CAPITULO XXXVI.

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« My bags were packed from the day I was born

Knew there was something I was living for

I found my place in a runaway car

And I never looked back, never looked back »

-Better Than This, Hunter Hayes.





'Saber que quedarán temas pendientes luego de nuestra partida es confirmar que nos volveremos a ver...'



- Qué hijo de... -comenta Emma negando con la cabeza y pasando la palma de sus manos por su rostro en señal de frustración.

- Lo sé -hago una mueca.

- ¿De verdad no dijo nada después de que se besaron?, ¿habló sobre tus ojos cuando estabas apunto de irte? -la confusión y la incredulidad destila en su tono.

- Mmh -afirmo desviando mi mirada al gran ventanal que teníamos en frente.

- ¿Quieres salir? -ofrece luego de un tiempo en silencio-, no diré nada más de Justin y estoy completamente segura de que no dejaré que te sientas mal por alguien como él.

Asiento y nos levantamos al mismo tiempo, buscando nuestras pertenencias y salimos de la habitación tan rápido como podemos.

- ¿McDonald's? -una sonrisa sugerente se desliza por la comisura de los labios de Emma mientras nos acercamos al ascensor.

- Mientras no me obligues a comer hamburguesas -pone los ojos en blanco y selecciona el primer piso ya estando dentro del elevador.

- Nunca entenderé cómo es que no te gustan las hamburguesas de McDonald's, son el cielo -su ceño se frunce y me encojo de hombros.

- Las papas fritas son mejores -murmuro.

Veo por el rabillo del ojo cómo Emma saca su celular para tomarnos una foto frente al espejo del elevador, y mientras hacemos caras y poses raras, finalmente llegamos a la recepción y comenzamos nuestro camino al restaurante de comida rápida en una de las tantas calles atestadas de personas.


Minutos después, estamos dentro del establecimiento rojo y amarillo, con millones de niños corriendo de un lado a otro y padres que se ven totalmente frustrados. La larga cola para comprar casi llega a la salida y estoy apunto de empezar a quejarme cuando Emma me dirige una sola mirada de soslayo y me hace callar.

Mientras ella hace la fila, yo me encargo de buscar una mesa vacía a pesar de ser una tarea bastante difícil al darme cuenta que la gran mayoría de ellas están ocupadas debido a que es hora de almuerzo, sin embargo cuando finalmente diviso una en un rincón del lugar, casi debo correr para que nadie más la ocupe.

Ya sentada, saco mi celular del bolsillo del abrigo que estaba utilizando y suelto un suspiro al ver la cantidad de llamadas perdidas y mensajes de mi familia y amigos.

41 llamadas perdidas de Papá y más de sesenta mensajes sin leer.
36 llamadas perdidas de Mamá y casi
cincuenta mensajes sin leer.
15 llamadas perdidas de Seth y más de cien mensajes sin leer.

Y esos eran sólo de esta semana.

Había ignorado cada una de las veces que me han estado llamado porque sé que me preguntarán en dónde me encuentro, qué estoy haciendo y el porqué escapé de forma tan abrupta.

Desde que he llegado a Nueva York me he encargado de enviarles un mensaje de vez en cuando diciéndoles que estamos bien y no deben preocuparse; pensé que aquello los volvería locos, pero al parecer han logrado tranquilizarse sólo un poco. Estoy completamente segura de que el celular de Emma debe estar explotando tanto, o más que el mío.

THE GAME © {#1 Begin Again Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora