THE GAME © {#1 Begin Again Series}

CAPITULO XIV || JUSTIN.

« If this is love

Then love is easy,

It's the easiest thing to do,

If this is love,

Then love completes me,

Cause it feels like I've been missing you »

-Love Is Easy, McFly.

'Pusiste mi mundo patas arriba en cinco minutos, y joder, me encanta'

JUSTIN

Miércoles 27, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

Decido darme una ducha luego de comprobar la hora en mi celular, siete y media de la tarde. Debo estar en la fiesta cerca de las nueve, por lo que tengo tiempo de sobra para arreglarme.

Ignoro olímpicamente las gotas de agua que siguen cayendo de mi cabello sobre mí pecho, hombros y espalda. La toalla que llevo cuelga de mis caderas y aunque aveces amo pasearme desnudo por mi departamento porque, hay que ser sinceros, uno se siente malditamente libre, hoy no estoy en el humor. Los nervios se han apoderado de mí y no parecen querer abandonarme.

Voy a mi armario, el cual es una habitación que es de casi el mismo tamaño que el baño y busco el traje negro que mamá me ayudó a escoger para esta ocasión.

Ciertamente no le veía nada distinto a todos aquellos trajes que venden, siempre me han parecido iguales, sin embargo al ser quien heredaría Bieber's Inc, debía vestir así.

En cuanto encuentro el saco negro y los pantalones no dudo en descolgarlos, buscar la corbata del mismo color que las prendas y una camisa blanca.

La parte inferior es entallada, moldeándose a mis queridas piernas. La camisa se ajusta a mi pecho y una sonrisa engreída adorna mi rostro cuando me doy cuenta que aún con estas telas vistiéndome, mis músculos no pasan desapercibidos. Con el calor que hace, decido recoger las mangas hasta la altura de mis hombros y llevar el saco en el auto, ya que era increíblemente incomodo manejar con uno.

Mis tatuajes están a la vista, hecho que no puede importarme menos. Me calzo en esos zapatos -horribles, debo añadir-, y adorno mi muñeca con el reloj dorado que Jeremy me regaló en mi cumpleaños el año pasado.

Ya estando listo, compruebo que aún me queda media hora para llegar, por lo que luego de guardar mi celular, billetera, las llaves de mi auto y del departamento, abandono la habitación.

{...}

Estaciono a mi querida elección de hoy, el Ferrari, en uno de los aparcamientos libres en el subterráneo del hotel.

Hago todo mi camino por el lugar hasta llegar al salón en donde la fiesta se está llevando a cabo. Todos visten igual o más elegantes que yo, la gran mayoría de ellos acompañados de sus parejas considerando que ya son personas de edad, y un par de adolescentes que han sido obligados a venir por sus padres.