THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO IV.

« It's such a cruel world

Savin' all my love for you, girl

It's such a cruel world

Maybe I found somethin' good, girl »

-Cruel, Snakehips ft. Zayn.

'La vez en que me arrepentí de tratarte de aquella forma pensando que te volvería a ver...'

Domingo 17, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

Sin poder soportar un minuto más los pensamientos de lo que podría estar sucediendo en casa, decidí volver a la barra y sentarme por unos minutos.

El tiempo pasaba y cada vez me sentía peor, mi mente fabricaba todo tipo de escenarios diferentes; en todos ellos se encontraban mi familia y cómo estarían sintiéndose.

-Un tequila, por favor -oí una voz que se me hacía extrañamente conocida mientras por el rabillo del ojo veía como un hombre enfundado en un traje se sentaba a mi lado. Una de mis cejas se enarcó y no pude evitar preguntarme por qué se vestía de aquella manera estando en un club.

El barman se dio la vuelta y comenzó a prepararle el pedido a aquel desconocido que estaba a mi lado. Busqué en lo más recóndito de mi memoria intentando encontrar al dueño de aquella voz dura y ronca.

Una pequeña luz se encendió en cuanto recordé el parque que visitamos esa tarde y nos encontramos con aquel pequeño y quien parecía ser su padre.

Miré a mi costado solo para cerciorarme si estaba en lo correcto, y para mi extraña suerte, si se puede decir así, él estaba ahí.

Su mirada estaba concentrada en alguna de las botellas que estaban en las repisas de aquel lugar, sus manos se movían con tranquilidad y seguridad. Su cabello se encontraba peinado hacia un lado, sin ningún indicio de gomina en el, no estaba demasiado corto ni largo, y gracias a esto logré apreciar un pequeño aro en su oreja izquierda. Los labios se veían rellenos y suaves, y su mandíbula estaba tensa, dándole un toque extra a la apariencia dura que parecía tener. Su espalda encorvada daba a entender que era demasiado alto para el asiento en donde se encontraba. La postura era algo tensa y planeada, como si estuviera acostumbrado a estar de aquella manera.

Un asentimiento fue dirigido al barman en cuanto aquel hombre obtuvo su pedido. Sus manos rodearon el largo vaso y no dudó en darle un gran trago. Su nuez de Adán se movió al tragar y sus ojos se cerraron a la misma vez que daba un suspiro y se estiraba, relajando sus músculos.

Mordí mi labio en cuanto me di cuenta que estaba observándolo como si quisiera comérmelo, por lo tanto desvíe mi mirada y comencé a darle vueltas al anillo que estaba en mi dedo en el vano intento de que él no notara lo embobada que me tenía.

Pero no podía evitar que la curiosidad fuera aún más intensa y como la persona impulsiva que soy, no pude detenerme y mirarlo una vez más antes de preguntarle-: ¿Qué haces en un club con un traje? -con un tanto de burla.

Sus manos se detuvieron en cuanto notó que me dirigía a él. Noté como una de sus cejas se enarcaba y lentamente se giraba hacia mí con un aire de soberbia y superioridad. Su ceño se frunció con algo parecido al enojo, luce como si de su boca estuviesen a punto de salir un millar de maldiciones y palabrotas hacia mi persona con aquella simple pregunta, sin embargo algo dentro de él pareció hacer un click y se mantuvo en silencio y tranquilidad antes de hablar.