco_ le empieza a decir su mamá. _Te encontramos en tu habitación, tu cuerpo sin vida en el balcón. Te cortaste la muñeca_.

_ ¿Qué? _notando la venda. _ ¿Por qué lo hice? _.

_Voy a llamar al doctor_ le dice Palo a la mamá de Franco.

Noto que cierra los ojos con fuerza, intentaba hacer algo, recordar. Me tapo la boca y empiezo a llorar, sin querer llamo su atención. Me ve y su cara no es la misma de siempre, parecía asustado.

_Amigo_ acercándome a él. _Volví, voy a estar al lado tuyo, siempre_.

No responde, me sigue mirando. Como si fuera un desconocido.

_Soy yo hermano_ apoyando mi mano en la suya. _Ezequiel_.

_Perdón_ logra decirme. _ ¿Quién sos? _.