THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO XVI || JUSTIN.

« I don't deserve it

I know I don't deserve it,

But stay with me a minute

I swear I'll make it worth it

Can't you forgive me?

At least just temporarily

I know that this is my fault

I should've been more careful »

-One Last Time, Ariana Grande.

'Cuando confirmé que eras una mocosa insolente...'

JUSTIN

Miércoles 27, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

La veo aguantar la respiración y temo que se arrepienta de lo que ha sucedido, sin embargo yo estoy más feliz que niño en Navidad.

Aleja sus brazos de mi cuello con una lentitud que me está matando, y estoy apunto de pedirle que no se aleje. Ignorando el carraspeo de su parte diciéndome sutilmente que me aleje, recuerdo que la tengo acorralada contra la pared del elevador y una sonrisa de pura satisfacción se desliza por mis labios.

Traga como si tuviera un gran nudo que se lo impide, dejando de mirarme. Quiero con todas mis fuerzas decirle que no haga eso, pero me detengo al ver que su mirada se dirige a las puertas que se encuentran abiertas.

Abre su boca, e insegura, la vuelve a cerrar. Suelta un suspiro y se decide a hablar-: Debemos bajar -en un tono tan bajo, que si estuviéramos en la fiesta no habría sido capaz de oírla, sin embargo debido al silencio que nos rodea, ha sido fuerte y claro para mí.

Asiento y aún cuando mi cuerpo me grita que no me aleje, retrocedo lentamente. La calidez de su cuerpo desaparece y me encuentro deseando fervientemente volver a acercarme.

Suelto un poco mi corbata debido al calor que me ha invadido, a la par que desabrocho unos cuantos botones de mi camisa; he comenzado a sofocarme, por lo que debo salir ya del ascensor. Al ver que la mirada de mi acompañante sigue cada uno de mis movimientos, no puedo evitar sentirme feliz al ver que aún sigue algo ida por el beso.

Llevo mis manos a mi cabello seguro de que sus tirones lo han desordenado, y puedo percibir el brillo de decepción en sus ojos, hecho que me confunde mas lo dejo pasar.

No dejo de mirarla ni por un segundo. Su cabello está ligeramente despeinado, y me delito al notar que sus labios están completamente hinchados y rojos, a lo que supongo que los míos están iguales.

Estiro mi brazo tal como mi madre me había enseñado desde que era pequeño, y digo con tranquilidad-: Después de usted.

Incluso cuando nos hemos besado, apenas y sé su nombre. Era algo extremadamente contradictorio y extraño, pero no había confianza -al menos de mi parte-, como para llamarla por su nombre de pila, aún cuando ella me hablaba irrespetuosamente.

Las típicas vistas que ya estoy acostumbrado a ver desde que tengo memoria son las que nos reciben. Es precioso, e ignorando el hecho de que no soy un fan de Nueva York; no hay palabras que le den el crédito suficiente a esta hermosa ciudad cuando llega la noche.