CAPITULO XX.

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« I said I'm sorry baby tell me what happens now

I messed up let me make it up to you

Shot me a look and said showing up is nothing new »

-Tonight I Can't Say No, Timeflies.




'Cuando me sentí culpable por tratarte como lo hice...'

Viernes 29, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

- ¿Tocas el piano? -pregunto tocando un par de teclas del gran instrumento instalado en la sala.

- Se podría decir que si -responde.

Se sienta en uno de los sillones, mirando cada uno de mis movimientos.

- ¿Se podría? -frunzo el ceño y fijo mi vista en él.

Se encoge de hombros y dice-: Hace tiempo lo he dejado.

- ¿Por qué? -una de sus cejas se enarca y sé que estoy siendo demasiado curiosa.

Levanto mis manos en rendición y avanzo unos cuantos pasos, sentándome a su lado.

- Entonces... ¿qué haces para divertirte? -sus ojos se entrecierran y una mirada sugerente aparece en su rostro.

Hago una mueca de asco antes de decir-: No estaba hablando de eso, por Dios, no.

Una pequeña risa se escapa de sus labios y parece pensarlo por un momento antes de responder.

- Tengo un gimnasio aquí, por lo que la gran mayoría del tiempo me la paso allí -su tono de voz es desinteresado-. A veces salgo con algunas personas de la empresa, o cocino.

- ¿Cocinas? -cuestiono sorprendida.

- Me gusta ser capaz de cocinarle algo digno a la mujer con la que estoy.

No sé cómo tomarme aquella confesión, sin embargo intento poner mi mejor cara.

- ¿Qué tipo?

- ¿Qué te gusta? -una sonrisa se apodera de su rostro-, tailandesa, italiana...

- ¡La italiana es la mejor! -lo interrumpo sin poder evitarlo.

Un extraño brillo se apodera de sus ojos. Se ve relajado, algo que me agrada. El ceño fruncido ha desaparecido por completo de su rostro y tiene una expresión jovial. Un destello juguetón brilla en su rostro, y no puedo evitar compararlo con un niño.

- ¿Podré ser una de las afortunadas que prueben la comida del gran Justin Bieber? -bromeo.

- Tendría que pensármelo... -hace como que piensa, siguiéndome el juego.

- ¿Por qué? -me quejo-, ya me haz hecho el desayuno, deberías ofrecer el paquete completo.

- Y lo hago -dice, con una mirada coqueta.

Me toma un par de largos segundos entender a qué se refería, y cuando finalmente entendí, le doy un suave golpe sobre su hombro sintiendo la sangre acumularse en mi rostro.

Una carcajada se escapa de Justin, y no puedo evitar deleitarme con el sonido de su risa. Me pregunto porqué no lo hará más seguido y siempre mantiene ese semblante de hombre serio al que le gusta sacarme de quicio.

- Creo que eres tú quien me debe un almuerzo.

- Eso es verdad -confirmo-, pero tú quedarás debiéndome uno.

THE GAME © {#1 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora