CAPITULO XIX.

1.8K 135 23
                                    







« I'll take every single piece of the blame if you want me to

But you know that there is no innocent one in this game for two »

-Sorry, Justin Bieber.




'Cuando me juré a mi misma que dejaría de comportarme como un completa hija de puta contigo...'

Viernes 29, Abril.
Nueva York, Estados Unidos.

Su cuerpo se tensa y el enfado cubre sus facciones. Todo vestigio de humor previo se esfuma de su rostro.

- No te atreverías -su tono de voz suena más ronco de lo normal e irritado, y es lo único que necesito para saber que intenta mantener el enfado a raya.

- ¿Quieres averiguarlo? -intento permanecer seria y tranquila, pero sé que he fracasado.

Mis entrañas se aprietan de los nervios cuando comenzamos una pelea de miradas; queriendo que uno ceda primero, y estoy completamente segura, que esa no seré yo. Mantengo mi semblante en blanco, dándole a entender que no daré mi brazo a torcer.

Segundos o minutos después, deja salir un gruñido de irritación y toma con furia una de las tostadas con mermelada para darle un mordisco mientras me mira enfadado; gesto que me llena de ternura. Aún así sabiendo que se encuentra tremendamente enojado conmigo, me siento satisfecha con mi logro.

Una gran sonrisa satisfecha se dibuja en la comisura de mis labios, una que no intento ocultar. Es la primera vez que puedo regodearme con esta pequeña victoria, tengo el derecho de celebrar un poco.

Sus movimientos se vuelven más bruscos, sé que mi sonrisa lo está sacando de balance y estoy provocándolo. Aún así, hago vista ciega a sus rabietas de niño pequeño y pruebo la deliciosa comida que está frente mío luego de tomar una de las pastillas que había sobre la bandeja y darle un sorbo al vaso con agua.

Digiero la comida con lentitud, dejándole saber que no podrá engañarme; no pienso comer más de lo que él hará.

Comemos en silencio, con mi interior saltando de emoción y satisfacción. Finalmente logro sacarlo de quicio tal cual él adora hacer conmigo. Realmente no me interesan los quejidos que suelta entre mordisco y mordisco; por mí puede meterse sus quejas por donde le quepan.

Doy el último sorbo a la leche con chocolate y veo que, finalmente, ha logrado calmarse un poco. Su postura ahora es más relajada, y un pequeño atisbo de sonrisa está presente en su rostro.

- ¿Cuántos años tienes? -digo, recordando que aún no tengo ni la más mínima idea de su edad.

- Veintiséis, ¿tú? -pregunta, alejando su vista de la bandeja vacía y mirándome con atención.

Un puñado de rocas se instala en mi vientre, y por un momento creo que voy a vomitar todo lo ingerido debido a los nervios que me atacan.

- Veintiuno -respondo, dándome cuenta que él es nueve años mayor que yo, considerando mi edad real.

- Eres una niña -musita, más para él mismo.

Si tan solo supieras...

Hago una mueca ante mis pensamientos y me aclaro la garganta, de pronto sintiéndome incómoda.

- ¿No debes trabajar?

Una de sus cejas se enarca con arrogancia, y dice-: Soy el hijo del dueño de la empresa, soy capaz de darme mis gustos y descansos.

THE GAME © {#1 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora